Revista Ecclesia.
Con gran afecto, estima y gratitud decenas de miles de fieles están rindiendo homenaje al cardenal Carlo Maria Martini, fallecido hace dos días en la casa de los jesuitas en Gallarate, cerca de Milán, a la edad de 85 años.
El cardenal Carlo Maria Martini tras un largo periodo en Tierra Santa residía allí. Y allí en el Aloisianum concedió su última entrevista el pasado 8 de agosto al también jesuita, Georg Sporschill, que ha publicado el periódico italiano Corriere della Sera. El arzobispo emérito de Milán por más de 20 años dice que “la Iglesia debe reconocer los errores propios y debe seguir un cambio radical, para ser creíble”.
El cardenal Martini, que debido al párkinson se hacía entender con la ayuda de don Damiano, su asistente, aludió también al “cansancio” de la Iglesia, sin vocaciones, anticuada, atrapada a la burocracia y al bienestar de muchos de sus miembros. “Nuestros rituales y nuestras vestiduras son pomposos” afirmó el purpurado, que llegó a comparar la situación de la Iglesia con la de aquel joven rico que se marcha triste cuando Jesús lo llama para que se convierta en su discípulo. El cardenal Martini propuso tres recetas para salir superar este agotamiento. El primero es reconocer los propios errores y emprender un camino de conversión. El segundo y tercer consejo es recuperar la Palabra de Dios y los sacramentos, como una ayuda y no como un castigo.
El cardenal querido por muchos italianos y no italianos por su espiritualidad abierta y espíritu de diálogo será enterrado este lunes en la catedral de Milán donde está instalada su capilla ardiente, que está siendo visitada por decenas de miles de personas.
(ER – RV).
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