La alegría es la señal patente de que Dios está en el alma.
Paul Claudel pone en boca de su personaje: "Dios mío, tú me habías dado la posibilidad de hacer que todo aquel que mirara tuviera deseos de cantar, como si yo le diera el tono en voz baja".
Muchos esperan ser felices, para reírse; por eso quizá mueren sin haber reído nunca, pues no han sido felices por no haber encontrado nunca a Dios, que es la verdadera fuente de toda alegría.
Has de procurar que tu vida no sea una risa; pero también has de esforzarte para que tu risa sea una vida; algo que vivifique a cuantos te rodean.
Muchas veces se te presentarán oportunidades de ofrecer una limosna a un prójimo necesitado de tu ayuda: Todos necesitan la ayuda de tu sonrisa.
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