lunes, 25 de octubre de 2021

* QUÉ BIEN SE ESTÁ

 

 

Qué bien se está cuando se está bien...

¿Estamos bien? ¿Dónde radica el secreto de nuestra felicidad?

En este intimista artículo quiero reflejar lo que pienso de un tema que nos afecta a todo el mundo: El bienestar.

Jesús Rodríguez Arias


QUÉ BIEN SE ESTÁ

Qué bien se está cuando se está bien, aunque en la sociedad que vivimos el alcanzar esta meta resulta complicado. ¿Qué es lo que necesitamos para estar bien? Cada uno, desde su fuero interno, es el que debe responderse con total honestidad.

Se dice estar bien cuando se tienen las necesidades cubiertas, se es querido, se consiguen las metas propuestas, se tiene salud y nuestro mundo, que es ese pequeño espacio donde nos movemos a diario, roza la perfección. Pero mi pregunta es: ¿Qué pasa cuando algo de lo antedicho cae o no se tiene?

Por experiencia de vida os confesaré que es casi imposible vivir en esa clase de perfección que cumpla los cánones preestablecidos por nuestros propios criterios.

¿Se puede vivir sin tener todas nuestras necesidades cubiertas? Pues claro, solo hay que dilucidar qué necesidades son verdaderamente imprescindibles para vivir. Las necesidades básicas deberían ser innegociables pero las demás…

Se puede vivir perfectamente sin ser querido por todos, además es inmensamente necesario, así como se puede estar bien sin conseguir algunas de las metas que nos habíamos propuesto porque la vida cambia y nosotros con ella y los objetivos de ayer no tienen por qué ser los de hoy. ¿Se puede ser feliz aun cuando te falta la salud? Pues la verdad es que sí, aunque el secreto está en asumir tu enfermedad, que no es cosa baladí, porque nadie está preparado para sufrir, padecer y mucho menos morir. En esta cuestión es vital la Fe porque se enfoca el dolor desde el ofrecimiento a Dios de nuestro sufrimiento sabiendo que este camino, que no es fácil de transitar, nos lleva a la santificación. Cuando se carece de la misma y el sentido transcendental de la enfermedad y la muerte desaparece hay que tener muy buenas entendederas para llevar con dignidad los padecimientos asumiendo la finitud del ser como una realidad.

Estar bien es en definitiva sentirse feliz y todos sin excepción tenemos nuestros momentos de estar y sentirnos felices. Todos sin excepción hemos sufridos altibajos que nos han hecho infelices y nos pasa simplemente porque somos personas, seres humanos, que tenemos corazón y que muchas veces nos duele, de forma metafórica, porque nos hace daño el sufrimiento propio y ajeno.

Sentirse bien y ser feliz aun viviendo momentos de dolor y enfermedad es posible aunque para ello tengamos que hacer un necesario ejercicio de introspección que nos lleve a una desgarradora transformación personal que es el paso previo para dejar en el filtro aquellas necesidades que en verdad no lo son, la egolatría regada con cierto hedonismo hace que queramos sentirnos prestigiados por todos, los objetivos y metas que no eran ni lo uno ni lo otro, la salud que no tiene por qué acompañarnos siempre y que la perfección como tal no existe. En el momento que asumamos que nuestra realidad no tiene por qué estar adornada con tantos flecos entonces estaremos en el camino de ser felices y estar bien. Es ser capaz de entender la vida tal como viene, tal como nos la manda Dios, y asumirla con la máxima naturalidad.

Desde que cerré la puerta, como ya expliqué hace cuatro semanas, me encuentro bien y soy feliz, aunque algunas veces me levante con el pie izquierdo o la salud se resquebraje. No necesito para vivir más que lo que tengo. Mi felicidad radica en ver amanecer cada día, pasear luengos caminos por medio de parajes naturales únicos, leer y escribir en el calor de La Atalaya, conversar y seguir aprendiendo de personas que tienen los mismos objetivos que yo que no son otros que el perderse de todo y todos para vivir en paz, orar en la soledad del Sagrario, mimar la verdadera amistad de los que considero hermanos, degustar cada segundo en Villaluenga donde vivo así como sentir momentos que quedan reflejados a modo de recuerdos de La Isla de mi infancia, recorrer el Jerez que tanto me gusta o disfrutar de la apasionante aventura de vivir con Hetepheres así como con nuestra particular “familia” conformada por Gatorro Pitufino, Enriqueta y Fernanda que son dos perritas dulces y zalameras que son capaces de dar sus vidas por las nuestras.

¿Se puede estar bien y ser feliz? Por supuesto y el secreto está en proponérselo.

Jesús Rodríguez Arias

lunes, 18 de octubre de 2021

* PLAZA DEL REY

 

 

Desde la Libertad en la que vivo lo que pienso lo escribo y lo que escribo opino...

Jesús Rodríguez Arias


PLAZA DEL REY


Decía mi madre que cuando uno llega a cierta edad vive los recuerdos de forma más intensa y eso me está pasando a mí con La Isla. Hace un año y ocho meses que me viniera definitivamente a vivir a Villaluenga del Rosario, confinamiento y pandemia de por medio, y no he vuelto a regresar. Hace veinte meses cerré la puerta de la vida que llevaba y aun no tirando la llave cada día me acuerdo de la ciudad de mis orígenes, sus lugares, momentos, personas y claro está lo hago, la mayoría de las veces, en modo de recuerdos.

Es muy recomendable alguna vez poner tierra de por medio y vivir en la lejanía, porque cuando regresas ves con los ojos de la objetividad el antes y el después de cada sitio. Ni todo tiempo pasado fue mejor ni el presente es la repanocha.

Por ejemplo, hablo en primera persona, cuando hace apenas dos años volví a las callejuelas después de mucho tiempo me encontré que poco se parecía a la que viví en mi infancia. Permanecerá su idiosincrasia, no lo dudo, pero ahora todo es distinto, la vi de otra manera.

Eso también sucedió con la calle Real, verdadera arteria que daba vida a toda una ciudad, ni una gran avenida ni lo que tenemos ahora. Una calle llena de color, comercios, paseantes y coches. Sí, porque muchos de los que hoy pueden estar leyendo este artículo solo la habrán conocido con las hechuras que ahora presenta.

Soy de los que creen que proyecto del Tranvía entre Cádiz y Chiclana pasando por San Fernando ha destrozado el centro de la ciudad. Prefiero mil veces la calle Real tal y como lucía en antaño que como está ahora. Antes era a todas luces la principal vía de la gran ciudad que siempre ha sido La Isla ahora en cambio da mucha tristeza el verla y más si transitas por ella. Calle peatonal, uniforme en pavimentación, con desniveles para que corra el agua cuando llueva, con escalones de las paradas correspondientes, llenita de raíles, con horribles catenarias que deslucen todo y con unas farolas de paseo marítimo que pegan literalmente bocados. Sí, las mentes pensantes que idearon que el dichoso trenecito pasara por la calle Real son los responsables de cargarse el centro histórico de una ciudad como San Fernando.

Mucho de nuestro patrimonio si no desaparece quedará muy diezmado, aunque hayan habilitado muchos años después su restauración. La Casa Lazaga es un ejemplo claro de lo que estoy diciendo.

En la libertad de pensamiento en la que vivo opino que las obras de reformas a la Plaza del Rey de nuestra bendita Isla de León es otro grave atentado. Remodelar por completo la plaza principal de nuestra ciudad además de innecesario es un intento de amputación de lo que es el patrimonio histórico artístico y con esta se habrá perdido otro de los símbolos propios de nuestra bicentenaria ciudad.

Quieren cambiar por completo la fisonomía de este céntrico lugar, quitando incluso las palmeras, bancos, solería, parterre y la majestuosa estatua ecuestre del bilaureado General Enrique Varela Iglesias, obra de Aniceto Marinas que es uno de los escultores contemporáneos más reconocidos y que desde 1948 preside el punto más céntrico de la ciudad. El General Varela ha sido juzgado y condenado al ostracismo porque es considerado “franquista” cuando en verdad fue monárquico. Sesgar parte de la historia que no nos gusta demuestra a todas luces la ceguera que reina en nuestra sociedad.

Con independencia de pensamientos políticos, de los que estamos bien hartos, lo que quiero denunciar, con mucha tristeza, es que entre unos y otros nos estamos cargando la ciudad que fue un referente en lo social y cultural. Que en la actualidad hay mucho que se ha hecho bien no me cabe la menor duda, pero una cosa no quita la otra.

Espero que la alucinada idea de cambiar la carrera oficial de Real a la remozada Plaza del Rey se quede solo en un proyecto porque lo que nos han mostrado las imágenes digitalizadas atenta muy mucho a la categoría que tiene nuestra Semana Santa. Me imagino que consultarán a los cofrades, que atenderán a lo que estos decidan, aunque me vais a permitir que conociendo el percal lo ponga en duda.

Jesús Rodríguez Arias


lunes, 11 de octubre de 2021

* EL HONOR SE VISTE DE VERDE

 
Este lunes voy a dedicar mi artículo a la Guardia Civil toda vez que mañana martes 12 de octubre se celebra la Festividad de la Virgen del Pilar, su Patrona.

Me une con este Cuerpo mucho más de lo que podáis imaginar pero sobre todo es el sentido del honor que lleva como divisa.

Y es que se mire por donde se mire "el honor se viste de verde".

Con mi admiración,

Jesús Rodríguez Arias


EL HONOR SE VISTE DE VERDE





Es la Cartilla de la Guardia Civil el mejor código deontológico que nunca haya tenido una institución de seguridad pública. La Cartilla de la Guardia Civil es guía de modelo tanto dentro como fuera de España además de ser santo y seña del código genético de este Cuerpo y de todos cuantos lo componen. En el capítulo primero y dentro de las prevenciones generales para las obligaciones de la Benemérita en su artículo primero dice: “El honor debe ser la principal divisa del Guardia Civil. Debe por consiguiente conservarlo sin mancha. Una vez perdido no se recobra jamás.

Dedico mi semanal tribuna a la Guardia Civil de la que me siento parte inherente, admiro y respeto a sus miembros por el extraordinario servicio a España que realizan a diario, a sus mujeres, hijos, familias, que son sus pilares y principales apoyos en todo momento y ocasión.

Si hay un Cuerpo que viva desde el honor es el de la Guardia Civil. Desde los mandos hasta los agentes son personas honorables que se dejan la piel y hasta la vida en servir a todos por igual.

Si hay algo claro es que el que pertenece a la Guardia Civil, y vive desde el honor, lo es para toda la vida. Algunos lo son incluso antes de nacer pues la Benemérita forma parte de su herencia genética, no se retiran nunca, aunque gocen hace años de la merecida jubilación. Pienso que hasta cuando mueren siguen siéndolo pues no me cabe duda de que se presentan ante la Virgen del Pilar con el honroso uniforme verde que seguro es salvoconducto para alcanzar la gloria.

Ya sea por tierra, mar, aire, en laboratorios, en las entrañas de internet, en los suburbios de la economía o en las alcantarillas de la droga siempre hay un Guardia Civil vigilante para que nada ni nadie traspase y ponga en peligro la ley y el orden tan necesarios para la normal convivencia. Hombres y mujeres de honor que se exponen para protegernos al resto. Hombres y mujeres cuya sangre derramada en actos de servicio o por culpa de atentados terroristas, dignifican y de qué manera este terruño llamado España.

Hombres y mujeres como Esteban Domínguez Trujillo, que falleció hace un par de años, y con el que tuve un intenso trato personal. Guardia Civil hasta la médula y orgulloso de serlo. Fue un hombre que me abrió los ojos de la razón hasta llegar a conocer como late el corazón de un hijo del cuerpo que fundara el Duque de Ahumada.

O Antonio Calvo, gran servidor de España, aunque esté ya jubilado, Kike Villanueva, Domingo Martos, María del Carmen Villanueva, Juan A. López, así como Abrahán Lago al que tuve el honor de conocer ejerciendo sus labores de protocolo en Algeciras entre otros. También quiero mencionar al General jefe de la IV Zona de Andalucía de la Guardia Civil, D. Alfonso Rodríguez Castillo.

Con el teniente coronel D. Rubén Rodríguez Menéndez, de la Comandancia de Cádiz, el capitán jefe de la Compañía de Villamartín y el sargento responsable del Puesto de Grazalema tuve oportunidad de conversar el pasado 17 de septiembre en la entrega de la medalla de oro de Villaluenga del Rosario a otro servidor patrio como es D. Antonio Benítez Román que se ha jubilado tras treinta y siete años ejerciendo como único Policía Municipal de la localidad. La Guardia Civil ostenta también la máxima distinción que otorga el pueblo de Villaluenga.

Que el honor es la principal divisa de la Guardia Civil no es una exageración sino la constatación de la realidad. En ese clima de honor baso mi amistad con mi admirado D. Jesús Narciso Núñez Calvo, coronel jefe de la Comandancia de Cádiz, auténtico servidor público amén de un intelectual de primera categoría. Todos los que nos honramos con su amistad sentimos orgullo al verlo comandar la Agrupación de Unidades de la Guardia Civil en el acto central de la Patrona de la Benemérita en Córdoba el pasado domingo 3 de octubre.

Mañana martes, es el día de la Virgen del Pilar, Patrona de la Guardia Civil, y por tanto he querido rendir un sencillo pero sincero homenaje tanto a la Institución como a quienes la componen.

Y es que el honor se viste de verde.

Jesús Rodríguez Arias






lunes, 4 de octubre de 2021

* MEMES Y MEMOS

 


 

Del siempre apasionante a la vez que nauseabundo "mundo" de internet, de las redes sociales y cuantos las conforman, de los memes y de los memos, va mi semanal tribuna de todos los lunes en Andalucía Información - Información San Fernando.

Mientras lo iba escribiendo son algunas las caras que se me iban reflejando. Quién sabe si a vosotros os sucederá igual.

Jesús Rodríguez Arias



MEMES Y MEMOS

La vida virtual que nos ofrecen las redes sociales es bastante jugosa si somos capaces de abstraernos y observarla desde fuera de la pantalla.

El universo de internet es muy variopinto y en él se puede dar lo mejor y también lo peor. En muchas ocasiones se ofrece una imagen irreal pues en verdad pocos son los que se conocen personalmente. Desgraciadamente las redes sociales se han convertido en ese espacio donde confluye la vida de muchos ya que son tremendamente adictivas.

No es raro entrar en un bar, ir en transporte público o pasear por la calle y observar como parte de nuestros semejantes miran fijamente la pantalla de su móvil de última generación. Observad como tanto jóvenes como más maduros pueden estar sentados en la misma mesa y ninguno conversa con el otro, sino que fija su interés en Facebook, Instagram, Twitter, WhatsApp o cualquier novedosa aplicación que cumpla estos cometidos.

Pocos son los que leen y menos un libro físico, escuchan música, disfrutan del silencio o charlan con quienes tienen alrededor. Sí, pienso que las redes sociales nos alejan más que nos acercan de los demás y poco a poco nos van convirtiendo en seres insociables porque nos gusta más chatear con nuestros semejantes con una pantalla de por medio que hacerlo mirándolo a los ojos o escuchando su voz.

Es verdad que internet, en el buen sentido, se ha convertido en una valiosa plataforma de comunicación e información, pero hay que diferenciar entre lo que es veraz y por tanto cierto de lo que no lo es.

En las calles virtuales de la red nos encontramos con nuestros congéneres que se presentan tal son en realidad. Los que son buenos seguirán siéndolo mientras que los maliciosos exploran un espacio muy suculento para ellos toda vez que pueden hacer uso de la intolerancia en la que viven a modo de denuncias de publicaciones, bloqueos al por mayor de esos “amigos” a los que en verdad no pueden ver ni en pintura, comentarios maledicentes, así como señalar, juzgar y condenar a otros con el fin de acabar con su prestigio y honor. Esto, que os puede parecer una exageración, existe a diario en el globalizado mundo de las redes sociales.

Y dentro de las redes está el universo meme…

Es curioso, pero al igual que hay memes para todo también hay memos para todos los gustos. Esto de los memes y de los memos es para estudio sociológico en toda regla.

De todo este universo a mí los que más me gustan son los memes que te invitan al sano cachondeo, los que al compartirlo generas esa clase de buen rollo que lleva a la interacción amén de disfrutar con los hilarantes comentarios que se publican.

Pues para estos memes también existen sus correspondientes memos. Estos son los que aprovechan la “collá” para publicar un comentario fuera de lugar que soliviante no solo al dueño del muro en cuestión sino a todos los demás. Utilizan la política o cualquier tema que pueda molestar escribiendo alguna estudiada provocación que hace que la indignación corra como la pólvora y donde había buen ambiente y jocosidad se convierte, en menos que canta un gallo, en un incontrolable polvorín. Al final, después de muchos dimes y diretes, tienes que eliminar la publicación para mayor gloria del malicioso inepto.

Si algo define a los memos en general y los que pululan por internet en particular es su manifiesta incultura y mala educación todo esto adobado con una falsa imagen de buen talante.

Hay memos de izquierdas, de derecha, de centro, nacionalistas, ropasueltas y de cualquier ámbito social. Tienen los mismos rasgos en común y todos se dejan llevar por sus estudiados impulsos que tiene como objetivo principal el hacernos ver a los demás que viven en la más supina memez.

Espero que ningún memo se siente ofendido por mis palabras porque otra de las características que los definen es que son de pellejo fino ante las opiniones y críticas de los demás.

Ahora lo peor que puede pasar en una casa es que se vaya la luz o la cobertura y no porque te quedes a oscuras sino porque todo “nuestro” mundo se apaga ya que nos hemos acostumbrado a vivir con una pantalla de por medio.

Jesús Rodríguez Arias

* Este próximo jueves 7 de octubre este blog cumplirá 10 años. Sed Valientes se nos ha hecho mayor y aunque ahora solo lo mantengo vivo con estos artículos hay que reconocer que ha tenido mucha preponderancia informativa en el marco del humanismo cristiano hasta llegar a convertirse, perdonad la inmodestia, en un referente.

Gracias a todos sus seguidores por haberlo hecho posible.