A falta de respuesta -tras cuatro peticiones de entrevista- por parte de la coordinadora 25S y de la Plataforma en pie (organizadoras de la manifestación del próximo martes) la única información oficial sobre el evento es la que ofrecen en sus webs, blogs y redes sociales.
Más suave la Coordinadora -se queda en la dimisión del Gobierno en pleno-, más agresiva la Plataforma - “exigimos la dimisión del Gobierno en pleno, así como la disolución de las Cortes y de la Jefatura del Estado y la abolición de la actual Constitución”- las dos plataformas ultiman todos los detalles para la que será, a su juicio, la primera manifestación de un despertar ciudadano sin precedentes que va a cambiar el panorama político y social español.
Plan de ocupación
Aunque calificada de pacífica - “pero no pacifista”- y figurada -señalan que el término ocupación no es literal, puesto que no es su intención entrar en el edificio de los leones- la marcha cuenta con todos los elementos de un detallado plan de ocupación real; o al menos los preparativos.
Mediante un mapa disponible en internet y titulado Vacaciones en Madrid, los organizadores dan a conocer a los manifestantes las situaciones exactas de comisarías de policía, posibles ubicaciones de las “lecheras” de las fuerzas del orden, así como la localización de cámaras de vigilancia, clasificadas además por su capacidad de acción en omni o unidireccionales.
Pero hay más. Conscientes de que será difícil alcanzar el Congreso, señalan los lugares de asentamiento alternativos y marcan sus objetivos -Bolsa, Banco de España y Congreso- con un símbolo que recuerda sospechosamente a una hoguera. También limitan con color rojo las zonas a las que previsiblemente la policía intente desviar a los manifestantes en caso de carga policial y en tono verde la entrada y salida de diputados al Congreso. ¿Para qué, si han asegurado tener intención de respetar el trabajo de los representantes políticos?
No vamos a dejaros pasar
“¡Somos la inmensa mayoría, somos el pueblo, tenemos razón y no vamos a dejaros pasar!”. Con este lema concluye el manifiesto oficial del acto que, claro, ha merecido la atención de la delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes -ha llegado a calificar el acto de golpista- y de las fuerzas del orden, que asisten con preocupación a las reuniones asamblearias que los organizadores mantienen semanalmente en el Parque de El Retiro. Hasta allí se desplazaron la pasada semana varios agentes de la policía que pidieron la documentación a “un grupo superior a veinte personas que se habían reunido en el parque”.
Un grupo que, pese a denunciar la violación de sus derechos fundamentales, no hacía en realidad otra cosa más que preparar un plan de manifestación no autorizada que pretende, como así se lee en sus documentos oficiales, establecerse de forma indefinida ante el Congreso hasta hacer dimitir a un Gobierno elegido democráticamente.
¿En qué quedará? La respuesta, el próximo día 25.
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