MMM (menos mayúsculas millôr)
Cuando lo del poeta menor, Marie Christine del Castillo me mandó otra breve traducción suya de Paes:
Al bastón
Contigo me hago
pastor del rebaño
de mis propios pasos.
Me gustó muchísimo, tanto que tuve que vencer la tentación de echarme a andar con bastón; y me trajo a la memoria los Hai-kais (L&PM, 1997) de Millôr F. que había leído dos días atrás y que ya iba olvidando. Sus aforismos son estupendos, y confiando en ellos, pedí varios libros al Brasil, que la red permite gestos tan rumbosos. De sus aforismos hablaremos largo y tendido, por supuesto, pero sus haikus no son buenos. Nada más abrir el libro se los encuentra uno escritos en mayúsculas y se teme lo peôr. El haiku es levedad y se lleva a matar con esa tipografía de inscripción en mármol. Tras el susto, uno ve que riman, y pierde, antes de entrar, toda esperanza. Rimar los haikus es cosa que sólo se puede permitir (y eso con reparos) LAC porque sigue siendo el rey y porque, a fin de cuentas, tiene el apoyo de las seguidillas por detrás. En todo el libro, hay uno que tal como está le funciona bien a Millôr:
Contigo me hago
de mis propios pasos.
Me gustó muchísimo, tanto que tuve que vencer la tentación de echarme a andar con bastón; y me trajo a la memoria los Hai-kais (L&PM, 1997) de Millôr F. que había leído dos días atrás y que ya iba olvidando. Sus aforismos son estupendos, y confiando en ellos, pedí varios libros al Brasil, que la red permite gestos tan rumbosos. De sus aforismos hablaremos largo y tendido, por supuesto, pero sus haikus no son buenos. Nada más abrir el libro se los encuentra uno escritos en mayúsculas y se teme lo peôr. El haiku es levedad y se lleva a matar con esa tipografía de inscripción en mármol. Tras el susto, uno ve que riman, y pierde, antes de entrar, toda esperanza. Rimar los haikus es cosa que sólo se puede permitir (y eso con reparos) LAC porque sigue siendo el rey y porque, a fin de cuentas, tiene el apoyo de las seguidillas por detrás. En todo el libro, hay uno que tal como está le funciona bien a Millôr:
Y HEME AQUÍ
RELEYENDO ESTE LIBRO
QUE NO LEÍGracias a MC releí el libro y vi que muchos, bajándole los humos a las mayúsculas, esfumando la rima y haciendo, más que de "traduttore, traditore", de espía o quintacolumnista, sí que valdrían. Otros son aforismos, como este crimen perfecto: "Son los días laborables los que acaban con los años". Y estos han terminado aquí siendo, creo y espero, haikus:
Observa:
entre una gota y otra
el chubasco no moja.*Muerta, en el suelo,
la sombra
es como una comparación.*Pavo de oro
—tras el corral del horizonte—,
el sol poniente.
*Lame a la luna
el perro callejero
en cada charco.*Ando, nostálgico,
entre la multitud
que no envejece.
*
Amada, crece
y decrece tu imagen
como la luna.*
Tú y yo a oscuras
somos. La luz se enciende
y somos otros.
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