domingo, 30 de septiembre de 2012

JOSÉ MANUEL LARA; POR ALFONSO USSÍA.

La razón



 
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José Manuel Lara; por Alfonso Ussía
Diccionario Inteligente
29 Septiembre 12 - - Alfonso Ussía
Llevo muchos años tratando a los Lara. José Manuel Lara Hernández, el fundador de la saga, era un personaje genial. Me figuro que más abierto en sociedad que en la familia. Vivió, se casó y triunfó en Barcelona, pero no se le quitó jamás su acento sevillano del Pedroso, lugar de su nacimiento y del que terminó siendo su marqués. Decía sin prudencias todo lo que se le pasaba por la cabeza. Un día en un restaurante de Madrid ya desaparecido le saludó Javier de la Rosa: «¡Havié, a ver si te dejas de esos negosios tan rarísimos!». Vivían en la misma casa Lara, Godó y De la Rosa, «El genio, el débil y el malo», en película de Clint Eastwood con música de Morricone. Su mayor fracaso lo constituyó la compra de los derechos de las «Memorias» de Svetlana Stalin, cuya edición fue un fracaso. No se acordaba bien de los apellidos de sus autores. A Palomino le decía Palomeque, y a Antonio Gala, «el del bastón». Tuve que influir, y mucho, en una de sus mayores ilusiones. Su mujer, María Teresa Bosch, era su mejor consejera, la única persona que podía hacerle cambiar de decisión. José Manuel Lara surgió de la nada, y con un talento natural inconmensurable, creó un imperio cultural. Gracias a él muchos escritores españoles se dieron a conocer. Su hijo Fernando Lara Bosch, fallecido en plena juventud en un accidente de carretera, era un personaje formidable, cordial, inteligente, enamorado de la edición de autor. Y el mayor de sus varones, José Manuel Lara Bosch, se especializó en las grandes ediciones. El fundador se llevaba mejor con Fernando que con José Manuel, que le plantaba cara de cuando en cuando. Me lo dijo cenando en Barcelona: «Lo más importante para Fernando Lara Bosch es José Manuel Lara Hernández. Y lo más importante para José Manuel Lara Bosch es José Manuel Lara Bosch». La Editorial Planeta, con su premio y su influencia, alcanzó todos los rincones de España desde Cataluña. Y cambió el paisaje de muchos hogares sin libros ni lecturas.
José Manuel Lara Bosch, el hijo mayor, se hizo cargo de Planeta cuando su padre principió su extinción, y multiplicó por cien su fortuna. Los hijos de los grandes acostumbran a ser decepcionantes, pero en España dos han superado a sus progenitores. Emilio Botín y José Manuel Lara Bosch. No he estado de acuerdo en muchas ocasiones con Lara, que es el accionista de referencia de «La Razón». Los empresarios poderosos van a lo suyo, y los que trabajamos en alguna de sus empresas, vamos a lo nuestro. Pero esas eventuales disidencias no me rebajaron ni un ápice la admiración y el respeto que siento por su persona y su obra. Y hoy puedo decir que me siento orgulloso de colaborar en un periódico de su grupo, sencillamente. Para los malpensados de siempre les advierto que me pagan muy bien y que me siento muy a gusto, y que no tengo ninguna intención de pedirle un aumento por estas palabras. Le he demostrado en diferentes ocasiones mi lealtad a La Razón, a quienes lo administran y a todos los que lo hacen, y sería ridículo recordarlo.
José Manuel Lara, que nació en Cataluña y es un importante empresario catalán, ha declarado que, si se alcanza la locura de la independencia, Editorial Planeta se instalará en Zaragoza, en Madrid o en Cuenca. Se le ha olvidado Sevilla, donde tiene su sueño y sus raíces, las de su padre, que ha recuperado plenamente. Abandonar Barcelona para un barcelonés que ha instalado allí su imperio no es fácil. Sucede que Lara se ha atrevido a decir en alta voz lo que muchos empresarios catalanes callan por cobardía. Los Lara son impetuosos, nunca cobardes. Le lloverán críticas desde los espacios independentistas catalanes. Lara es catalán y español, o español por catalán, o catalán por español, y lo tiene claro. Que estas palabras le ayuden a compensar en su ánimo los chuzos que le están cayendo en punta.
Un abrazo. Estoy contigo.

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