miércoles, 29 de agosto de 2012

AGRADECIDO...


Lo debo reconocer, van pasando los días, los meses, estamos a punto de cumplir el primer año de este blog en el cual se ha publicado miles de noticias y artículos, propios y de otros autores, y nunca he escrito en serio un post de verdadero agradecimiento, de agradecimiento generalizado e individualizado al mismo tiempo. 

He titulado este artículo: AGRADECIDO... 

Agradecido, en primer lugar, a Dios por haberme creado, hecho cristiano, darme la fe, alumbrarme con su Gracia todos los días, por darme a Su Bendita Madre, la Virgen María, Madre Eterna que siempre consuela y enjuaga nuestras tristezas y nos acompaña en las alegrías, intercesora celestial de todos los que ponen sus corazones en Sus Divinas Manos. 

Agradecido a mis padres, por haberme educado en los valores de lo que es una familia cristiana, por sus desvelos, por su entrega hasta la extenuación por mí, por todos sus hijos. Habéis cumplido ampliamente vuestra misión; uno ya acompaña a Cristo en el Cielo y mi madre descansa plácidamente de su enfermedad en el mejor sitio. No le faltará, mientras vivamos, mi mujer y yo, los mejores cuidados, profundo amor y todas la comodidades habidas y por haber. 

Agradecido a mi mujer, a Hetepheres, por entregar toda su vida con la única intención de hacerme feliz. ¡Lo estás consiguiendo porque cada segundo que pasa es vivir en un pedacito del Cielo! Siempre digo que lo mejor que he hecho es casarme  contigo. 

Agradecido a mi familia porque uno es lo que es y quien es por venir de donde viene. 

Agradecido a mi familia, por parte de mi mujer, por abrirme los brazos desde el primer momento que llegué a sus vidas, por hacerme la existencia fácil, agradable, por hacerme sentir en FAMILIA. 

Agradecido a mi “otra” familia. Sí, esa que no es de sangre y ni falta que hace. Son los amigos que a fuerza de cariño, complicidad, intimidad van superando el escalón, lleno de dignidad, de la amistad hasta convertirse en parte de ámbito más cercano e íntimo. Sois los que sois, sabéis que os quiero y valoro en una dimensión que es muy difícil de explicar con palabras. Con estos y con los verdaderos amigos pasa una misma cosa: Por mucho tiempo que no nos veamos siempre nos sentimos cerca y siempre estamos ahí para y cuando lo necesitemos. 

Agradecido a los amigos verdaderos, esos que unen la lealtad al cariño, esos que están contigo cuando estás arriba y, también, cuando te estás hundiendo, esos que siempre te respetan, te valoran,  te comprenden, te brindan su mano en todos los momentos. 

Agradecido a todos esas personas con las que mantenemos lazos amistosos, que no llegan a la categoría anterior, y con las que mantenemos una buena y cordial relación. 

Agradecidos, también, a los que me consideran su enemigo, aunque yo no los considere así, porque aunque no me tengan en especial estima por lo menos me tienen muy presente en sus vidas. 

Agradecido todo cuanto nos rodea y nos hace la vida más fácil. 


Agradecido a todos los animalitos con los que convivimos porque muchos de ellos nos dan su fidelidad más absoluta y nos entregan ese amor incondicional que sólo ellos pueden dar y ofrecer. 

Agradecido, por último, al sol que nos alumbra con sus luminosos y cegadores rayos, a la luna que ilumina la oscuridad en medio de la noche, al campo, la montaña, el mar por hacernos ver con total plenitud lo grandioso de la inmensidad creadora de Dios. 

Agradecido a todos vosotros, por vuestra fidelidad, por hacer de este blog un sitio de referencia por los temas que tocan, sin vuestra constantes visitas al mismo la misión que tiene encomendada, que es la defensa de nuestra fe y del Humanismo Cristiano, no tendría sentido ni razón. 

Agradecido, siempre agradecido...

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