miércoles, 29 de abril de 2020

UN IMPACTANTE AVE MARÍA EN VIOLÍN

EL PROBLEMA DE LA EDUCACIÓN EN TIEMPOS DEL COVID 19; POR PEDRO LUIS LLERA VÁZQUEZ













InfoCatólica


De la noche a la mañana, los colegios tradicionales de toda la vida nos tuvimos que convertir en centros educativos telemáticos. Sin formación previa, sin tiempo de reacción, sin que la Administración diera más instrucciones que la de seguir la enseñanza de manera telemática, si se puede… Y como se pueda…
Así que de golpe, las casa de todos los profesores (y de todos los alumnos) se convirtieron en aulas. Y cada maestro puso su propio equipo informático, su propia Wifi y su propio móvil al servicio del bien común para poder impartir clase. Organizamos horarios, implantamos plataformas de videoconferencia, grupos de WhatsApp para coordinar equipos de trabajo, circulares a los profesores y a las familias para dar instrucciones y establecer prioridades y normas de actuación, para que no nos pasáramos con las tareas ni pasáramos de todo… Buscando siempre el bien de los niños y de sus padres y tratando que los propios profesores no nos volviéramos locos. Porque también nosotros estamos confinados en nuestras casas y también nosotros tenemos familia, hijos, una vida, preocupaciones por los nuestros y una salud mental que proteger.
Si les digo la verdad, ahora mismo los objetivos y los contenidos a impartir a los alumnos me importan muy poco: me importa que los niños estén bien de salud física y mental. Y me importa que las familias puedan seguir viviendo con dignidad y tengan lo necesario para comer y seguir adelante. Primum vivere, deinde philosophari. Me importa que las familias no se agobien y que los profesores de mi colegio sobrevivan al confinamiento y al teletrabajo. Por cierto, esto de dar clase por Internet resulta muchísimo más agotador y exigente que las clases presenciales. Así que todos estamos deseando volver a las aulas de nuestros colegios.
Pero, ¿en qué condiciones vamos a volver? ¿Cuándo y cómo vamos a volver? Eso solo Dios lo sabe. Hasta que no se encuentre un tratamiento o una vacuna que combata esta pandemia con eficacia, lo veo difícil.
¿Cómo vamos a guardar en un colegio la distancia de seguridad entre los niños o entre los profesores y los niños? Si un niño de tres años o de seis o de ocho años se hace daño o llora por la razón que sea, ¿cómo lo consolamos? ¿No los cogemos en brazos ni les damos un beso? ¿Los mantenemos a distancia para evitar que se acerquen a su maestra? ¿Cómo lo hacemos: con un palo que marque las distancias?
¿Vamos a dar clase con mascarillas? Yo, francamente, no me veo. ¿Y los recreos? ¿Ponemos a todos los niños en filas con la distancia debida y que caminen solos con la cabeza gacha y la mascarilla en la boca, como si fueran presos de un campo de concentración? ¿No van a poder jugar ni a pelearse ni a abrazarse?
¿Cómo hago yo para ver a mis niños pequeños y negarles un beso o un abrazo? Será muy difícil. ¿Los aparto y los rechazo? Yo no sé educar sin la ternura de un abrazo o de un beso. No sé. Ni sé si quiero aprender. Educar es amar. A lo mejor el profesor/mercenario puede seguir dando clase sin problema y sin contacto físico: ya no lo tenían antes, así que no les va a resultar extraño no tenerlo ahora. Así que, si me veo en el caso, no sé qué haré: tal vez pedir una baja por corazón partío.
¿Y los profesores que sean “población de riesgo”? ¿Qué hacemos? ¿Ponemos en juego su vida por abrir el colegio antes de encontrar una cura al COVID 19? ¿Se va a prejubilar a estos trabajadores en riesgo? ¿Se les va a dar una incapacidad total permanente? ¿Los sindicatos han dicho o van a decir algo? ¿Y los gobiernos autonómicos o el gobierno central? Porque hay profesores jóvenes y sanos pero también estamos los que ya tenemos nuestros años y nuestros achaques…
Dar clase por una pantalla no es lo mismo – ni de lejos – que dar clase con los niños delante. Nada que ver. Este que estamos viviendo es un mundo propio de la peor distopía; esto es una pesadilla en la que todos somos Robinsones aislados en nuestra isla, tratando de sobrevivir como podamos y, encima vigilados por un Estado que nos controla como a los animales de Rebelión en la granja o a los personajes de 1984 de Orwell. La escuela tradicional, tantas veces denostada por tantos, necesita un profesor que enseñe y unos alumnos que aprendan. Aprender solos a través de una pantalla jamás podrá sustituir la interacción entre el maestro y el discípulo. Uno puede instruirse pero no educarse con una máquina. Porque el niño aprende más con el ejemplo del maestro y con el amor que recibe de él que con todos los libros del mundo.
Termino. A los profesores de mi colegio, a las familias, a mis niños: os quiero muchísimo a todos. Nunca he dicho tantas veces y a tanta gente un “te quiero” más de corazón. Tengo que decíroslo porque no sabemos el tiempo que vamos a estar aquí y, si no os lo digo, me va a estallar el corazón de tanto amaros.
Que Dios os bendiga y nos libre a todos de esta peste.

MENSAJE DEL PRELADO DEL OPUS DEI




A las puertas del mes de mayo, Mons. Fernando Ocáriz nos invita unirnos a las intenciones del Papa acudiendo con fe a la protección de la Virgen María.
CARTAS PASTORALES Y MENSAJES
Opus Dei - Mensaje del Prelado (29 abril 2020)
Queridísimos: ¡que Jesús me guarde a mis hijas y a mis hijos!
Está a punto de comenzar el mes que, en la Iglesia, tradicionalmente dedicamos a la Santísima Virgen. En su mediación materna encontramos seguridad y también fuerza para seguir llevando el consuelo de su Hijo a quienes lo necesitan. Qué confianza nos da dirigir, como hacía san Josemaría, aquella invocación a nuestra Madre: refugium nostrum et virtus. También en las circunstancias que estamos viviendo en todo el mundo, ella es nuestra fuerza y nuestro refugio.
En muchos países, el inicio de mayo nos encontrará todavía en nuestros hogares, con escasa capacidad de movimiento, lo que quizá facilitará vivir las costumbres de piedad marianas más en familia, como el rosario o incluso la romería del mes de mayo. Aunque no podamos físicamente visitar santuarios, ermitas, etc., en estas circunstancias, siempre cabe asomarse a esos lugares con los medios digitales que la tecnología pone a nuestro alcance, e incluso invitando a familiares, amigos y conocidos.
Os pido especialmente que, en esas visitas a nuestra Madre, tengáis muy presentes las intenciones que el Papa Francisco nos ha transmitido en su carta del 25 de abril, en la que nos invita a redescubrir el rosario en casa y a seguir pidiendo el fin de la pandemia y la protección de la Virgen por los que más sufren.
Con todo cariño os bendice
vuestro Padre
Roma, 29 de abril de 2020

7 CRÍTICAS DE COLEGIOS Y FAMILIAS QUE DEJAN EN EVIDENCIA AL GOBIERNO Y SU "URGENTE" LEY DE EDUCACIÓN




La ministra Isabel Celaá, responsable de este proyecto de ley defiende que los hijos no pertenecen a los padresLa decisión del Gobierno socio-comunista de Pedro Sánchez de seguir adelante con la tramitación de la ley de Educación aprovechando el Estado de Alarma ha logrado poner en su contra a la casi totalidad de la educación concertada, que se ha rebelado contra esta medida.
Colegios, padres y profesores se han unido en la Plataforma Concertados a la que se han adherido ahora otras organizaciones educativas relevantes como CONCAPA, CEU San Pablo, Fundación Educatio Servanda, Plataforma por las Libertades, Plataforma Yolibre.org, Plataforma Libres para Educar a nuestros hijos y la Confederación Española de Asociaciones de Antiguos Alumnos de la Enseñanza Católica (CEAAAEC).
“Este proceder demuestra la prisa con que el Gobierno, por medio de la ministra de Educación, Isabel Celaá, y sus socios, quieren imponer una Ley educativa que no nació del consenso. Es más, esta Ley tiene indignada a la comunidad educativa por no contar con ella, elimina la educación especial, limita al máximo la libertad de educación, la de elección de los padres y la libertad religiosa-moral, al mismo tiempo que suprime la “demanda social” que es la verdadera garantía de libertad de las familias, presionando aún más a la red de iniciativa social -centros sostenidos parcialmente con fondos públicos “concertados”- que han sido vitales para vertebrar, estas últimas décadas, la educación de nuestro país”, afirman estas organizaciones.
Siete puntos para dejar en evidencia esta urgencia
De este modo, en un comunicado muestran su malestar con el Gobierno en estos 7 puntos:
1.- Este modo de proceder por imposición es contrario a las constantes llamadas al dialogo, consenso, equidad e igualdad a la que tanto apela la Sra. Ministra en todas sus declaraciones, despreciando una vez más la libertad de las familias para poder elegir el tipo de educación que quieren para sus hijos según sus convicciones religiosas y morales, según se afirma en el Art. 27 de la Constitución Española.
2.- Se limita o elimina la posibilidad, a la iniciativa social, de creación de centros educativos de cualquier otro tipo de inspiración, religiosa o no.
3.- Hace saltar nuevamente por los aires el pacto “social y político por la educación”, tan necesario en este momento en el que se quiere desarrollar una nueva Ley Orgánica de Educación, sin tener en cuenta las aportaciones de las organizaciones de la sociedad civil y de las familias, primeras educadoras de sus hijos.
4.- Es necesario no olvidar que el Estado es subsidiario a la responsabilidad educativa de las familias. Por ello, debe estar siempre a su servicio para trabajar complementariamente en la educación y formación con ellas. La patria potestad de nuestros hijos la tenemos las familias y es nuestra responsabilidad vigilar y velar por su protección.
5.- La citada Orden Ministerial echa por tierra el esfuerzo y el trabajo, no sólo de los alumnos sino de los propios docentes, al dejar en manos de las Comunidades Autónomas las decisiones de las promociones o titulaciones, sin adquirir las competencias necesarias, induce el desamparo legal y la inseguridad jurídica de los docentes y de los equipos directivos frente a los servicios de inspección educativa. Además de vulnerar la ley educativa actualmente vigente LOE-LOMCE, crea claras y sangrantes diferencias y discriminaciones dentro de la población escolar, más cuando estamos en un estado de alarma y en una situación muy excepcional.
6.- Es imperativo que las normas que se dicten sean claras y no contradictorias. Las dictadas hasta ahora generan incertidumbre y malestar en toda la comunidad educativa. Queremos que se cuente con todas las organizaciones antes de tomar decisiones unilaterales que, como estamos viendo, son cambiadas una y otra vez con el consiguiente perjuicio para la comunidad educativa. El Ministerio debe de asumir sus competencias, generales e iguales para todo el territorio y las Comunidades Autónomas las que su propia normativa, por tener las competencias transferidas, les atribuye.
7.- Pedimos a nuestros políticos “altura de miras” para trabajar, desde el consenso y el dialogo, por mejorar nuestro sistema educativo y la formación que reciben nuestros menores y universitarios, desde el consenso y el dialogo. El valor que determina el crecimiento y la prosperidad de una sociedad es su educación y su formación, que siempre es una inversión de futuro. Algo falla cuando nuestros mejores cerebros abandonan su país, con la pérdida de la inversión que se ha hecho en ellos.
Recordamos al Gobierno y a la Sra. Ministra que, en un momento tan excepcional como el que vivimos, no son apropiadas estas decisiones, que lo único que quieren es imponer sus propias medidas y las de sus socios de gobierno, excluyendo a la gran parte de la sociedad que no piensa de la misma forma. No es el momento para tratar de aprobar, de manera tan irregular y rozando la inconstitucionalidad, una Ley Orgánica de tanta importancia como la de Educación.
La política debería estar fuera de la tarea educativa. Hay que trabajar por una educación gratuita y universal, estatal o de iniciativa social, en equidad e igualdad y sobre todo de calidad, respetando en todo momento la libertad de educación y la libre elección de las familias.
Las medidas promovidas por el Gobierno actual ni buscan ni quieren el consenso. Lo único que pretenden es aprovechar la situación para seguir introduciendo ideología en las aulas y apartando a las familias del hecho educativo de sus hijos. Es decir, sin el mínimo pudor y respeto por el sufrimiento social originado por la pandemia del COVID19, que además se ha cobrado decenas de miles de muertos, nuestros gobernantes siguen buscando sus propios intereses ideológicos.

EL CARD. ROUCO PIDE VOLVER "CUANTO ANTES" A LAS MISAS CON FIELES GUARDANDO LAS MEDIDAS DE SEGURIDAD NECESARIAS

InfoCatólica

El cardenal Rouco pide volver «cuanto antes» a las Misas con fieles guardando las medidas de seguridad necesarias

DEBE DARSE UN RECONOCIMIENTO INEQUÍVOCO DEL DERECHO A LA LIBERTAD RELIGIOSA


En una entrevista exclusiva para Religión Confidencial, el cardenal Antonio María Rouco Varela responde con un «¡Cuanto antes!» a la pregunta de si hay que volver pronto a las eucaristías, a la vida eucarística.
(RC/InfoCatólica) El cardenal Rouco reflexiona en la entrevista sobre el papel de la Iglesia, reconociendo que ha habido déficit de predicación sobre la muerte y los novísimos, y más concretamente, en este tiempo de pandemia, asegura que ha percibido «en algunos ambientes, un déficit de reflexión, diríamos, de interpretación teológica a fondo de este signo de los tiempos que estamos viviendo. Limitarnos solo a hacer una aplicación voluntarista de las exigencias de los mandamientos, del gran mandamiento de la caridad, del mandamiento o de la voluntad del Señor a través del mandamiento de la caridad, es insuficiente».
En cuanto a la situación actual en España, responde a dos preguntas:
¿Cree que hay que volver pronto a las eucaristías, a la vida eucarística?
¡Cuánto antes! Siempre cuidando y guardando las medidas de seguridad sanitaria que las autoridades determinen en el servicio al bien común.
En este período de tiempo, ¿considera que ha estado en juego, en España, la libertad religiosa? ¿Cree que hay un riesgo de que algunos se aprovechen de esta situación para cercenar libertades fundamentales de los católicos y de la Iglesia?
Desde el punto de vista legal –es decir, del ordenamiento jurídico vigente– no. Y, desde el punto de vista de la opinión pública y de la sensibilidad general de la sociedad, creo que tampoco. Es probable que lo que ha habido sea diversidad en la interpretación concreta de las normas que rigen el estado de alarma. Resulta, sin embargo, imprescindible aclararlas en el sentido de un reconocimiento inequívoco de un derecho fundamental, clave para el conjunto de los derechos humanos, como es el derecho a la libertad religiosa.

EVANGELIO DEL DÍA Y MEDITACIÓN

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Primera lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 1, 5 — 2, 2

Queridos hermanos:
Este es el mensaje que hemos oído de Jesucristo y que os anunciamos: Dios es luz y en él no hay tiniebla alguna. Si decimos que estamos en comunión con él y vivimos en las tinieblas, mentimos y no obramos la verdad. Pero, si caminamos en la luz, lo mismo que él está en la luz, entonces estamos en comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado.
Si decimos que no hemos pecado, nos engañamos y la verdad no está en nosotros. Pero, si confesamos nuestros pecados, él, que es fiel y justo, nos perdonará los pecados y nos limpiará de toda injusticia. Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos mentiroso y su palabra no está en nosotros.
Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero, si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo. Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no solo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.

Salmo

Sal 102, 1b-2. 8-9. 13-14. 17-18a R/. Bendice, alma mía, al Señor

Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R/.

El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia.
No está siempre acusando
ni guarda rencor perpetuo. R/.

Como un padre siente ternura por sus hijos,
siente el Señor ternura por los que lo temen;
porque él conoce nuestra masa,
se acuerda de que somos barro. R/.

La misericordia del Señor
dura desde siempre y por siempre,
para aquellos que lo temen;
su justicia pasa de hijos a nietos:
para los que guardan la alianza. R/.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 25-30

En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

Reflexión del Evangelio de hoy

1 Juan 1-5. 2,2

Hay un tono de gozo pascual en este trozo de la carta de Juan. Habla como el testigo fiel que ha visto y experimentado a quien desde el principio ya se esperaban: Jesucristo, que es la Palabra de vida. Son los primeros testigos los que han visto, oído y tocado. Esa es una garantía de experiencia no ya solo psicológica o espiritual, sino física. Oír, ver, tocar. Su imaginario del resucitado no es mera ficción, sino experimentación, porque no sólo en Jesús se manifestó la vida, sino que ellos han sido unos privilegiados por haber creído con firmeza en Él. Eso no les eximía de sus momentos de incertidumbre y duda. El miedo, la duda, la inseguridad, la falta de certeza… iba en el zurrón pascual. Al abrirlo y compartir lo que dentro llevaban: trozos de luz, retazos de alegría, migajas de eucaristía… también salían aquellas piedrecillas de perplejidad, titubeos y vacilaciones…
Al igual que nos pasa a nosotros: ponemos nuestra vista/visión interior en un resucitado/testificado por los discípulos. No tendremos la misma experiencia “física” que va más allá de los sentidos. Pero sí la certeza interior, la confianza de que no hemos sido engañados. Son las razones del corazón confiado, del sentimiento acendrado, que la razón no pocas veces no comprende, pero que están ahí y de las que nos alimentamos para seguir viviendo de manera pascual. Ilusos, ingenuos, infantiles, no llamarán algunos. Que sigan haciéndolo. A nosotros nos plenifica la actitud de los que se saben van a resucitar con Él. Fue su palabra. En Él confiamos. Bendita ingenuidad la nuestra.

Salmo 102 

En plena primavera pascual el salmista grita su desesperación inicial. Está exhausto y le suplica a Dios que le responda. Está enfermo y abatido. La comunidad se apropió de esta súplica que con su voz se hace eco de esta actitud humana cuando el abandono, la soledad, el cansancio y el dolor, cercenan la vida. Esa experiencia la tenemos casi todos en muchos momentos. Pero el Señor no es sordo para siempre; también Él supo y sabe lo que es el abandono, la sospecha. Sufre cuando le abandonamos y marginamos de nuestras vidas. Y espera que la Pascua florida florezca. Y termina floreciendo.

Mateo 11, 25-30

En el evangelio encontramos la respuesta. Él, que ha escondido estas cosas a los sabios y entendidos, termina mostrándoselas a quienes sabiéndose pequeños y necesitados de su presencia/ayuda, saben confiar, esperar. Es una Buena Noticia para los cansados y agobiados si vamos hacia Él que nos invita, no nos fuerza a ir hacia su hombro amigo, donde encontraremos el descanso necesario para nuestro cansancio y agobio.
Yugo llevadero. Carga ligera. Por eso suele decirse y es verdad: Dios no da más cargas que las que podamos soportar. Sabe de nuestras fortalezas y de nuestras debilidades; pero sabe también que Él tiene arte y parte en ellas y no abandona a los suyos. Jesús habla aquí con el conocimiento que le proporciona su observación de las gentes, aquel palpar cuánto dolor y cuántas cargas tenían que soportar.
Eso hace que Él se muestre como el que arrima el hombro, la palabra animosa, el silencio respetuoso. Él es el salvador/palanca que levanta a cada uno que a Él acude desde la postración y la experiencia del necesitado de ayuda. Esa debe ser nuestra actitud pascual, la de la sensatez, la de la confianza, la de quien pone los ojos en quien inspira toda la confianza y no en otros que llenan de promesas su boca y al final nada hacen.
Y no se trata tan solo de que Él nos ayude y ponga su hombro, sino de que nosotros seamos continuadores de esa actitud: poner el nuestro para que otros se apoyen y encuentren el consuelo anhelado. “No basta sostener al débil, hay que sostenerlo después”, decía Shakespeare. Todo aquello que hagamos por otros no entra dentro del mundo del absurdo, sino que es justo lo que da sentido al absurdo de este mundo. Pero hemos de tener cuidado: ayudar a levantar las pesadas cargas a otros, no te obliga a llevárselas siempre.
Que este día se celebra Sta. Catalina de Siena, laica dominica, la mujer que puso su vida en manos de Dios, con su entera juventud, es la señal más clara de que lo femenino no es debilidad, sino fortaleza interior bien asentada. Luchadora de la unidad de la Iglesia dividida entre Roma y Aviñón, lográndolo por su íntima convicción y confianza en Jesús. Supo apoyar su cabeza y corazón en el hombro suave del Salvador.

Fr. José Antonio Solórzano Pérez O.P.
Fr. José Antonio Solórzano Pérez O.P.
Casa San Alberto Magno (Madrid)

lunes, 27 de abril de 2020

* EL CURA DEL SANTO CRISTO






Estos tiempos de pandemia, de miedos, de normas y prohibiciones me recuerdan a la Polonia comunista de Karol Wojtyla y la resistencia católica que lideró.

Y precisamente esa "resistencia católica" es la que veo en el momento actual que ejerce el Padre Rafael Pinto Vega junto a su Parroquia del Santo Cristo de San Fernando. Este sacerdote en vez de confinarse, como aconseja el mundo, se entrega a los demás teniendo las puertas del Templo abiertas a sus feligreses.

"El cura del Santo Cristo", así se titula mi artículo de hoy lunes en Información San Fernando.

Jesús Rodríguez Arias





EL CURA DEL SANTO CRISTO




Tenía ganas de escribir este artículo pues pienso es de Justicia. La pandemia del Coronavirus además de los miles de fallecidos y contagiados que están luchando en las camas de los hospitales o en sus casas, de los que sobreviven, que son muchos, también ha arrasado con todo lo conocido, con nuestra vida ordinaria, con la rutina, e incluso ha atacado de forma desmedida a nuestras creencias, por supuesto la religión católica porque otras parecen tener patente de corso.

Sí, este ataque desmedido de propios y extraños a la Santa Madre Iglesia me ha recordado a la Polonia comunista en los tiempos de Karol Wojtyla, San Juan Pablo II, donde todo estaba prohibido y que gracias a nuestro Papa Santo que se puso enfrente del totalitarismo apoyado por el pueblo a modo de una “resistencia católica” que dio buenos frutos y para apreciarlos en su debida dimensión os invito a revisar la historia.

Esa resistencia católica es la que están llevando a cabo muchos obispos y curas, que están luchando no solo contra el virus sino contra el odio del totalitarismo laicista así como la sinrazón de muchos católicos que no solo piensan que las Iglesias deberían estar cerradas sino que tienen la osadía de criticar abiertamente a prelados, sacerdotes y laicos que pensamos lo contrario. No os asombréis que algunos de estos cuando todo se haya calmado se puedan erigir en “autoridad” por medio de un atril donde “abrirán” su corazón a modo de ripios y alabanzas cuando antes persiguieron a esos hermanos suyos que defendían que los templos estuvieran abiertos pues son los hospitales del alma.

Y en esta resistencia católica, este llevar a Cristo a todos sin excepción, este entregarse en su misión apostólica, ese no solo mantener su Iglesia abierta sino de dotarla de más contenido que nos acerque a Dios en tiempos tan recios ya sea por retransmisiones por medio de las redes sociales, ya sea por la participación directa en la Eucaristía y adoración al Santísimo guardando las debidas distancias, es obra de sacerdotes entregados a Dios y al prójimo sobre todas las cosas. Este es el caso del cura del Cristo, del Padre D. Rafael Pinto Vega.

Don Rafael es de los que piensan que los sacerdotes deben dar un testimonio de valentía, sin hacer locuras y sin olvidar las medidas de seguridad. “No debemos reservarnos por miedo”. Este sacerdote es de los que dan la vida por sus feligreses si hiciera falta.

Estas palabras me retrotraen a esa Polonia comunista de Karol Wojtyla pues ese fue el testimonio que nos ofreció él como tantos sacerdotes que por llevar a cabo su misión apostólica dieron sus vidas por Dios, la Santa Madre Iglesia y por sus feligreses.

Pero el cura del Cristo, que es un hombre entregado a Jesús que lleva una vida eucaristizada, no solo celebra los actos litúrgicos, no solo ora en el silencio del Sagrario, sino que tiene abiertas las puertas del Templo para que los que quieran vayan a rezar así como se entrega a los más necesitados, en estos tiempos de desolación no solo por motivos sanitarios sino por la pobreza que se han visto inmersas muchas familias, activando aun más Cáritas de su Parroquia para intentar por todos los medios aliviar las necesidades reales de la feligresía del señero Barrio del Cristo.

La verdad es que siempre he admirado al Padre Rafael Pinto tanto a título personal y como laico católico. Siempre le agradeceré que estuviera con nosotros en los momentos más duros de nuestras vidas tanto en el fallecimiento de mi madre María del Carmen, ofició la Misa de cuerpo presente en el Tanatorio de San Fernando, como el responso que le ofreció a Conchita, la madre de mi mujer Hetepheres, en el Tanatorio de Jerez. Sé que es un cura valiente, de los que te puedes fiar, de los que van de cara, de los que no te doran la píldora porque lo que ansían sobre todas las cosas es nuestra salvación. Lo admiraba antes y más ahora cuando se ha convertido, como tantos otros obispos y sacerdotes, en fieles exponentes de una necesaria resistencia católica ante los desmanes, acoso y derribo que está sufriendo nuestra Madre la Iglesia. Admiración que hago extensiva también al Padre Duvan.

Jesús Rodríguez Arias






Fotografías gentileza de Mercedes Collantes Faz.

EVANGELIO DEL DÍA Y MEDITACIÓN

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Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 6, 8-15

En aquellos días, Esteban, lleno de gracia y poder, realizaba grandes prodigios y signos en medio del pueblo. Unos cuantos de la sinagoga llamada de los libertos, oriundos de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron a discutir con Esteban; pero no lograban hacer frente a la sabiduría y al espíritu con que hablaba.
Entonces indujeron a unos que asegurasen:
«Le hemos oído palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios».
Alborotaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas, y, viniendo de improviso, lo agarraron y lo condujeron al Sanedrín, presentando testigos falsos que decían:
«Este individuo no para de hablar contra el Lugar Santo y la Ley, pues le hemos oído decir que ese Jesús el Nazareno destruirá este lugar y cambiará las tradiciones que nos dio Moisés».
Todos los que estaban sentados en el Sanedrín fijaron su mirada en él y su rostro les pareció el de un ángel.

Salmo

Sal 118, 23-24. 26-27. 29-30 R/. Dichoso el que camina en la ley del Señor

Aunque los nobles se sienten a murmurar de mí,
tu siervo medita tus decretos;
tus preceptos son mi delicia,
tus enseñanzas son mis consejeros. R/.

Te expliqué mi camino, y me escuchaste:
enséñame tus mandamientos;
instrúyeme en el camino de tus mandatos,
y meditaré tus maravillas. R/.

Apártame del camino falso,
y dame la gracia de tu ley;
escogí el camino verdadero,
deseé tus mandamientos. R/.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 22-29

Después de que Jesús hubo saciado a cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el mar. Al día siguiente, la gente que se había quedado al otro lado del mar notó que allí no había habido más que una barca y que Jesús no había embarcado con sus discípulos, sino que sus discípulos se habían marchado solos.
Entretanto, unas barcas de Tiberíades llegaron cerca del sitio donde habían comido el pan después que el Señor había dado gracias. Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús.
Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron:
«Maestro, ¿cuándo has venido aquí?».
Jesús les contestó:
«En verdad, en verdad os digo: me buscáis no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a este lo ha sellado el Padre, Dios».
Ellos le preguntaron:
«Y, ¿qué tenemos que hacer para realizar las obras de Dios?».
Respondió Jesús:
«La obra de Dios es esta: que creáis en el que él ha enviado».

Reflexión del Evangelio de hoy

“No lograban hacer frente a la sabiduría y al espíritu con que hablaba”

Durante la cuaresma hemos podido escuchar en más de una ocasión que la luz deja al descubierto las obras de las tinieblas y es una de las cosas que podemos ver con claridad en este texto de los Hechos de los Apóstoles. Nos encontramos con las estratagemas de aquellos que se ponen a discutir con Esteban y “no sólo no pueden hacer frente a la sabiduría y al espíritu con el que hablaba”, sino que urden un plan lleno de mentiras acusándolo ante el pueblo y el sanedrín. Hacen con Esteban lo mismo que hicieron con Jesús para que su acusación tuviera efecto y así el alboroto  y la furia del pueblo fuera creciendo contra los hijos de la luz y seguidores de Aquel que pasó por el mundo haciendo el bien.
Esteban conoció a nuestro Señor durante su vida terrena pero no fue eso lo que hizo de él un gran discípulo de Jesús. Los Apóstoles habían recibido la fuerza del Espíritu Santo, ese Espíritu que aleteaba sobre la tierra como nos cuenta el libro del Génesis, el Espíritu que sostenía a los profetas en el Antiguo Testamento, el Espíritu del que habla Jesús en el Evangelio, que asistirá a sus seguidores ante los ataques y las fuerzas del mal, el Espíritu de Dios, tercera persona de la Santísima Trinidad. Por eso los judíos que atacaban a Esteban no podían hacer frente a sus palabras y a la fuerza de  su testimonio.  Es tiempo para pedirle a Dios una fuerte unión con él y que nuestras vidas sean fuertes espiritualmente como el ejemplo que se nos pone delante en este día con Esteban. El dejó su vida hablando de la bondad de Dios, sin miedos a las mentiras que podían decir sobre él y sobre todo sin miedo a la muerte, ya que Dios era su único y máximo valedor.

“La obra que Dios quiere es ésta: que creáis en el que él ha enviado”

Cuando el hombre tiene todas sus necesidades básicas cubiertas le es más difícil elevar los ojos al cielo y buscar al Dios de la vida que Jesús vino a manifestarnos y que era él mismo. La denuncia de Jesús en este extracto evangélico es muy clara, no podemos buscar a Dios tan sólo para cubrir nuestras necesidades humanas, que también son necesarias, pero no única y exclusivamente. Lo podemos comprobar con claridad en la última frase del texto que se proclama hoy.
La obra que Dios quiere es que creamos en el  Enviado, en su Hijo Jesucristo. Creer en Jesús no es cosa de ideas ni de discursos, ni siquiera de un momento esporádico de nuestra vida. Creer en Cristo es una forma de vida y hacerlo vida en nosotros. El cristiano, sea cual sea su estado de vida, debe hacer visible a Cristo presente en cada ser humano. Hoy deberíamos no sólo volver a recapacitar en nosotros cuál es nuestra conducta ante Dios y los hermanos, si son reflejo de bondad o por el contrario son reflejo del individualismo al que la sociedad nos invita.
A nivel mundial estamos viviendo circunstancias dolorosas e inquietantes y ahí es donde Jesús como a sus contemporáneos nos pone en jaque. Debemos de buscar a Dios para que fortalezca nuestro cuerpo y nuestro espíritu para poder estar al lado de aquellos que más sufren, de aquellos que la desesperanza no los deja levantar la cabeza. Las obras de misericordia que nos propone la Iglesia como modo de santificación no son cosas pasadas de moda, sino que es la hoja de ruta del seguidor de Cristo, ellas nos ayudan a desalojar de nuestro corazón el egoísmo y dejar de mirarnos nuestro propio ombligo para mirar los ojos de los otros, donde encontraremos al Dios que quizás no nos pueda pagar la factura de la luz, pero sí nos dará la fuerza necesaria para poder seguir adelante con la certeza y la alegría de pasar por la vida haciendo el bien, a ejemplo de nuestro Señor Jesucristo.
Pongámonos enfrente de este texto y digámosle al Señor con sinceridad por qué lo buscamos, cuáles son nuestras motivaciones más profundas y sin duda alguna Dios nos hará ver con claridad cuáles son las conductas que se ajustan al quehacer de Jesucristo, Luz y Señor del mundo y de la vida, y cuáles son las que, con espíritu de enmienda, debemos cambiar para hacer con Él la tierra y los cielos nuevos, donde el amor crezca por toda la eternidad.

 Monasterio Sta. María la Real - MM. Dominicas
Monasterio Sta. María la Real - MM. Dominicas
Bormujos (Sevilla)

sábado, 25 de abril de 2020

RESPONSO POR LOS DIFUNTOS, VÍCTIMAS DE LA PANDEMIA

LECTURAS Y EVANGELIO DEL DOMINGO

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Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 2, 14. 22-33

El día de Pentecostés Pedro, poniéndose en pie junto a los Once, levantó su voz y con toda solemnidad declaró:
«Judíos y vecinos todos de Jerusalén, enteraos bien y escuchad atentamente mis palabras.
A Jesús el Nazareno, varón acreditado por Dios ante vosotros con los milagros, prodigios y signos que Dios realizó por medio de él, como vosotros mismos sabéis, a este, entregado conforme al plan que Dios tenía establecido y previsto, lo matasteis, clavándolo a una cruz por manos de hombres inicuos. Pero Dios lo resucitó, librándolo de los dolores de la muerte, por cuanto no era posible que esta lo retuviera bajo su dominio, pues David dice, refiriéndose a él:
“Veía siempre al Señor delante de mí,
pues está a mi derecha para que no vacile.
Por eso se me alegró el corazón,
exultó mi lengua,
y hasta mi carne descansará esperanzada.
Porque no me abandonarás en el lugar de los muertos,
ni dejarás que tu Santo experimente corrupción.
Me has enseñado senderos de vida,
me saciarás de gozo con tu rostro”.
Hermanos, permitidme hablaros con franqueza: el patriarca David murió y lo enterraron, y su sepulcro está entre nosotros hasta el día de hoy. Pero como era profeta y sabía que Dios “le había jurado con juramento sentar en su trono a un descendiente suyo”, previéndolo, habló de la resurrección del Mesías cuando dijo que “no lo abandonará en el lugar de los muertos” y que “su carne no experimentará corrupción”. A este Jesús lo resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.
Exaltado, pues, por la diestra de Dios y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, lo ha derramado. Esto es lo que estáis viendo y oyendo».

Salmo

Sal 15, 1-2 y 5. 7-8. 9-10. 11 R/. Señor, me enseñarás el sendero de la vida

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
Yo digo al Señor: «Tú eres mi Dios».
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa,
mi suerte está en tu mano. R/.

Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré. R/.

Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa esperanzada.
Porque no me abandonarás en la región de los muertos,
ni dejarás a tu fiel ver la corrupción. R/.

Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha. R/.

Segunda lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 1, 17-21

Queridos hermanos:
Puesto que podéis llamar Padre al que juzga imparcialmente según las obras de cada uno, comportaos con temor durante el tiempo de vuestra peregrinación, pues ya sabéis que fuisteis liberados de vuestra conducta inútil, heredada de vuestros padres, pero no con algo corruptible, con oro o plata, sino con una sangre preciosa, como la de un cordero sin defecto y sin mancha, Cristo, previsto ya antes de la creación del mundo y manifestado en los últimos tiempos por vosotros, que, por medio de él, creéis en Dios, que lo resucitó de entre los muertos y le dio gloria, de manera que vuestra fe y vuestra esperanza estén puestas en Dios.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Lucas 24, 13-35

Aquel mismo día (el primero de la semana), dos de los discípulos de Jesús iban caminando a una aldea llamada Emaús, distante de Jerusalén unos sesenta estadios;
iban conversando entre ellos de todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo.
Él les dijo:
«¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?».
Ellos se detuvieron con aire entristecido, Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le respondió:
«Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabes lo que ha pasado allí estos días?».
Él les dijo:
«¿Qué?».
Ellos le contestaron:
«Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él iba a liberar a Israel, pero, con todo esto, ya estamos en el tercer día desde que esto sucedió. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado, pues habiendo ido muy de mañana al sepulcro, y no habiendo encontrado su cuerpo, vinieron diciendo que incluso habían visto una aparición de ángeles, que dicen que está vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron».
Entonces él les dijo:
«¡Qué necios y torpes sois para creer lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto y entrara así en su gloria?».
Y, comenzando por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras.
Llegaron cerca de la aldea adonde iban y él simuló que iba a seguir caminando; pero ellos lo apremiaron, diciendo:
«Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída».
Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron.
Pero él desapareció de su vista.
Y se dijeron el uno al otro:
«¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?».
Y, levantándose en aquel momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo:
«Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón».
Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.