domingo, 27 de mayo de 2012

DESDE MI VENTANA.

Termina la semana con un Domingo de Pentecostés brillante y reluciente como la festividad que se celebra en el  mismo, termina una semana donde, también, han ocurrido muchas cosas y que las he visto pasar o las he vivido de cerca "desde mi ventana".

La semana ha estado, como está siendo habitual, inmersa en los agobios económicos a los que, recientemente, se han unido la presión de los "llanitos" que no dejan trabajar a los pescadores de Algeciras, que tienen que ir custodiados por la Guardia Civil, a eso le unimos la campaña de verdadero acoso y derribo que estamos soportando los funcionarios por parte de los gobiernos nacional, autonómicos y locales. Parece que la culpa del despilfarro, de la ruinosa situación del país, de políticas manirrotas somos los empleados públicos y no los políticos que con su mala gestión, en todos los niveles, han hecho que estemos al borde de la intervención.

Esos políticos que siguen contratando asesores de confianza, con sueldos bastante altos, que siguen utilizando todas las prebendas que le da el cargo, con sus buenísimas remuneraciones y que no se atreven a atajar de una vez por todas con las subvenciones a los partidos políticos, a los sindicatos y a las organizaciones empresariales. Esos personajes públicos que solo saben de recortes en todos los sentidos y que nos ponen a los funcionarios públicos que para estar donde estamos, la mayoría, hemos aprobado unas oposiciones muy duras y  que hemos jurado nuestros cargos ante la Constitución Española y la Biblia y que por eso somos garantes de que se cumpla la ley  y se mire por el interés general y no el particular del partido de turno. Tenemos sueldos medios, los hemos tenido siempre, cuando las vacas gordas cualquiera nos triplicaba la paga y ahora, al parecer, tenemos que  pagar los platos que han roto otros. ¡Qué desvergüenza!

En el ámbito más personal ha sido una semana intensa pues estoy inmerso en la realización de un trabajo que me han encomendado y que ya queda poco para que  vea la luz.

Por otro lado el pasado viernes asistimos a la Misa en honor de San Felipe Neri, en el Oratorio que lleva su nombre, en la bella ciudad de Cádiz y  que  fuimos convocados por nuestro Obispo todas las instituciones que trabajan ejerciendo la caridad cristiana.

Allí, entre las centenarias e históricas paredes del Oratorio, pude encontrarme con muchos queridos amigos, entre ellos Octóvilo Mateos Matilla y Luis Zaragoza de Cáritas del Santo Cristo, Parroquia a la cual le tengo mucho cariño porque he colaborado mucho con ella tanto como catequista o como miembro de su Consejo de Pastoral. Nosotros asistimos con un grupo bastante extenso de la Benemérita Institución de los Caballeros Hospitalarios de San Juan Bautista con su Presidente, mi más que querido Paco Súnico, a la cabeza y dirigiendo que todo estuviera en orden y que los Caballeros y  Damas Hospitalarias estuviéramos atendidos, mi querido y admirado José Luis Sancho, Jefe de Ceremonial y Protocolo de la Institución.

Fueron muchas la entidades eclesiales que trabajan con los  más desfavorecidos los que se hicieron presente a la llamada de nuestro Pastor Diocesano, que estuvo cercano y nos deleitó con una gran homilía. La Eucaristía fue concelebrada por varios Sacerdotes.

Al final, nos acercamos a saludar a D. Rafael que estuvo como siempre cariñoso, atento y muy cercano. Siempre predispuesto, siempre con los brazos abiertos. Después estuvimos hablando con el Padre D. Carlos, que es su Secretario Particular, y que estuvo muy amable y cariñoso.¡Gracias D. Rafael, gracias D. Carlos! Por ser unos verdaderos servidores de Dios y de todos los hombres. ¡Gracias por estar siempre ahí!

Ayer sábado, como dije en un post, fue un día reluciente y bueno. A mediodía fuimos a Misa y por la tarde la dediqué a estar en casa con mil y  una cosas. Se lo decía a  mi mujer; a mí los fines de semana se me hacen muy cortos, no puedo disfrutarlos, ni descansar todo lo que debiera porque tengo tantas cosas que hacer que muchas me veo en la obligación de posponerlas para otra semana.

Hoy  domingo nos hemos levantado, hemos desayunado y cuando íbamos camino de la playa para dar uno de esos largos paseos sin tiempo ni hora, he recibido la llamada de mi Director Espiritual D. Manuel Orta y  hemos charlado un rato. ¡Qué alegría me ha dado su llamada! Dentro de unas semanas hemos quedado para vernos. ¡Gracias D. Manuel por ser como es, un auténtico discípulo de Cristo!

La tarde se ha pasado volando, entre el blog y varias cosas que he tenido que hacer se me han pasado las horas volando y, en un abrir y cerrar de ojos, pronto volverá a empezar otra semana que solo Dios sabe como será.

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