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  ENNIO ANTONELLI, PRESIDENTE DEL PCF

  'La familia normal no es algo del pasado, sino del futuro'

  26 MAY 2012 | REDACCIÓN

  Para el representante papal en el Congreso de Madrid, política y mercado dañan al matrimonio.

• Nacido el 18 de noviembre de 1936, Ennio Antonelli fue obispo de Gubbio desde 1982 y más tarde arzobispo de Perugia y Florencia. Cardenal desde 2003, en 2008 Benedicto XVI lo nombró presidente del Pontificio Consejo para la Familia (PCF). Antes de su intervención ayer en el Congreso Mundial de las Familias, en Madrid, aseguró que “la familia es válida siempre”.
  -¿El divorcio y el ‘matrimonio’ gay son imparables?
  -Pienso que la familia normal, el matrimonio entre hombre y mujer con hijos, que es una relación estable entre los dos sexos y una relación profunda entre las dos generaciones, es la estructura esencial de la familia, es válida siempre. Una reciente encuesta promovida por el PCF muestra que las familias con dos o más hijos son las más felices y las que más ayudan a la sociedad. Esto significa que la familia normal es buena para las personas y para la sociedad. Pienso que la familia normal no es la familia del pasado, sino más bien del futuro, porque corresponde también a las aspiraciones de la mayor parte de la gente. La familia que se desea es la familia con hijos, además de por la unidad de los esposos, y se desean dos o más hijos.
  
  
  -¿Por qué muchos no llegan a realizar ese proyecto?
  -Parece que la causa es, por una parte, la política y, por otra, el mercado. La familia normal es penalizada cultural, política y económicamente.
  
  
  -¿Cómo mantener unidas a las familias?
  -Las familias deben unirse entre ellas, relacionarse, constituir redes familiares. Hay muchos testimonios de familias que estaban a punto de romperse y se han reforzado gracias al ejemplo, la ayuda y el apoyo de otras familias.
  
  
  -¿Dónde encuentra una familia que quiere ser normal las normas para serlo?
  -En una cultura relativista como la dominante hoy, las normas jurídicas son la ley de la mayoría, del poder, y no la verdad. Cada persona debe buscar la verdad y comprender profundamente en sí mismo la identidad de la persona humana, porque la ley natural no es otra cosa que la razón que interpreta el ser del hombre mismo. La razón descubre que ser hombre y mujer no es un hecho puramente fisiológico, físico, precisamente porque la persona humana es espiritual y corpórea al mismo tiempo, y el cuerpo no es un objeto, sino una dimensión del propio yo. La relación sexual entre hombre y mujer es también un lenguaje, tiene un significado. Significa amor, aceptación, don recíproco y apertura a la vida. Tiene por tanto un significado unitivo y otro procreativo, el don recíproco entre hombre y mujer y el don común a los hijos, es la lógica definitiva del amor verdadero.