Hace unos días abrí un periódico de ámbito nacional, de reconocida solvencia, y me encuentro en una de sus fotos centrales unas posaderas correspondiente a un individuo que, en ese justo instante, se iba a tirar totalmente desnudo a una piscina de un hotel de lujo en tierras cordobesas.
Sin prestar atención al epígrafe de la noticia ni a lo redactado por el periodista que cubría esta “curiosa” información, me imaginé que habría abierto un hotel de gran categoría especializado en el naturismo. Aunque no comparta este modo de vida me pareció muy acertado que hubieran espacios para las personas que sí lo practiquen.
¡Pero no! No era un cliente de este establecimiento hotelero de lujo, era uno de los miembros del sindicato que encabeza el “ínclito y esperpéntico” Juan Manuel Sánchez Gordillo, el bandolero del Siglo XXI, a la sazón alcalde del pequeño pueblo sevillano de Marinaleda así como parlamentario andaluz por IU.
Os puedo decir que vino a mi mente la frase de que una imagen vale más que mil palabras. ¡Es verdad! Los socialistas en estos últimos treinta años han situado a Andalucía en el culo del mundo y con el gobierno “social-comunista” de Griñán y Valderas, con sus políticas, han redundado en esta apreciación. Ver la imagen de este jornalero a punto de bañarse en un establecimiento hotelero de lujo que se está construyendo y que asaltaron hasta “colarse” en él, se puede decir que es la imagen más viva de que nuestra Andalucía está situada en el “culo” del mundo y que con estos gobernantes de medio pelo lo seguirá estando mucho tiempo más.
Ayer en la ciudad de Córdoba montaron su, particular, espectáculo aunque le salió rana eso de entrevistarse con el Subdelegado del Gobierno que no los recibió. Tengo que decir que hizo muy bien porque un cargo del gobierno de la Nación no puede recibir como ilustres personalidades a quienes están cometiendo actos delictivos a cada paso que echan.
Ahora Sánchez Gordillo y compañía anuncian que la “tourné” se acerca a tierras gaditanas, las cuales deben prepararse porque amenazan con “sorpresivas” acciones todas ellas fuera de la ley porque si no no tendría gracia ni le daría la difusión que necesitan para seguir con sus supercherías.
Lo peor, o lo mejor, de todo esto es que muchas personas se están retratando. Conozco a muchos que hasta la fecha tenían, para mí, una alta consideración personal y social que apoyan, defienden y aplauden lo que está haciendo este “reconvertido Gandhi de medio pelo”. ¿Cómo pueden haber personas, de cierta respetabilidad, que se presumen que conocen la ley para que apoyen y aplaudan a personajes que la vulneran tan manifiestamente? Debo decir que el descrédito no queda solo en Gordillo y su pandilla sino en todos los que lo apoyan por acción u omisión.
Cuando estamos a punto de entrar en la última semana de agosto, cuando el hastío empezaba a tornar por sus fueros, cuando teníamos el presentimiento de la inmediatez a la vuelta de las responsabilidad, compromisos, ahora que todo parecía más tenue porque el espléndido sol que nos acompaña se va amortiguando por cada día que pasa, ahora, precisamente ahora, estalla en nuestras vidas un ser de imprevisibles consecuencias que nos anuncia que visitará estas tierras gaditanas a partir del próximo lunes. El circo Gordillo viene a la tierra de la luz, de la gracia y la socarronería.
Cuando el ciudadano Juan Manuel junto a su fiel y leal Diego Cañamero pisen la tierra de esta Provincia y cuando sus “esforzados” cuerpos transiten por la trimilenaria Cádiz es bueno que sepan que en esta Ciudad fue la forjadora de la Constitución de 1812, defensora de la libertades, libertades que ellos disfrutan aunque no dejan que los otros, los que no pensamos como ellos, podamos acogernos a la misma. Que en Cádiz y su Provincia, en Andalucía y España se defiende y se lucha por la libertad y no por el libertinaje que nos quieren imponer estos amigos de todo lo que sea de otro así como de los sanguinarios presos etarras.
No quepo en mi gozo por saber que las “ordas gordillescas” están próxima a nosotros para alegrarnos la vista con sus abruptos cánticos, sus banderas andaluzas con el escudo de su sindicato y partido así como de banderitas de diversos colorines que hacen más vivaz y colorido el, ya espléndido, paisaje gaditano y andaluz.
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