sábado, 26 de mayo de 2012

EUCARISTÍA CON MOTIVO DE LA FESTIVIDAD DE SAN FELIPE NERI; POR OCTÓVILO MATEOS MATILLA.




Hoy ha sido un día completo con la participación en la eucaristía a la que el Obispo, Don Rafael, había invitado a todos los componentes de los grupos diocesanos que dedican especial atención a los más necesitados, en el Oratorio de San Felipe Neri, en Cádiz.


La participación fue muy numerosa a pesar del día y la hora, un viernes a las seis de la tarde, y el ambiente extraordinario, y el marco muy oportuno.


De nuevo he podido apreciar y disfrutar la manera tan sencilla y espontánea como Don Rafael preside la celebración de la Eucaristía, realmente parece el primero entre los iguales, sabe apreciar y agradecer la labor llevada a cabo por todos los grupos y a la vez sus palabras son una inyección de ánimo, porque sabe elevar la labor cotidiana y rutinaria haciéndonos ver de dónde procede nuestra confianza y razón de actuar en beneficio de los más necesitados.


Hoy, sin duda era muy fácil entender la importancia de nuestra labor, bastaba haber leído el díptico que nos facilitaron los hermanos marianistas con la vida de San Felipe Neri, por eso Don Rafael lo tenía más difícil, sin embargo supo hacernos mucha más atractiva nuestra labor al comentar las cualidades y algunos hechos de la vida del Santo.


Resaltó la importancia del momento histórico, difícil, en el que le tocó vivir, las consecuencias de la Reforma protestante. Por eso él fue primero un gran reformador de la Iglesia, convirtiéndose en un gran evangelizador, invitando a los católicos a buscar la santidad de vida, no sólo mediante la oración sino mediante la práctica de la caridad con los necesitados y el cuidado y la educación de los niños.


Además esta labor la llevó a cabo con humor y alegría; me llamó la atención un dato que no conocía, que los “oratorios” musicales nacieron gracias a las reuniones que el Santo celebraba con sus seguidores en las que cantaban pasajes de la Biblia. Cuanto más contento estaba más cosas le sobraban, porque el contento le venía del amor a Dios que lo llena todo.


Todavía al despedirse Don Rafael nos volvió a agradecer nuestra presencia, el haber respondido a su llamada, parecía que le costaba despedirse, como si quisiera habernos dicho más cosas y haber podido charlar con todos y cada uno, como pude comprobar después de la Eucaristía cuando por fin pude besarle la mano y vi cómo abrazaba a mi compañero, que se quedó emocionado y le duró la emoción toda la tarde. Insistió todavía en otro aspecto que debe estimular nuestro modo de actuar, más o menos vino a decirnos: no sois una organización más como una ong o cualquier otra forma de atención a las necesidades humanas que puedan darse a título individual, ese más lo pone el amor gratuito de Dios a todos los hombres, que le llevó a dar la vida por todos, sin distinción de raza ni cualquier otra distinción humana.


Ha sido otra gran idea de nuestro Obispo el reunirnos a todos los grupos que nos dedicamos a los necesitados en momentos tan difíciles, y en el Oratorio de San Felipe Neri de Cádiz, un lugar tan transcendental en la historia de España y de Cádiz. Si con nuestra labor podemos ayudar a muchas personas a sobrellevar la crisis hasta que desaparezca, será una buena contribución, y como lo hacemos desde el amor a Dios, si con ello contribuimos a superar también la crisis de valores, la desesperanza y la falta de fe de muchas personas, mejor habrá sido todavía nuestra contribución.

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