jueves, 31 de enero de 2019

¿QUÉ PASA CON EL OBISPO DE CÁDIZ?; POR FRANCISCO SERRANO OCEJA

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Religión Confidencial

Rafael Zornoza.
El pasado viernes los obispos del sur de España hicieron pública una “Nota en relación a un artículo difamatorio sobre la actuación pastoral del obispo de Cádiz y Ceuta, monseñor Rafael Zornoza”. Inusitada actuación pública de todo un episcopado regional.

Advierto que no me parece adecuada la práctica de poner el peso de la argumentación en demonizar a medios y mensajeros. Entiendo que se ha querido, con la nota de los obispos del sur de España,  salir en defensa del obispo, decirle que no está solo y supuestamente frenar determinadas dinámicas públicas.

Por cierto que de la gravedad de lo que allí estaba ocurriendo me di cuenta cuando un hombre tan ponderado, Consejero Nacional de la Asociación Católica de Propagandistas, Catedrático de Historia Moderna de la Universidad de Cádiz, un católico e intelectual de pro, Manuel Bustos, publicó en las vísperas de la nota una larga sábana en el diario de más tirada de esa provincia con el título “El obispo y su obra”. Actuación no única en ese sentido de los Propagandistas del Centro de Cádiz, por cierto.


Como dice mi buen amigo Bustos, no pretendo “contrarrestar nada (allá cada uno con su conciencia)” sino “recordar algunos puntos fuertes de su gobierno diocesano”-referido al obispo-.

Por cierto que después han ido apareciendo otras columnas en defensa de monseñor Zornoza. Por ejemplo la de Nicolás Barroso, “El acoso a un buen obispo”.

Creo que lo que se está poniendo en entredicho no es solo al obispo de Cádiz. Informaciones de esta naturaleza producen también el efecto de una dinámica de miedo –al qué dirán, a la imagen negativa…- ante la posibilidad de que un obispo, cualquier obispo, pueda actuar, dentro de los márgenes del derecho canónico y la prudencia pastoral en el juicio de todo gobierno en conciencia, ante las irregularidades que haya detectado. Efecto de un miedo que paraliza, y como todo miedo, contrario a la libertad. Quizá uno de los problemas de la Iglesia hoy, también en España, es el de la auténtica libertad.

Es más, podríamos estar ante una determinada forma de hacer y de resolver, o no, los problemas en la Iglesia, que es ajena a la tradición misma o a la manera de solucionar los conflictos en la Iglesia. Incluso desde el punto de vista histórico del derecho penal eclesial. En otras épocas se recurría a los príncipes laicos. Ahora a los medios. 

Pongamos por caso el siguiente ejemplo, como diría la moral clásica, monseñor Cayo contra el sacerdote Ticio:

Un obispo descubre que un párroco utiliza las cuentas de la parroquia a su antojo. Le llama al despacho, dialoga, el párroco se cierra en banda, el obispo toma una serie de decisiones amparado en la normativa canónica –¿o también se discute la normativa canónica?-. Comienza una campaña pública contra el obispo. El obispo, identificado con poder arbitrario, siempre da mucho juego.


Por lo tanto, la defensa no se da en los ámbitos propios de la salvaguarda de los derechos de todos, solo, sino en la opinión publicada con una corriente a la que, naturalmente, se suman otros muchos descontentos.

El siguiente paso es nacionalizar el caso, por no decir internacionalizarlo, sin esperar a que se haya resuelto, es decir, en medio del proceso. Llevarlo a los medios nacionales, globales. Cuando más potente y prescriptor sea el medio, o los medios que se utilizan, más percepción de la imagen negativa del obispo.

Y si el obispo es hijo de una determinada herencia eclesial, no está demás sacar el expediente, que la memoria nunca falla por estos predios. Y aquí se suman otros. Y si de lo que se trata es de que llegue a Roma, por vías paralelas a la Nunciatura, ni te cuento.

A partir de ahí se desencadena la dinámica de la respuesta, de la contra versión. Salen en defensa del obispo los suyos. Se divide el mapa…

Vayamos al ejemplo contrario, el sacerdote Tico contra monseñor Cayo, para comprobar que los efectos últimos negativos son similares. Que el obispo está cometiendo una injusticia, o tiene la costumbre de determinadas prácticas no apropiadas para el ejercicio del ministerio, pues a los medios. Por ejemplo, que se encariña de los dineros de una parroquia o fundación, ¿para qué utilizar el derecho canónico, o la vía de la Nunciatura? –cuestión esta peliaguda, la de la Nunciatura y el ritmo de los titulares de los medios-.

En vez de articular la defensa de los derechos del pueblo de Dios, o de un sacerdote, o de un grupo de sacerdotes, o de los religiosos, por las vías oportunas, la consigna es: al juicio paralelo, a la justicia de los titulares.

Esta dinámica, por cierto, no tiene nada que ver con la necesidad de la libertad de opinión pública, ni con la tan acreditada por el magisterio obligación de la opinión pública en la Iglesia, tan alentada, entre otros por Pablo VI. Tiene que ver con la relación entre los medios y el poder de los titulares, que es el juego de los medios. Una dinámica de efectos demoledores.

No es el primer caso en la historia reciente de la Iglesia en España que se produce esta forma de actuar. Incluso en Andalucía. Después están los que piensan que en la Iglesia, la cave es el tiempo. Dejar pasar el tiempo, ganar tiempo… Mal negocio el del tiempo en una sociedad como la nuestra. 

 Está claro, y vayamos al caso concreto, que sobre lo que ha hecho el obispo de Cádiz, monseñor Rafael Zornoza, mientras que siga apostando por el silencio y haya renunciado a defenderse, “dejando a  quien corresponda la investigación de los hechos que como obispo ha debido afrontar”, no podemos decir mucho más. Y si pudiéramos, porque una parte hubiera facilitado la información, tendría que quedar muy claro este supuesto.

Lo que sí podemos es poner el caso en contexto de algo más que una investigación. ¿De qué tipo?, ¿Judicial civil, canónica? Y esperar a que algún día se aclare lo que ha ocurrido en Cádiz, lo que ha pasado, lo que ha hecho y no ha hecho el obispo.

Por cierto, de los casos pasados que se dieron en Andalucía, ahí siguen los obispos que estuvieron implicados. Y, añado, a este paso el tribunal que más futuro tiene en la Iglesia en España es el penal de la Rota de Madrid.

En fin, que no se trata de defender al obispo, ni por ser obispo, ni al obispo de Cádiz en concreto, -aunque no niego que muchas decisiones suyas sean defendibles, otras criticables, las más opinables, como la de todos los obispos-, ni al de Medina-Sidonia, ni a las víctimas de una forma de gobierno en la Iglesia, que la dinámica de victimario-víctima siempre es peligrosa.

Otro día, si es menester, escribiré sobre las decisiones interesantes que ha tomado el actual obispo de Cádiz. A mi entender, claro. Por ejemplo, en la formación de los futuros sacerdotes.   

De lo que se trata es de proponer un modo de resolución de problemas y conflictos que contribuya a la auténtica renovación de la Iglesia, que no creo que esté relacionada con la caza de brujas al estilo McCarthy, a la descalificación global y por sistema. Un modelo que sirva en Cádiz, en Madrid, en Guadalajara y en Ciudad Rodrigo.

Y para punto y seguido, el mensaje del Papa Francisco a los obispos en la reciente JMJ de Panamá. No es necesario citar ningún párrafo en concreto. Aunque con ganas me quedo…

LOLITA Y LOS PANCHOS CANTAN JUNTOS BOLEROS

¿TE VIENES A VILLALUENGA CON LA REDENCIÓN SALESIANA DE JEREZ?


¿LLUEVE? ¡¡VEN!! ES VILLALUENGA


CONVOCAN UN GRAN ENCUENTRO MUNDIAL EN FÁTIMA: HABRÁ ROSARIO, ADORACIÓN Y CONSAGRACIÓN A MARÍA



Este encuentro mundial pretende llevar a la práctica lo que la Virgen dijo a los pastorcitos en Fátima
Javier Lozano
Orar a María por el mundo. “Rezad el Rosario todos los días para alcanzar la paz del mundo y el fin de la guerra”, pidió la Virgen María a los pastorcitos en sus apariciones en Fátima. Más de un siglo después, Mater Fátima convoca a creyentes a un gran encuentro de oración y adoración que se celebrará en el centenario de la muerte de San Francisco y Santa Jacinta Marto, dos de los tres videntes junto a su prima Lucía. La primera gran cita se producirá el 4 de abril de 2019, centenario de la partida al cielo de Francisco, y el 20 de febrero de 2020, el de Jacinta.
De este modo, la parroquia de Fátima a través de esta iniciativa y con el apoyo del cardenal Antonio Marto, obispo de Leiria-Fátima, así como del propio santuario, ha invitado al mundo a una adoración eucarística donde se rezará el Rosario en varios idiomas. Al final se hará una consagración al Inmaculado Corazón de María.
“Una oportunidad para compartir la alegría de la fe”
Esta gran celebración se llevará a cabo en la parroquia de Fátima, y está invitado todo aquel que busque “consuelo, esperanza, paz y reconciliación”, pues según los organizadores “es una oportunidad para quienes quieran compartir la alegría de su fe en un mundo necesitado de Dios”.
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Pero para todo aquel que no pueda viajar hasta Fátima hay otras formas de participar uniéndose espiritualmente a este encuentro en catedrales, parroquias, colegios o instituciones de todo el mundo que lo deseen rezando el Rosario y estando en comunión con Mater Fátima.
Una invitación a todos los estratos y grupos de la sociedad
Los organizadores afirman que en este gran evento participarán cardenales, obispos, parroquias, santuarios, congregaciones religiosas, grupos de oración, universidades y hospitales. También se han adherido empresas, fábricas, bancos, medios de comunicación, asociaciones culturales, fundaciones, jóvenes, niños, familias, centros penitenciarios, geriátricos, deportistas y hasta militares.
Siguiendo así la petición de la Virgen, estas serán las intenciones por las que se rezará este Rosario a nivel mundial el próximo 4 de abril de este 2019 y más adelante el 20 de febrero de 2020:
1. Paz en el mundo, por el Santo Padre y por el fin del aborto.
2. Conversión de los pobres pecadores.
3. Reparación de los corazones de Jesús y María.
4. Conversión de Rusia.
5. Interceder por las almas del Purgatorio.
“Nunca te dejaré. Mi Inmaculado Corazón será tu refugio y el camino que te conducirá a Dios”, dijo la Virgen a los pastorcitos. A Él se encomendarán en pocas semanas miles de personas desde Fátima y otras tantas en comunión desde todos los rincones del mundo.
Para más información sobre el encuentro Mater Fátima pinche AQUÍ

CHESTERTON SE ANTICIPA A LOS TEMAS CANDENTES EN PLENO SIGLO XXI

InfoCatólica




CHESTERTON EN BREVE
Entrevista de Javier Navascués a Emilio Domínguez Díaz.
Doctor Europeus en Humanidades y Licenciado en Filología Inglesa.
Profesor de la Universidad Rey Juan Carlos y del Colegio Tajamar
¿Quién fue Chesterton? Brevísima biografía.
Chesterton fue un gran escritor inglés que, además de novelas, escribió historias cortas, ensayos e, incluso, poesía. En las primeras décadas del siglo XX, desde 1900 cuando contaba con 26 años, llegó a publicar un centenar de libros hasta su fallecimiento el 14 de junio de 1936.
Su vida estuvo íntimamente ligada a la ciudad de Londres, donde creció dentro de una familia de clase media y, posteriormente, cursó sus estudios en prestigiosos centros académicos como el University College o el Slade School of Arts. Su entrada, de hecho, en este último supuso el inicio de una crisis personal en 1895 con episodios depresivos y fascinación por lo relacionado con el demonio. Tal vez, esas dudas fueron culpables del abandono de los estudios en esa etapa universitaria y, a su vez, el deseo de ponerse a trabajar y dar rienda suelta a su imaginación y talento literario en Redway, una editorial londinense.
Años después, Frances Blogg, con la que contraería matrimonio en 1901, y su madurez espiritual, tras un lento y sopesado proceso de conversión, se convertirían en los pilares de un nuevo Chesterton, sólido y afianzado en valores que, hasta los 25 años, no había puesto a prueba.
Justo a principios de siglo, Chesterton comienza a producir poesía y, poco después, novelas como The Napoleon of Notting Hill o The Man Who Was Thursday en las que, respectivamente, retrata la ciudad de Londres a través de una fantasía política y la decadencia generalizada de finales del siglo XIX.
Tras varios años de matrimonio con Frances, la pareja se trasladó a Beaconsfield y, desde allí, produciría la mayor parte de su obra entre la que no faltó su labor periodística tras la Primera Guerra Mundial y, después de su conversión al catolicismo en 1922, una serie de trabajos como el famoso “Ortodoxia” o los dedicados a San Francisco de Asís y Tomas de Aquino.
Toda esta labor literaria le trasladaría al mapa literario del primer tercio del siglo XX y, además, al justo reconocimiento por parte de prestigiosas universidades como las de Dublín, Edimburgo o Notre Dame.
¿Cómo fue su proceso de conversión al catolicismo?
Aunque sólo disfrutó de 14 años como católico, desde 1922 hasta 1936, Chesterton demostró con obras anteriores a su conversión que pensaba, obraba, comunicaba y escribía con una fuerte carga religiosa relacionada, al mismo tiempo, con un pensamiento cercano a nuestra fe católica.
De hecho, hay trabajos y personajes en sus novelas que, claramente, evidencian esa aproximación al paso definitivo que, después de muchos años de tenerlo en mente, finalmente daría. Por ejemplo, hay personajes como el padre Brown o Ian Maclan que son héroes en sus libros y ambos son católicos, como la defensa que hace del catolicismo en “Ortodoxia” (1908), donde defiende a sacerdotes y la doctrina católica sin ningún tipo de complejos a pesar de la época y el país en el que vivía. En ocasiones, ser o ejercer de católico en un país como Inglaterra podía suponer una invitación al riesgo y Chesterton supo afrontarlo sin esconderse y con una vida ejemplar tanto en lo familiar como en lo profesional. Además, fue osado en sus últimos años, ya converso católico, en los que el protestantismo también sería objeto de su dura crítica.
Cabe destacar que el lento proceso de su conversión viene determinado por diversos factores que acontecen en su vida privada, en su pensamiento y que, luego, se ven reflejados en sus escritos. Hay un aspecto personal vital, su esposa. Chesterton nunca apartó a Frances Blogg de la decisión que, finalmente, tomaría. Ella fue partícipe de sus intenciones. En el pasado, de hecho, también lo habían sido amigos como el padre O’Connor en una conversación en 1912 o Maurice Baring, converso desde 1909. Decía Hilaire Belloc que siempre tuvo dudas de que Chesterton llegase a ser católico conociendo su particular modo de ser o su minuciosa forma de actuar antes de tomar decisiones. Por último, el padre Knox fue, tal vez, el último intermediario de su sopesada decisión. Éste era amigo de Baring y, juntos, mantenían debates y discusiones de gran calado que, al final, servirían para que Chesterton se decidiera a abrazar la fe católica.
Un descubrimiento añadido es el de su tardía devoción mariana aunque hay testimonios de conversaciones con Belloc en 1907 en los que ya se atisba esa estrecha relación que empieza a formarse y que, años más tarde, queda consolidada tras múltiples experiencias y viajes, como la notable experiencia ante una imagen de la Virgen en el puerto de Brindisi o la rápida asociación que, en su pensamiento, solía establecer entre Iglesia católica y la Virgen María.
Y, desde mi punto de vista, creo que la fatídica muerte de su hermano Cecil casi al final de la Primera Guerra Mundial también influyó en su conversión años después. Hablo de un nivel mucho más íntimo, de una colaboración profesional a nivel periodístico y de un compromiso personal adquirido; laboral con el periódico y espiritual con la nueva religión, tras la inesperada llegada de la fatalidad a casa de los Chesterton.
Háblenos de la importancia de la razón en este proceso.
La razón del proceso puede resumirse en una única palabra: verdad. Podríamos hablar de cientos o miles de razones que, durante años, fueron acumulándose en la balanza de Chesterton pero todas pueden resumirse en que la respuesta a la pregunta “¿por qué soy católico?” bien puede hallarse en una contundente aseveración como la de que “el catolicismo es verdad".
Chesterton dio muestras de un total convencimiento de que, para llegar a la teología católica, la razón y la libertad han de ser los inseparables compañeros de viaje junto con la presencia de la inteligencia. El hecho de la conversión conlleva el aprendizaje de cómo pensar, racionalizar o reflexionar. Y, por supuesto, el proceso no implica el abandono del pensamiento.
La fe católica es racional y de una lógica aplastante, a diferencia de otras creencias.
Racional, lógica, verdadera, auténtica, convincente, tradicional, milenaria… Son tantos los calificativos que se le puede dar que no tiene parangón con nuevas creencias que se adaptan a unas determinadas circunstancias, a un tiempo concreto con una serie de especificaciones o características según diversos factores temporales, sociales, geográficos, económicos, políticos, etc…
Chesterton siempre defendió la frescura, la viveza de su nueva religión y ensalzó la riqueza de su historia, rituales y tradiciones sin tener que someterse al gusto o preferencias de nuevos tiempos o recién llegados como él. Habla del catolicismo como una religión que lleva a los hombres al camino de la moralidad incluso cuando éstos no están por la labor de practicarla. Afirma, por otra parte, que predica la reconciliación social entre enemigos que preferirían la destrucción o desaparición del contrario o, por último, habla de la caridad o la castidad ante todos aquellos que no creen en ellas.
Y esa lógica aplastante le traslada a la libertad, a una libertad personal hallada en una creencia tradicional, opuesta a lo efímero, a la espontaneidad de modas u otras creencias que, según Chesterton, estrechaban y restringían su vida, su entorno, sus posibilidades dentro del espacio que ocupaba en el mundo.
Tenía la sencillez de un niño para ver la verdad y gran profundidad para penetrar en ella.
Hay una cita en “Ortodoxia” respecto al entendimiento de los niños y su forma de ver la vida, opuesta a la de los adultos. Chesterton afirmaba que los niños desbordan vitalidad porque su espíritu es fiero, libre, salvaje. Por esta razón, insisten en la repetición de sus acciones, de sus juegos y que éstos no sufran cambios o transformaciones.
Sin embargo, los adultos no son lo suficientemente fuertes o capaces para mantener el ritmo que los niños o sus hijos les demandan y, así, no encuentran la alegría en esa pueril monotonía. Pero Dios, sí. Él muestra su vigor, su fuerza, cuando todas las mañanas hace brillar al sol o cuando hace que la luna salga todas las noches. Lo hace repetidamente y nunca se cansa. Dios tiene ese insaciable apetito de la infancia y nosotros, que hemos pecado y nos hemos hecho mayores, somos más ancianos y débiles que Él.
Para Chesterton decir o mostrar toda la verdad es sinónimo de poseer una gran virtud, mientras que una verdad a medias es síntoma inequívoco de algún vicio o defecto.
Un autor lúcido y mordaz en defensa de la verdad.
Y no sólo de la verdad, sino también de Dios y la razón con la disponibilidad de todo su ingenio para acercar estos tres valores a su nación. Valga como anécdota que, tras su muerte, el Papa Pío XI mandó un telegrama a través del cardenal Pacelli y se dirigió a Chesterton como “defensor de la fe", segunda vez que un Sumo Pontífice actuaba de esta manera con un inglés. Paradójicamente, la vez anterior había sido con Enrique VIII, quien luego provocaría la herida más profunda a la Iglesia de Roma. Y la paradoja, la ironía y ese estilo tan mordaz fueron características inseparables en las miles de citas que nos ha legado sobre razón, fe, verdad, moralidad, existencia, etc.
¿Por qué es interesante leer a Chesterton?
Creo que leer a Chesterton es una invitación que cualquier lector puede hacerse a título individual para ver, comprender y decir cosas que, sin la perspectiva u opinión de nuestro autor, nunca habrían pasado por su cabeza. Tal vez, incluso, ese mismo lector podría llegar a preguntarse las razones por las que, sin esa lectura, no había abierto los ojos a la hora de discernir o caer en la cuenta de cosas triviales que ocurren en nuestra cotidianeidad. Chesterton y sus lecturas iban con ventaja en el primer tercio del siglo XX y sus opiniones son totalmente válidas para, un siglo después, ayudarnos a abrir los ojos ante nuestra propia realidad.
Además, Chesterton fue un escritor polifacético y, como hoy decimos, multidisciplinar en lo referente a su prolífica creación literaria. Su oferta va desde el ensayo periodístico a la crítica social pasando por decenas de relatos cortos, poesía, obras de teatro o cientos de artículos que revelan su pensamiento y nos anticipan claves de lo que, años después, podrían ser las luces del camino que, día a día, emprendemos en nuestras vidas. Esa variedad, no exenta de sentido común, es también otra razón de peso para tomar esta opción de lectura en función de gustos personales.
Hablando de invitaciones, ¿por qué no empezar con “G.K. Chesterton: el apóstol del sentido común"?
¿Qué es lo que aporta al pensamiento católico?
En “La Iglesia católica y la conversión", cinco años después de su llegada a la fe católica, Chesterton nos habla de que todos los caminos nos llevan a Roma y que todo peregrino puede decir que todos esos caminos han sido como el que él mismo ha recorrido, pero reconoce la diversidad de la Iglesia y el centenar de puertas por las que se puede acceder desde esos diversos orígenes.
Además de la diversidad, la reflexión personal, el sentido común y la paciencia de todo el proceso, Chesterton nos deja un plan como auténtico legado. Es el plan de, en su caso, un largo recorrido hacia la Iglesia católica que divide en tres fases: defensa, descubrimiento y huida. Y el propio escritor es fiel y firme representante de este esquema y sus pasos para alcanzar un objetivo que, como todos los que tenemos en la vida, no son ajenos a la duda o su final cumplimiento.
Al igual que el Cardenal Newman, Edith Stein y otros intelectuales católicos, al buscar, con profundidad, la verdad la halló en la Iglesia Católica.
No sólo la verdad, sino un profundo sentimiento de espiritualidad y el ardiente deseo de hallar lo auténtico con perseverancia, tenacidad y valentía para, independientemente de sus orígenes o circunstancias, alcanzar la alegría y una paz interior derivada de su recepción por parte de la Iglesia católica.
Estas figuras, por otro lado, tienen en común al padre O’Connor y la lectura de los escritos de Santo Tomás de Aquino. Ambos son instigadores del decisivo cambio de unas vidas en las que la religión había sido ignorada, despreciada o, simplemente, no había tenido la suficiente fuerza para, como en el caso de Edith Stein, combatir la persistente tristeza de su vida o, respecto a Chesterton, ese continuo sentimiento de ausencia de algo que había estado latente en su pensamiento y corazón durante mucho tiempo.
Y es también reseñable que, tras hallar la verdad, no cejaron en su empeño de apoyar su nueva causa con una importante acción evangelizadora a pesar de los obstáculos y muchos detractores que hallaron en la nueva orientación que habían dado a sus vidas.
Háblenos de la principales obras del autor. ¿Qué libros recomienda para empezar?
Entre las principales obras de Chesterton, ya hemos citado algunas y, además, se ha tratado el carácter diverso de su producción literaria. Como obras más representativas, mencionaría su ensayo “Ortodoxia", a propósito de su experiencia personal e inicio del cambio existencial, o “Los relatos del Padre Brown", máximo exponente de la narración de relatos cortos. Respecto a las novelas más importantes, citaría “El hombre que fue jueves” o “El Napoleón de Notting Hill".
Siguiendo mi camino personal y el paulatino descubrimiento de Chesterton, éste te permite muchas opciones y mis dos recomendaciones tienen que ver, en primer lugar, con la lectura de alguna de sus biografías como las de ya fallecida activista católica Maisie Ward o el converso contemporáneo Joseph Pearce, a su vez gran biógrafo de otros conversos.
Por otro lado, la que citaba en una pregunta anterior, “G.K. Chesterton: el apóstol del sentido común” de Dale Ahlquist, gran experto en la vida y obra de nuestro protagonista.
¿Desearía añadir algo?
Tal vez, destacaría el carácter de anticipación de Chesterton respecto a los temas candentes en pleno siglo XXI. El desequilibrio social, la cultura de la muerte y los ataques a la religión, al concepto de familia tradicional o la dignidad del ser humano fueron abordados por su ingenio, inteligencia y clarividencia, que siempre estuvieron al servicio de los más desfavorecidos, de los pobres, de los débiles y de las familias en apuros o riesgo de exclusión social.
Su activismo es digno de mención en todos aquellos campos y géneros literarios en los que participó. Y en ninguno de ellos se privó de una buena cerveza, un buen vino o un buen puro para disfrutar de la vida y reforzar el concepto de libertad que su fe católica le había otorgado tras muchos años de estudio y descubrimientos antes de culminar con su bien merecida meta espiritual, su definitiva conversión católica.

Javier Navascués Pérez

GOOGLE ELIMINA EN SUS PRESENTACIONES LA PALABRA "FAMILIA" POR "HOMOFÓBICA"

InfoCatólica

Google elimina en sus presentaciones la palabra «familia» por «homofóbica»Google ha decidido eliminar la palabra familia en su sentido original (padre, madre e hijos) para plegarse al lenguaje políticamente correcto
(Juan Robles/Actuall) El uso de la palabra «familia» en una presentación interna de Google ha desatado una controversia que ha concluido con la eliminación de la palabra, después de que algunos empleados calificaran el término de «ofensivo» y «homofóbico».
La discutida presentación versaba sobre un producto relacionado con los niños y, debido a la dimensión de las protestas, que uno de los vicepresidentes de la compañía, Pavni Diwanji, abrió un foro de discusión sobre la cuestión para averiguar «cómo la compañía podía ser más incluyente».
Tal y como detalla The Daily Caller, un empleado salió airado de la presentación al entender que el uso de la palabra familia se refería a «hogar con niños», lo que le llevó a difundir una carta en la que descalificaba esta vinculación como «ofensiva, inapropiada, homofóbica e incorrecta».
El uso del término «amigable con la familia» (family friendly en inglés) utilizado como» amistoso para los niños» supone, a su juicio, «usted y los suyos no cuentan como familia a menos que tengan hijos».
En la misiva, insiste: «El uso de ‘familia’ como sinónimo de ‘con niños’ tiene una asociación de años con organizaciones profundamente homofóbicas. Esto no significa que no debamos usar la palabra ‘familia’ para referirse a las familias, sino que debemos insistir obstinadamente en que la familia no implica a los niños».
Del mismo modo, asegura que «incluso el sentido, ‘adecuado para toda la familia’, que usted podría pensar que es inobjetable, también es totalmente erróneo. Solo funciona si tenemos una concepción compartida avanzada de lo que es ‘toda la familia’, y eso casi siempre se usa para referirse a una familia con dos adultos, de sexo opuesto, en una relación romántica / sexual, con dos o más de ellos mismos niños».
Por último, el trabajador señala: «Use la palabra ‘familia’ para referirse a un conjunto amoroso de personas que pueden o no vivir juntas y pueden o no incluir a personas de cualquier edad en particular. Deje de usarlo para significar niños».
Aproximadamente, un centenar de trabajadores respaldaron la queja, con argumentos como los que siguen: «Usar ‘familia’ para significar ‘personas con niños’ también me molesta como una mujer cis [heterosexual] que no tiene ni quiere tener hijos. Mi esposo, mis padres y mis mascotas son mi familia».

Despedido por disentir de lo políticamente correcto

En agosto de 2017, un trabajador de Google, fue despedido después de expresarse con libertad en un foro interno de la compañía en el que instó a analizar la ideología de género y a valorar las diferencias naturales entre hombre y mujer y su complementariedad.
James Damore fue objeto de una campaña mundial de reproches que llevó a Google a despedirle por emitir su opinión.
«Valoro la diversidad y la inclusión, no estoy negando que el sexismo exista ni respaldo el uso de estereotipos. Al abordar la brecha de representación de la población, necesitamos observar las diferencias de distribución de la misma. […] Las diferencias en la distribución de rasgos entre hombres y mujeres pueden explicar parcialmente por qué no tenemos una representación del 50% de mujeres en puestos de liderazgo tecnológico. […] Si no podemos tener una discusión honesta sobre esto, nunca podremos resolver de verdad el problema», explicaba Damore.
«Espero que quede claro que no estoy afirmando que la diversidad sea algo malo, que Google o la sociedad ya sean 100% justos, o que no debamos intentar corregir los sesgos existentes […]. A lo que voy es a que mostramos una intolerancia hacia ideas y evidencias que no se ajustan a un determinado marco ideológico. […] Tampoco propongo que debamos restringir a las personas a determinados roles de género; de hecho sostengo más bien lo contrario: que las tratemos como a individuos y no sólo como un miembro más de su grupo social», concluyó.

PAPA EN SANTA MARTA: QUE LOS SACERDOTES SEAN ALEGRES COMO DON BOSCO

Vatican News


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En el día en que la Iglesia celebra a San Juan Bosco, el Papa entrelaza sobre su figura la homilía de la Misa matutina en Casa Santa Marta. Su exhortación es que los sacerdotes no sean funcionarios sino que tengan el valor de tener ojos de hombre y de Dios hacia el pueblo
Debora Donnini – Ciudad del Vaticano

Que los sacerdotes sean alegres y miren con ojos de hombre y con los ojos de Dios, como lo hizo San Juan Bosco. Lo subraya el Papa Francisco en la Misa en la Casa Santa Marta para exhortar a los sacerdotes a hacer lo mismo que Don Bosco, que miraba la realidad con el corazón de un padre y de un maestro. Una mirada que le mostró el camino: vio a esos pobres jóvenes en la calle y se conmovió y entonces pensó en formas para hacerlos madurar. Caminó y lloró con ellos.

Mirar con ojos de hombre y de Dios
Francisco recuerda que el día de su ordenación, la madre, una humilde campesina, "que no había estudiado en la facultad de teología", le dijo: "Hoy comenzarás a sufrir". Quería subrayar una realidad, pero también llamar la atención, porque si el hijo se hubiera dado cuenta de que no había sufrimiento, significaba que algo no estaba bien. "Es una profecía de una madre", una mujer sencilla con un corazón lleno de espíritu. Para un sacerdote, por tanto, el sufrimiento es un signo de que las cosas están bien, pero no para que “haga el faquir", sino por lo que hizo Don Bosco, que tuvo el valor de mirar la realidad con los ojos de un hombre y con los ojos de Dios. "Él -dice el Papa Francisco- vio en esa época masónica, anticlerical", de "una aristocracia cerrada, donde los pobres eran realmente los pobres, la brecha, vio a esos jóvenes en las calles y dijo: ‘No puede ser’.

"Miró con ojos de hombre, un hombre que también es hermano y padre, y dijo: "¡Pero no, esto no puede ser así! Estos jóvenes quizás acaben con Don Cafasso, en la horca... no, no puede ser así", y se conmovió como hombre y como hombre empezó a pensar en caminos para hacer crecer a los jóvenes, para hacer madurar a los jóvenes. Caminos humanos. Y entonces, tuvo el valor de mirar con los ojos de Dios e ir ante Dios y decirle: "Pero, déjame ver esto... esto es una injusticia... qué se hace ante esto... Tú creaste a esta gente para una plenitud y ellos viven una verdadera tragedia...". Y así, mirando la realidad con el amor de un padre - padre y maestro, dice la liturgia de hoy- y mirando a Dios con los ojos de un mendigo pidiendo algo de luz, comienza a trabajar".

Don Giuseppe Cafasso, de hecho, consoló a los prisioneros en el ochocientos en Turín y a menudo seguía a los condenados a muerte a al patíbulo. Fue un gran amigo de San Juan Bosco.

Un sacerdote disponible
Por tanto, el sacerdote –afirma el Papa- debe tener "estas dos polaridades": "mirar la realidad con los ojos de hombre" y con "los ojos de Dios". Y eso significa pasar mucho tiempo frente al tabernáculo.

“El mirar así le hizo ver el camino, porque él no fue con el Catecismo y el Crucifijo solamente, "hagan esto..." Los jóvenes le habrían dicho: "Buenas noches, nos vemos mañana". No, no: se acercó a ellos, con la  vivacidad que los caracteriza. Los hizo jugar, en grupos, como hermanos.... fue, anduvo con ellos, sintió con ellos, vio con ellos, lloró con ellos y los llevó adelante, así. El sacerdote que mira humanamente a la gente, que siempre está disponible”.

Sacerdotes no son funcionarios
El Papa subraya entonces que los sacerdotes no deben ser funcionarios o empleados que reciben, por ejemplo, “de las 15 a las 17.30”.“Tenemos tantos funcionarios, buenos – prosigue – que hacen su trabajo, como lo deben hacer los funcionarios. Pero el sacerdote no es un funcionario, no puede serlo”. Por tanto, el Papa exhorta a mirar con ojos de hombre y – promete – “llegará a ti aquel sentimiento, aquella sabiduría de entender que son tus hijos, tus hermanos. Y además, tener el valor de ir a luchar, allí: el sacerdote es uno que lucha con Dios”.

El Papa sabe que “siempre existe el riesgo de mirar demasiado lo humano y nada lo divino, o demasiado lo divino y nada lo humano” pero “si no arriesgamos, en la vida no haremos nada”, advierte. Un papá, de hecho, se arriesga por el hijo, un hermano se arriesga por un hermano cuando hay amor. Ciertamente esto causa sufrimiento, comienzan las persecuciones, las habladurías: “este sacerdote está allí, en la calle” con estos chicos mal educados que con la pelota “me rompen el vidrio de la ventana”.

Don Bosco, maestro de la alegría
El Papa agradece a Dios por “habernos dado” a San Juan Bosco, que desde niño comenzó a trabajar, sabía que era ganarse el pan cada día y había entendido qué era la piedad, “cuál era la verdadera verdad”. Este hombre – evidencia concluyendo el Pontífice – tuvo de Dios un gran corazón de padre y de maestro:
“¿Y cuál es la señal de que un sacerdote va bien, mirando la realidad con los ojos de hombre y con los ojos de Dios? La alegría. La alegría. Cuando un sacerdote no encuentra alegría adentro, se detenga inmediatamente y se pregunte por qué. Y la alegría de don Bosco es conocida: es el maestro de la alegría. Porque él hacía gozar a los demás y gozaba él mismo. Y sufría el mismo. Pidamos al Señor, por intercesión de don Bosco, hoy, la gracia de que nuestros sacerdotes sean alegres: alegres porque tienen el verdadero sentido de mirar las cosas de la pastoral, el pueblo de Dios con los ojos de hombre y con los ojos de Dios”.

VIDA DE MARÍA: PRESENTACIÓN DE JESÚS EN EL TEMPLO




En este nuevo episodio, el octavo de la serie, se considera la Presentación del Niño en el Templo. María lo ofrece a Dios y el Señor le muestra que Ella misma será asociada a la misión redentora de Jesús.
LA VIRGEN
Opus Dei - Vida de María (VIII): Presentación de Jesús en el TemploGiotto di Bondone: Presentación de Jesús en el Templo (Detalle).

La aglomeración de peregrinos había cesado en Belén. Después del nacimiento de Jesús, José encontró un lugar más decente para alojar a la Sagrada Familia. Allí, a los ocho días, realizó el rito de la circuncisión, por el que los varones comenzaban a formar parte del pueblo de Israel, y el niño recibió oficialmente el nombre de Jesús, como le había llamado el ángel antes de que fuera concebido en el seno materno (Lc 2, 21). 
Cuarenta días después, María y José tomaron al Niño y lo condujeron a Jerusalén, cumplidos los días de su purificación según la Ley de Moisés (...), para presentarlo al Señor, como está mandado en la Ley del Señor (...) y para presentar como ofrenda un par de tórtolas o dos pichones, según lo mandado en la Ley del Señor (Lc 2, 22-25).
Ni Jesús ni María estaban obligados a seguir estas prescripciones. Ninguna impureza legal había contraído María, pues había concebido y dado a luz virginalmente; tampoco la ley de rescate del primogénito concernía a Jesús, auténtico Cordero de Dios que venía a quitar los pecados del mundo. Y, sin embargo, por tres veces, en pocos versículos, se hace hincapié en que todo se llevó a cabo en estricta obediencia a la Ley de Dios.
La Iglesia descubre en este episodio una razón más profunda. En primer lugar, el cumplimiento de la profecía de Malaquías: vendrá a su Templo el Dominador, a quien buscáis vosotros, y el Ángel del Testamento, al que vosotros deseáis (Mt 3, 1). Además, María comprendió que Jesús debía ser conducido al Templo, no ya para rescatarlo como a los demás primogénitos, sino para ser ofrecido a Dios en verdadero sacrificio. Así lo expresa la Carta a los Hebreos: Al entrar en el mundo, dice: "Sacrificio y ofrenda no quisiste, pero me preparaste un cuerpo; los holocaustos y sacrificios por el pecado no te han agradado. Entonces dije: aquí vengo, como está escrito de mí al comienzo del libro, para hacer, oh Dios, tu voluntad" (Hb 10, 5-7).
La Presentación de Jesús en el Templo se podría comparar, en cierto modo, al Ofertorio del Sacrificio del Calvario, que la Misa haría presente en todos los puntos del tiempo y del espacio. En la preparación de ese sacrificio, como después en su realización en la cima del Gólgota, un lugar especial estaba reservado a la Madre de Jesús. Desde los primeros momentos de su vida terrena, Jesús asocia a María en el sacrificio redentor que había venido a cumplir.
LA PRESENTACIÓN DE JESÚS EN EL TEMPLO SE PODRÍA COMPARAR, EN CIERTO MODO, AL OFERTORIO DEL SACRIFICIO DEL CALVARIO, QUE LA MISA HARÍA PRESENTE EN TODOS LOS PUNTOS DEL TIEMPO Y DEL ESPACIO
Esta participación en el misterio de la Redención le fue revelada a la Virgen poco a poco. El ángel de la Anunciación nada le había dicho a este propósito, pero ahora le será comunicado por las palabras de Simeón, un anciano justo y temeroso de Dios quehabía recibido la revelación del Espíritu Santo de que no moriría antes de ver al Cristo del Señor(Lc 2, 26).
El encuentro entre la Virgen y el anciano debió de suceder ante la puerta de Nicanor, por la que se accedía al atrio de los israelitas. En aquel lugar se situaba uno de los sacerdotes encargados de atender a las mujeres que ofrecían el sacrificio por sí mismas y por sus hijos.
María, acompañada de José, se colocó en la fila. Mientras aguardaba su turno, se produjo un acontecimiento que llenó de asombro a los circunstantes. Un anciano venerable se acercó a la fila. Su faz resplandecía de gozo. Y al entrar los padres con el niño Jesús, para cumplir lo que prescribía la Ley sobre Él, lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios diciendo: "Ahora, Señor, puedes dejar a tu siervo irse en paz, según tu palabra: porque han visto mis ojos tu Salvación, la que has preparado ante la faz de todos los pueblos: luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel" (Lc 2, 29-32).
EL MESÍAS CUMPLIRÍA SU MISIÓN POR MEDIO DEL SUFRIMIENTO; Y LA MADRE SE HALLABA MISTERIOSAMENTE ASOCIADA AL DOLOR DEL HIJO
Al oír estas palabras, un sentimiento de admiración se apoderó de María y de José: el anciano Simeón les confirmaba lo que el ángel les había comunicado de parte de Dios.
Pero, enseguida, aquel anuncio ensombreció la alegría: el Mesías cumpliría su misión por medio del sufrimiento; y la Madre se hallaba misteriosamente asociada al dolor del Hijo. Simeón los bendijo y dijo a María, su Madre: "Mira, éste ha sido puesto para ruina y resurrección de muchos en Israel, y para signo de contradicción —y a tu misma alma la traspasará una espada—, a fin de que se descubran los pensamientos de muchos corazones" (Lc 2, 34-35). También Ana, una anciana de más de ochenta años, se asoció al anuncio de Simeón, pues llegando en aquel mismo momento, alababa a Dios y hablaba de Él a todos los que esperaban la redención de Jerusalén (Lc 2, 38).
Del evangelio de San Lucas se deduce que la Virgen presentó a Jesús sólo después de escuchar la profecía. Ofreció por su rescate un par de tórtolas o dos pichones, la ofrenda de los pobres, en lugar del cordero prescrito en la Ley de Moisés.
Sin embargo, a la luz de las palabras de Simeón, comprendió —más allá de las apariencias— que Jesús era el verdadero Cordero que redimiría a los hombres de sus pecados. Y que Ella, como Madre, de un modo que no alcanzaba a comprender, estaría unida estrechamente a la suerte de su Hijo.
J. A. Loarte