lunes, 13 de abril de 2020

*RESUCITÓ






Resucitó y este Lunes de Pascua lo celebramos metidos en casa...

Y sobre lo que no está pasando va mi artículo de hoy lunes en Información San Fernando.

Jesús Rodríguez Arias










RESUCITÓ




Decían que no resucitaría, pidieron incluso guardias a la puerta de la tumba porque creían que los discípulos robarían el cuerpo y es que todo bribón cree que todos son de su misma condición.

Pero resucitó tal y como había anunciado. Con la Resurrección de Jesús se cumplió el plan establecido por Dios Padre para con nosotros que por Amor  sacrificó a su Unigénito para liberarnos de la oscuridad de la muerte, de los pesados fardos del pecado que nos hunde en la ciénaga de nuestra propia perdición. Cristo vence a la muerte y nos anuncia a todos que no tengamos miedo, que Él estará siempre con nosotros incluso cuando no lo queramos ver.

Hoy Lunes de Pascua celebramos la Resurrección de Jesús  metidos en casa. Una nueva ampliación del estado de alarma por los estragos que está causando la pandemia del Coronavirus hace que millones de españoles sigamos enclaustrados en nuestros hogares, millones de personas que observan con pavor lo que está sucediendo, las decenas de miles de contagiados y de fallecidos, algunos incluso forman parte de las propias familias. Millones de personas que no hacen más que pensar recluidos entre cuatro paredes y esto hace que el ánimo se baje e incluso se pierda la Esperanza mientras en los hospitales nuestros sanitarios dan lo mejor de sí con demasiados pocos medios, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad así como las Fuerzas Armadas ídem de lo mismo. Quince días más para seguir luchando contra este demoníaco virus, quince días más para ahondar en la tristeza colectiva del conjunto de los españoles que ven como pierden sus vidas demasiadas personas y comprueban como también ellos mismos las van perdiendo porque sus trabajos penden de un hilo.

Hay mucho miedo, nos lo han metido no tanto en nuestras casas sino en los huesos. Miedo a enfermar, a morir, a perder el trabajo… Miedo a salir, miedo a encontrarse con uno de nuestros semejantes, miedo del beso de tu pareja e incluso de los propios hijos. Nos estamos deshumanizando a marchas forzadas y esto al final, cuando el maldito virus sea vencido, nos va a pasar factura.

Ya nos la está pasando porque cuando salimos para algo concreto intentamos no encontrarnos con nadie, huimos de nuestros vecinos, porque todos para todos somos unos apestados. Es verdad que hay que cuidar las condiciones sanitarias en cuanto a la propagación del virus pero pienso que el día que nos abran las puertas de nuestras casas más de uno se va a pensar si sale o se queda en la misma.

Personalmente os confesaré que no tengo miedo pues confío plenamente en Dios y solo Él sabe cuando será mi final por  lo que ese miedo del que os estoy hablando no habita en mi hogar y desde esa perspectiva observo con inmensa tristeza como este maldito Coronavirus se está ensañando con nuestros mayores, los que sacaron a España y a nuestras familias hacia adelante, como residencias de ancianos cuenta con muertos cada día, como afrontan desde la soledad los padecimientos del contagio y la soledad de la muerte. Sensación de vacío es la que tienen sus familiares cuando reciben la llamada que su ser querido ha muerto y al día siguiente para  ir a recoger sus cenizas. La frialdad de la muerte en estado puro. Entierro según reglamentario protocolo y a llorar a casa. Esto simplemente es inhumano. Igual que nuestros ancianos, personas con enfermedades crónicas, sanitarios, Policías, Guardia Civiles, militares, sacerdotes que han sido contagiados por su inmensa labor de salvar al prójimo con la mínima protección.

Ha Resucitado y ya pasó una Semana Santa  inusual y vacía de esencia cofrade. Calles de pueblos y ciudades vacías, silencio mortecino solo roto cada tarde a las ocho donde todos aplauden a los que están dando sus vidas por los demás. Ha Resucitado y espero que esta crisis sanitaria que nos ha dejado a todos desmadejados nos sirva al menos para mirar hacia Dios con más frecuencia, hacia nuestros hermanos, el prójimo, que son todos los que nos rodean. Nos toca humanizar un mundo deshumanizado.

La tarea que tenemos entre manos no es fácil pues cuando todo pase estaremos literalmente destrozados pero Dios lo puede todo.

A pesar del Coronavirus: ¡Feliz Pascua de Resurrección!




Jesús Rodríguez Arias

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