Revista Ecclesia.
La Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana ha expresado el “profundo dolor” de todo el episcopado por los trágicos acontecimientos que tuvieron lugar en la madrugada del sábado 25 de agosto en la refinería de Amuay, “acontecimientos que arrojan en el dolor y el luto a todo el pueblo venezolano, y en particular, a los habitantes del estado de Falcón”, ubicado en la parte noroeste del país.
La gran explosión, a al que siguió un gran incendio, que se produjo después de una fuga de gas en una refinería de las más grandes del mundo, ha causado 41 muertos (entre ellos tres niños) según el último balance y decenas de heridos, algunos de los cuales se encuentran en situaciones desesperadas debido a las quemaduras graves sufridas.
Un comunicado del Gobierno indica que la mayoría de las víctimas eran miembros de la Guardia Nacional y sus familias, que se encontraban en los edificios del Destacamento 44, que es responsable de la protección de la refinería.
“Como pastores de la Iglesia – continúa el comunicado – queremos transmitir nuestras palabras de consuelo y solidaridad cristiana a todos los afectados por este lamentable suceso. La fe en Jesucristo, Señor de la vida, médico de las almas y los cuerpos, os sostenga en el dolor y os conceda la paz que sólo Él puede ofrecer.
Estamos seguros de que la oración y el afecto de todos los católicos de Venezuela os acompañan en este momento”. El comunicado concluye con la esperanza de que “el Señor conceda que momentos dolorosos como este, ayuden a crecer en la comunión y en el espíritu de colaboración a todos los venezolanos”.
Caracas (Agencia Fides) -
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