miércoles, 29 de agosto de 2012

MEMORIA DEL MARTIRIO DE SAN JUAN BAUTISTA.

Lienzo de San Juan Bautista que se encuentra en la Iglesia donde nació el Primo de Jesús y último gran Profeta.



Memoria del Martirio de San Juan Bautista
Leer el comentario del Evangelio por 
San Máximo de Turín (?-v. 420), obispo 
Sermón, 36
“A ti niño, te llamarán profeta del Altísimo” (Lc 1,76)
        Entre los títulos de gloria del santo y bienaventurado Juan Bautista, celebramos hoy su fiesta, no sé a cuál de ellas darle preferencia: ¿a su nacimiento milagroso o a su muerte más milagrosa todavía? Su nacimiento aportó una profecía (Lc 1,67s), su muerte la verdad; Su nacimiento anunció la llegada del Salvador, su muerte condenó el incesto de Herodes. Este hombre santo... mereció a los ojos de Dios, no desaparecer de la misma manera que otros hombres de este mundo: dejó este cuerpo recibido del Señor, confesándolo. Juan cumplió en todo la voluntad de Dios, ya que su vida y su muerte corresponden a sus designios...

        Todavía está en el vientre de su madre cuando ya celebra la llegada del Señor, por sus movimientos de alegría, ya que no podía hacerlo con su voz. Isabel le dice a María: “En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre" (Lc 1,44). Juan exulta pues, antes de nacer, y antes de que sus ojos no reconozcan al que se presenta al mundo, su espíritu reconoce al que es el Maestro. Pienso que este es el sentido de la frase del profeta: "Antes de formarte en el vientre materno, te conocí; antes de que salieras del seno materno, te consagré" (Jr 1,5). No nos asombremos pues, si encerrado en la prisión por mandato de  Herodes, continuó predicando a Cristo a través de sus discípulos (Mt 11,2), ya que, encerrado en el seno de su madre, ya anunciaba, por sus estremecimientos la llegada del Señor.

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