No todos los días son iguales, ¿Verdad?
Pues bien, tú que corres, no te agites; tú que vives, no te angusties; tú que dudas, no vaciles.
Si corres, no te precipites; si vives, no te desorientes; si estás angustiado, no te oprimas.
Será preciso correr, vivir, angustiarse; la vida es todo eso; pero en todo momento habrá que tener presente la moderación en todo; para todos es la regla de oro que debe regir nuestros actos.
Cristo dijo que Él es Camino, la Verdad y la Vida.
Si vas por ese Camino, no te extraviarás; si aceptas y vives esa Verdad, no caerás en el error; si penetras en esa Vida, te alejarás de la muerte.
El dijo también que es la Luz del mundo; no te alejes de Él y caminarás seguro, bañado por su luz.
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