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  EL PROGRAMA ACABARÍA MARCANDO LA HISTORIA DE LA TV

  Ruperta cumple 40 años

  29 ABR 2012 | BELÉN ESTER CASAS

  En abril de 1972 se estrenaba el ambicioso 'Un dos tres responda otra vez' de Chicho Ibáñez Serrador.

• Era abril de 1972 cuando un joven realizador de televisión lograba estrenar, después de muchas preocupaciones, un programa tremendamente ambicioso. Su padre, el reputado Narciso Ibáñez Menta, le había recomendado que abandonara aquella empresa inútil. Le metieron tanto miedo en el cuerpo que en la primera edición de Un, dos, tres, responda otra vez el nombre “Narciso Ibáñez Serrador” se mantuvo en la sombra, como si el programa no tuviera director. Sin embargo, el éxito fue tal que su firma apareció enseguida debajo del rótulo “Y si algo falla el responsable es”. Y así siempre.
  Un, dos, tres, responda otra vez fue siempre un éxito y Chicho, un visionario de la pequeña pantalla. TVE tenía apenas 20 años de vida cuando se estrenó el concurso, y estos eran casi siempre culturales o de azar. Sin embargo, Ibáñez Serrador le dio una vuelta de tuerca al formato existente y desarrolló un concurso de larga duración con tres partes en que aglutinaba todos los tipos de concurso: el cultural (Preguntas y Respuestas), el de habilidades físicas (La Eliminatoria) y el de la suerte (La Subasta). Todo ello aderezado con unas preciosas señoritas que bailaban, llevaban sobres y premios e iban dando buena cuenta del montante que ganaban los concursantes.
  Una de ellas fue Laura C., que participó en el Un, dos, tres en 1993. Ella y su hermano Quique, con apenas 20 años, protagonizaron sendos programas sobre Tailandia y el Musical. Se llevaron el ansiado Azulejo de Porcelanosa, patrocinador del programa. “Ganamos 19 millones de pesetas, uno de los premios más altos en la historia de la televisión hasta la fecha”. Después de aquello salieron en el ¡Hola!, recibieron el cheque de manos de Isabel Preysler y la gente les paraba por la calle porque “aunque empezaban las cadenas autonómicas y las privadas todo el mundo veía Televisión Española”. Una experiencia “única en mi vida y muy divertida” pese a un rodaje extenuante. “Duró tres semanas –nos cuenta–, mientras íbamos pasando de una fase a otra”. El lugar: los estudios Buñuel de Madrid. “Empezábamos a las nueve de la mañana y acabábamos a las dos de la madrugada”. Ibáñez Serrador, presente en todos los procesos de realización, pasaba siempre un rato con los concursantes. “Era muy agradable y se alegró mucho por nosotros cuando nos llevamos el premio”, explica Laura.
  Mascotas y humoristas
  En aquel 1993 empezaba la etapa crepuscular del Un, dos, tres, aunque seguía con una audiencia desorbitada. Sus épocas gloriosas, sin embargo, fueron dos: de 1972 a 1978 cuando, primero en un blanco y negro ahumado, y luego a todo color, Kiko Ledgard presentaba el concurso con aquel fabuloso Don Cicuta y los Tacañones que le daban gruñonas réplicas; y de 1982 a 1988, cuando llegó Mayra Gómez-Kemp con espíritu renovado, donde las Tacañonas, La Seño y Mari Puri completaron una época encantadora. Aún habría tres etapas más, la de Jordi Estadella y Míriam Díaz-Aroca, la de Josep María Bachs y la de Luis Larrodera en 2004, el último intento de Chicho de recuperar la gloria del programa.
  En el Un, dos, tres triunfaba, sobre todo, el humor. Entre los habituales del programa estaban Bigote Arrocet, Antonio Ozores, Fedra Lorente la Bombi, Beatriz Carvajal, Raúl Sender, Arévalo, Juanito Navarro, Juan Tamariz, el Dúo Sacapuntas o Ángel Garó. Pero sin los suculentos premios el Un, dos, tres no habría sido lo que fue. En 411 ediciones, se repartieron 70 coches, 20 apartamentos y 12 viajes de lujo. Pero también hubo quien se llevó 430 kilos de arroz, dos millones y medio de cerillas, cien armónicas o 1.001 cuentos infantiles. Puro Chicho...
  
  
  Aunque si una imagen habita en el recuerdo popular del Un, dos, tres es la de la mascota del programa, Ruperta, diseñada por el prestigioso José Luis Moro. Aquella sonriente calabaza abanderó el programa de 1972 a 1982, del 91 al 94 y durante 2004. Ibáñez Serrador se equivocó al intentar renovar la imagen del programa con otras mascotas como Botilde, El Chollo y el Antichollo y el Boom y el Crack. Porque nadie como Ruperta y su simpática voz ha logrado captar con más encanto a millones de españoles todos los viernes por la noche frente al televisor: “Un dos tres, aquí estamos con usted otra vez...”. Y lo que ocurría tras aquellos 44 segundos de sintonía forma ya parte de la historia de la televisión.