Hoy es de esos días, que debido a mis quebrantos de salud, me he levantado demasiado cansado. Ayer, en cambio, fue un animoso día.
Pero ese hastío que tenía por la mañana, y que me ha acompañado más levemente, durante todo el día lo superé pronto porque estábamos invitados a los actos oficiales que el Ayuntamiento de San Fernando dedicaba con motivo del 202 Aniversario de las Cortes Constituyentes de 1810.
Nos arreglamos, de la forma debida para estas ocasiones, según manda el protocolo y, después de desayunar, nos encaminamos para La Isla.
Antes de que comenzara el primero de los actos, la entrega por parte de la Ciudad de San Fernando de la bandera Coronela, acto eminentemente castrense, que tenía como receptora la Infantería de Marina. Pudimos conversar con muchos buenos amigos, unos muy conocidos y seguidores en el facebook, que asistían o cubrían la noticia.
El acto estuvo perfecto, lleno de solemne marcialidad como corresponde a todo lo realizado por las Fuerzas Armadas, emotivo el momento de la entrega de la bandera por parte del Alcalde, D. José Loaiza, el cual ofreció un discurso a la altura de tan eminente acontecimiento. Homenaje a los caídos, canto del himno de la Infantería de Marina y desfile de las Fuerzas.
Os debo decir que me ha alegrado asistir a este acto, doy gracias a Dios de haber vencido el inicial cansancio, porque he podido respirar el ambiente marcial y castrense que tenía La Isla de mi niñez y juventud. Esa Isla hoy en el recuerdo, triste recuerdo, donde lo más normal del mundo era encontrarse por las calles ingente cantidad de soldados de Camposoto, marinos e infantes mezclados en una Sociedad que sobrevivía, en parte, a la riqueza que generaba las Fuerzas Armadas en San Fernando. Isla del recuerdo y para el recuerdo. Y por eso, cuando he escuchado los sones de la banda de música, el sonido del paso al desfilar me ha retrotraído a pensamientos que quedan allá en la memoria histórica más íntima y personal de cada uno.
Al terminar nos encaminamos al Real Teatro de las Cortes donde íbamos a presenciar la entrega del Premio Cortes de la Real Isla de León al Parlamento Europeo. Lo recogió su Vice-Presidente: Alejo Vidal-Quadras. Don Alejo es de esos políticos que son verdaderas personalidades, verdaderos estadistas, verdaderas eminencias. En su discurso puso el dedo en la llaga al defender una Europa sin divisiones inútiles entre territorios de los países que la integran en clara alusión a los deseos independentistas de los catalanes comandados por Arturo Mas y vascos por los proetarras y los nacionalistas del PNV. ¡Gracias, D. Alejo, por venir a San Fernando a dejarnos impregnados de un mensaje claro y convincente que nos hace sentir más y mejores españoles y, por consecuencia, europeos.
En este acto pudimos saludar a personas que les guardamos mucha estima y cariño personal: A Alcalde de San Fernando, D. José Loaiza, a su Teniente de Alcalde y querido amigo, Manuel Raposo, a la concejal de Juventud, Úrsula Ruíz ,a los Tenientes de Alcaldes; Francisco Romero y Ángel Martínez, al Almirante de la Flota, Santiago Bolívar, al Sub-Delegado de Defensa en Cádiz, nuestro querido amigo, Vicente Ortells, al parlamentario andaluz, Rafael Ruiz Canto, así como muchos y buenos amigos que hacía tiempo que no conversábamos: Manolo Feria, D. Juan García Cubillana, José Carlos Fernández Moscoso, José Macias y su mujer Cari, a Jose Mª Vieytes y su esposa, a Juan Ibáñez, José María Rodríguez Romero, Antonio Bocanegra y su esposa, nuestra querida amiga y peregrina en Tierra Santa, Agustina Valle y tantos otros a los que le pido me perdonen por no citarlos.
Para terminar esta mañana redonda pudimos saludar y conversar, brevemente, con el invitado principal D. Alejo Vidal-Quadras que derrochó simpatía, bonhomía y saber estar.
Después de esta ceremonia nos encaminamos a Cádiz para ver a mi madre por lo que la mañana terminaba como correspondía.
Al llegar a casa os puedo decir que el cansancio, y cierto mareo por la cantidad de personas a las que saludé y departí, me vencía y después de una ducha reparadora y un leve descanso nos dispusimos a almorzar.
Hetepheres y Conchi, su madre, tenía una gestión en El Puerto de Santa María y yo estuve dedicado a actualizar el blog. Cuando terminé éste me arreglé de nuevo y, cuando llegó Hetepheres, nos fuimos a ver la procesión de la Virgen de la Merced que es la Patrona de Jerez. La Señora iba preciosa y el cortejo estaba perfecto y muy acompañado por todas las HH. y CC. jerezanas así como el Cabildo Catedralicio presidido por el Obispo, Monseñor Mazuelos, y también acompañaban a la Patrona la Corporación Municipal presidida por la Alcaldesa, Mª José García Pelayo.
En fin, un día un día completo de actos, de solemnes e importantes actos que al vivirlos de forma tan directa y personal, estos han entrado a formar parte de nuestra historia más íntima, más nuestra.
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