sábado, 14 de abril de 2012

LA MANIPULACIÓN DEL SERMÓN DE VIERNES SANTO DEL OBISPO DE ALCALÁ DE HENARES.


  • Iglesia | La Gaceta
     
     
    Reig Plá con Benedicto XVI

    La manipulación del sermón de Viernes Santo del obispo de Alcalá de Henares

    14 ABR 2012 | JOSÉ A. FUSTER
    Pilato fue crucificado, muerto y sepultado.
  • El manual de primero de manipulación tiene un ejemplo básico. Es el del ateo que sale de una iglesia después del rezo del Credo y cuenta que los católicos aseguran que “Poncio Pilato fue crucificado, muerto y sepultado”. Eso es lo que ocurrió el pasado Viernes Santo con la homilía de monseñor Reig Plà, obispo de Alcalá de Henares, retransmitida por Televisión Española. Media hora después, el poderoso lobby homosexual aseguró que el obispo era homófobo. Punto redondo.
    monseñor Juan Antonio Reig Pla (Concentaina, Alicante, 1947),obispo de Alcalá de Henares y doctor en Teología Moral por la Universidad Pontificia Lateranensis de Roma, le estaban esperando desde hacía tiempo. No sólo por su autoridad como máximo experto español en Familia y Defensa de la Vida -los frentes de combate del lobby gay, impulsor de la llamada cultura homosexual-, sino sobre todo por la foto publicada en 2009 en la que ofició una misa en una capilla de su diócesis en memoria de las víctimas de las matanzas republicanas en Paracuellos del Jarama.
    Tampoco ayudó que en 2004, en sus últimos tiempos de obispo de Segorbe-Castellón antes de pasar a Cartagena, saliera a reforzar con una contundencia absoluta unas declaraciones del portavoz de la Conferencia Episcopal, monseñor Camino, sobre la ilicitud moral del uso del preservativo. Entonces, hace más de ocho años, Reig Plà fue el primer obispo en definir la cultura gay, “que es el fin último al que desea llevarnos el lobby gay: una civilización gay donde sea universalmente aceptada y practicada la homosexualidad o, al menos, la bisexualidad”.
    En el mismo discurso, Reig Plà alertó de que el homosexualismo político (la estrategia de convencer a los partidos de que la rentabilidad electoral pasa por hacer concesiones a los grupos homosexuales), junto con esa cultura gay, conduciría necesariamente a proponer reformas legislativas para que los niños estudiaran que la homosexualidad es natural. En este sentido,monseñor Reig Plà definió, un lustro antes de su implantación, la asignatura de Educación para la Ciudadanía.
    Pero el gran pecado laico de monseñor fue asegurar en una entrevista que había que “prestar ayuda psicológica y espiritual a las personas con inclinación homosexual que lo soliciten. Multitud de psicólogos y psiquiatras afirman, por experiencia propia, que la inclinación homosexual se puede curar”.
    El pasado Viernes Santo, monseñor Reig Plà se levantó de su silla y sin un solo papel, con un sermón estructurado en su cabeza, fue denunciando uno a uno los males del relativismo y la necesidad de una profunda reforma moral para España, “la tierra de nuestros padres”. Sin mirar ni una sola nota, en un sermón elegante de poco más de quince minutos, denunció la crisis de felicidad que vive el país por los empresarios que abusan de sus trabajadores, los empleados desleales, los jóvenes enganchados a las drogas, el alcohol, el sexo... También denunció como Iglesia el drama de las familias rotas, el daño de los sacerdotes de doble vida, la destrucción de la vida de los inocentes y la autodestrucción de las propias mujeres que abortan y... la corrupción de la infancia y de la juventud a través de ideologías de la sexualidad que invitan a la promiscuidad y que encuentran el infierno. En la homilía se habló de la malicia del pecado, el sufrimiento, el infinito amor de Dios y el abrazo de la cruz como camino de salvación. De homofobia, es decir, de odio obsesivo a los homosexuales, no había ni rastro en el sermón ortodoxo de un doctor en Teología.
    Media hora después de terminada la santa misa, dos asociaciones valencianas de homosexuales que miran con lupa y tijeras cada movimiento de Reig Plà enviaron sendos comunicados en los que aseguraban que el obispo había dicho por Televisión Española que Poncio Pilato fue crucificado, muerto y sepultado. Poco más tarde reaccionó Izquierda Unida, que pidió derrapando “la apertura del oportuno expediente por parte de la Conferencia Episcopal para proceder al cambio de obispo”.
    El PSOE, a rebufo, dijo a través de la exministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, que “las declaraciones de Reig Plà son preconstitucionales”y el Colectivo de Gays de Madrid, a través de su presidente, Agustín López, aseguró que “este obispo no representa el sentir de las (sic) y los católicos”.
    Reig Plá estaba condenado y podía servir como ejemplo de lo que le pasaría a quien osara atacar la cultura gay. Durante 48 horas, mientras la Iglesia se recogía “perpleja ante la muerte de Dios en la cruz por nuestros pecados”, el lobby gay y el homosexualismo político crucificaron al obispo sin oposición. El propio e inútil Consejo de RTVE confirmó que estudiaría el vídeo de la homilía a propuesta del eterno consejero socialista Miguel Ángel Sacaluga, sin apostillar que la retransmisión de las misas en la televisión pública está sujeto al Concordato entre España y la Santa Sede y sin que el Consejo hiciera referencia alguna a la protección de la libertad de expresión.
    El “dicen que ha dicho que decía” llegó hasta el extremo de que el mismo lunes, entre el silencio delPP, un activista gay de Benidorm presentó denuncia en el juzgado de Instrucción número tres de la localidad contra el obispo Reig Plà para que se investigara un presunto delito de fomento y apología del odio contra las libertades sexuales cometido en el transcurso de su homilía.
    Patente de corso
    El académico de la RAE y experiodista, Arturo Pérez-Reverte, invitaba en su cuenta de twitter a sus más de trescientos mil seguidores, no sólo a los católicos, a escuchar la homilía del obispo Reig Plà... a partir del minuto 33 de la retransmisión enlatada de TVE en su página web. Los tres minutos anteriores en los que el obispo establecía las bases de lo que quería explicar con esos ejemplos no merecen la atención del experiodista y escritor que remató su invitación a escuchar parte de la homilía con un expresivo “¿Es que no hay forma de meter en la cárcel o echar de España a ese peligroso imbécil?”.

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