El Papa ha invitado a pedir a Dios que "su Espíritu ilumine la lectura de la Sagrada Escritura y sostenga el anuncio libre y valiente de su Palabra hasta los confines de la tierra" durante la audiencia general en la Plaza de San Pedro.
En la víspera del VII aniversario de su elección como Pontífice, Benedicto XVI ha retomado el tema de la oración en las catequesis de los miércoles. En esta ocasión, ha elegido un texto de los Hechos de los Apóstoles y ha recordado cuando Pedro y Juan acaban de salir de la cárcel, después de haber sido apresados por predicar el evangelio, y se encuentran con la comunidad reunida.
La unión y la oración
El Papa ha señalado que la comunidad cristiana que encuentra a los apóstoles después de la cárcel "al escuchar lo ocurrido, no busca cómo reaccionar o defenderse, ni qué medidas adoptar, simplemente reza". "Su plegaria es unánime y coordinada, ya que lo que vive un hermano atañe a todos. No se atemoriza -ha agregado- ni se disgrega, sino que se afianza su unión, porque está sostenida por la oración".
En este sentido, ha evocado la escena en la que Jesús, en el Getsemaní, "confía en la presencia, la ayuda y la fuerza de Dios". "Al rezar, ve la luz del Resucitado y comprende su propia historia dentro del proyecto divino. No pide salir indemne del peligro, ni el castigo de los culpables, solamente valentía para anunciar, la palabra de Dios y que Él acompañe este anuncio con su mano poderosa", ha señalado.
Durante el saludo a los peregrinos de lengua española, se ha detenido en particular en los participantes en el Curso de actualización sacerdotal que celebra en el Pontificio Colegio Español de San José y al Capítulo General de las Religiosas de María Inmaculada, así como los demás grupos provenientes de España, México, Perú, Argentina y otros países latinoamericanos.
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