Sara Baras, Nélida Piñón y Julio Bocca recibieron ayer en Cádiz sus nombramientos como Embajadores de la Cultura Iberoamericana con orgullo y responsabilidad
PEDRO M. ESPINOSA / CÁDIZ | ACTUALIZADO 22.09.2012 - 09:30
"Cuando los Gobiernos del mundo entiendan que cultura y educación van unidas habrán adelantado mucho". La frase es de Julio Bocca, uno de los tres flamantes Embajadores Iberoamericanos de la Cultura que recibieron ayer sus diplomas y cargos honoríficos en Cádiz. La bailaora gaditana Sara Baras y la escritora brasileña Nélida Piñón completaron una terna de auténtico lujo, un triunvirato que puede presumir de ese mestizaje perfecto que se alumbró cuando Colón se aventuró en el Atlántico sin pensar que no sólo descubriría una tierra, sino otro mundo, tan nuevo y tan fresco que aportó al viejo todo lo que le faltaba.
En un año en que Cádiz ha ostentado la Capitalidad Iberoamericana de la Cultura, el acto de ayer, presidido por la alcaldesa de la ciudad, Teófila Martínez; y Enrique Iglesias, secretario general de Iberoamérica, ponía una de las guindas a este Doce que no ha sido tanto como se esperaba pero que tampoco ha resultado tan poco como algunos temieron.
Sara Baras, Julio Bocca y Nélida Piñón son tres figuras de las artes. La isleña y el argentino exponentes de la danza, una capitana del flamenco, del baile, de la pasión que transmite con unas manos charlatanas; otro, capaz de fusionar como nadie el tango y la danza, de levantar pasiones en Moscú, Montevideo o Buenos Aires. Nélida por su parte es una orfebre de la palabra, como demostró con un discurso extenso pero cargado de guiños a la historia de ese antiguo mundo cuyos genes también viajaron a bordo de las carabelas del Almirante. Los tres se deshicieron en agradecimientos y recibieron sus nombramientos con responsabilidad, con la certidumbre de que su tarea, la que han venido desarrollando sin saberlo, cobra ahora oficialidad. Son embajadores de la cultura iberoamericana, representantes de una mezcla rica en matices pero con un denominador común.
"Nuestra cultura es lo más bonito que hay en el mundo, por eso estoy tan orgullosa de recorrer cada rincón con la cabeza bien alta y con orgullo toda la fuerza que tiene esta tierra", dijo una risueña Sara Baras, que antes de despedirse aseguró que si antes ya entregaba el corazón con cada actuación ahora "también me dejaré el alma". Antes de bajarse del estrado dijo emocionada que era un honor recibir este galardón "a vuestro lado", refiriéndose a sus dos ilustres compañeros.
Bocca por su parte indicó que su nuevo cargo le serviría de apoyo "para que uno pueda seguir molestando a los gobernantes pidiendo que cultura y educación vayan juntas".
La última en tomar la palabra de los tres embajadores fue la escritora brasileña, que comenzó diciendo: "Venimos de lejos pero no somos bárbaros extraños. Somos múltiples porque por suerte fuimos fenicios, romanos, visigodos, fuimos mediterráneos antes que atlánticos, árabes antes que iberoamericanos".
Nélida Piñón aludió a La Pepa, "aquí estoy para reverenciarla y también para agradecer este título que nunca pensé merecer".
Antes de que los homenajeados tomaran la palabra, Teófila Martínez piropeó a tres "leyendas, tres creadores comprometidos con la sociedad, referentes de nuestra cultura común, que ahora no sólo son embajadores de iberoamérica sino también de Cádiz, que necesita de vuestro trabajo".
Destacó la alcaldesa la importancia de La Pepa, por cuya celebración Cádiz está convirtiéndose en centro neurálgico de la cultura de los dos orillas. "La Carta Magna de 1812 fue muy importante para la cultura porque propició la creación de universidades por ejemplo, o intentó acabar con la analfabetización del pueblo".
El encargado de cerrar el acto fue Enrique Iglesias, secretario general de Iberoamérica, que aseguró que los homenajeados son "tres gigantes" y que, sin que nadie se enoje, "Cádiz es la ciudad de toda España donde más se siente Iberoamérica".
También destacó el gran trabajo que Teófila Martínez y su equipo están realizando y relató que Mariano Rajoy acudió a verlo y le recordó la importancia que La Pepa ha tenido para la historia de las igualdades de España.
Orgullosos, con sus diplomas en las manos, los tres nuevos embajadores salieron de la Casa de Iberoamérica dispuestos a hacer lo que mejor saben: llevar el arte de su tierra al resto del globo.
En un año en que Cádiz ha ostentado la Capitalidad Iberoamericana de la Cultura, el acto de ayer, presidido por la alcaldesa de la ciudad, Teófila Martínez; y Enrique Iglesias, secretario general de Iberoamérica, ponía una de las guindas a este Doce que no ha sido tanto como se esperaba pero que tampoco ha resultado tan poco como algunos temieron.
Sara Baras, Julio Bocca y Nélida Piñón son tres figuras de las artes. La isleña y el argentino exponentes de la danza, una capitana del flamenco, del baile, de la pasión que transmite con unas manos charlatanas; otro, capaz de fusionar como nadie el tango y la danza, de levantar pasiones en Moscú, Montevideo o Buenos Aires. Nélida por su parte es una orfebre de la palabra, como demostró con un discurso extenso pero cargado de guiños a la historia de ese antiguo mundo cuyos genes también viajaron a bordo de las carabelas del Almirante. Los tres se deshicieron en agradecimientos y recibieron sus nombramientos con responsabilidad, con la certidumbre de que su tarea, la que han venido desarrollando sin saberlo, cobra ahora oficialidad. Son embajadores de la cultura iberoamericana, representantes de una mezcla rica en matices pero con un denominador común.
"Nuestra cultura es lo más bonito que hay en el mundo, por eso estoy tan orgullosa de recorrer cada rincón con la cabeza bien alta y con orgullo toda la fuerza que tiene esta tierra", dijo una risueña Sara Baras, que antes de despedirse aseguró que si antes ya entregaba el corazón con cada actuación ahora "también me dejaré el alma". Antes de bajarse del estrado dijo emocionada que era un honor recibir este galardón "a vuestro lado", refiriéndose a sus dos ilustres compañeros.
Bocca por su parte indicó que su nuevo cargo le serviría de apoyo "para que uno pueda seguir molestando a los gobernantes pidiendo que cultura y educación vayan juntas".
La última en tomar la palabra de los tres embajadores fue la escritora brasileña, que comenzó diciendo: "Venimos de lejos pero no somos bárbaros extraños. Somos múltiples porque por suerte fuimos fenicios, romanos, visigodos, fuimos mediterráneos antes que atlánticos, árabes antes que iberoamericanos".
Nélida Piñón aludió a La Pepa, "aquí estoy para reverenciarla y también para agradecer este título que nunca pensé merecer".
Antes de que los homenajeados tomaran la palabra, Teófila Martínez piropeó a tres "leyendas, tres creadores comprometidos con la sociedad, referentes de nuestra cultura común, que ahora no sólo son embajadores de iberoamérica sino también de Cádiz, que necesita de vuestro trabajo".
Destacó la alcaldesa la importancia de La Pepa, por cuya celebración Cádiz está convirtiéndose en centro neurálgico de la cultura de los dos orillas. "La Carta Magna de 1812 fue muy importante para la cultura porque propició la creación de universidades por ejemplo, o intentó acabar con la analfabetización del pueblo".
El encargado de cerrar el acto fue Enrique Iglesias, secretario general de Iberoamérica, que aseguró que los homenajeados son "tres gigantes" y que, sin que nadie se enoje, "Cádiz es la ciudad de toda España donde más se siente Iberoamérica".
También destacó el gran trabajo que Teófila Martínez y su equipo están realizando y relató que Mariano Rajoy acudió a verlo y le recordó la importancia que La Pepa ha tenido para la historia de las igualdades de España.
Orgullosos, con sus diplomas en las manos, los tres nuevos embajadores salieron de la Casa de Iberoamérica dispuestos a hacer lo que mejor saben: llevar el arte de su tierra al resto del globo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario