sábado, 14 de abril de 2012

A JUAN CARLOS HERNÁNDEZ BUADES.

Te debía este artículo, estas palabras que demuestran mi sentimientos hace tanto tiempo que ni sé..., pero tengo que decirte que cada vez que he escrito me he acordado de ti, del mucho cariño que te tengo, os tenemos, a toda tu familia y todo lo que apreciamos tu cariño, solidaridad y apoyo en tantas ocasiones ya.

Si te soy sincero te tengo que decir que no te he escrito antes por temor a las consecuencias que pudieran tener mis palabras escritas en este medio, bien sabes que este blog no es bien querido por algunos que tienen la mirada turbia debido al recelo que ven por todos los lados y, también hay que decirlo, quien esto escribe tampoco es muy querido por otros que recelan de mis opiniones y querencias.

Hoy sábado 14 de Abril, ahora que estamos inmersos en plena Pascua de Resurrección y que hace una semana, tan solo, que Cristo Resucitó para estar con nosotros de forma permanente, mi corazón y mi cabeza se  han unido y  han dicho que quieren expresarte mis  sentimientos sinceros de cariño, amistad y hermandad.

Sí, querido amigo, cariño, verdadera amistad y hermandad porque profesamos una misma fe, caminamos por el mismo camino en esta vida, a veces llena de incomprensiones, por medio de unos apostolados que compartimos al unísono.

Te tengo que decir que desde que llegaste a la dirección del Centro de Sevilla, éste dio un cambio muy significativo. Las actividades programadas y desarrolladas así como las que tenéis previstas realizar os han convertido en un auténtico referente en toda España. Ostentas un liderazgo sin paliativos, estás acostumbrado a ello porque eso es lo que  haces en tu vida profesional donde eres un destacado directivo de una empresa internacional. Te has rodeado de un gran equipo y, para colmo, la dirección espiritual la lleva nada más y nada menos que el Padre Orta, el cual abre la boca y ya te hace recapacitar, te mira y su mirada es una invitación a la reflexión.

Cómo marido y padre de familia no hay quien te gane. Toñi tu mujer, extraordinaria en todos los sentidos, puede estar orgullosa del marido que  tiene. Un hombre afable y entregado a la obra de Dios, al servicio a los demás por medio de su vocación, de su apostolado.

Hace un año, en mi casa, celebrando una barbacoa entre amigos además de la Asamblea Constituyente de los "Piligrinos de Jerel" fuiste nombrado Delegado en Sevilla de estos y tu mujer e hijos también pertenecen a la nómina de este grupo de amigos  y hermanos que están unido por su amor a Dios, a la Santa Madre Iglesia, al carisma que, a casi todos, nos une y que en esa unidad caminamos en una peregrinación terrena hacia el camino que nos lleve a la salvación. 

Los "Piligrinos de Jerel" son pocos pero, como los tres mosqueteros, podemos decir y llevar a la práctica su famosa frase: "Uno para todos y todos para uno".

Hoy te dedico este post y este blog a ti, mi querido amigo, mi hermano y piligrino, hoy dedico unas torpes palabras escritas desde el corazón y en menor medida por la cabeza a Juan Carlos Hernández Buades. Un cristiano, un católico de los pies a la cabeza que está entregando su vida para servir al Señor.

Un fuerte abrazo Juan Carlos, desde el corazón y la verdadera amistad que nos une.

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