Benedicto XVI ha advertido de que la Iglesia se enfrenta hoy al problema del analfabetismo religioso. Andrea Koprowski, director de Programas de Radio Vaticano, afirma que estamos ante «una verdadera transformación cultural» y analiza los retos que se le plantean a la prensa católica. En Roma, se ha analizado, estos días, el papel de las nuevas tecnologías ante la nueva evangelización
Noticia digital (21-IV-2012)
El director de programas de Radio Vaticano, el padre Andrea Koprowski, siguiendo el ciclo de reflexiones mensuales en vista del próximo Sínodo de los obispos sobre la Nueva Evangelización, que tendrá lugar en el Vaticano de 7 al 28 de octubre de este año, ha escrito una nota que lleva por título Los medios de comunicación y la transmisión de la fe.
Dice el padre Koprowski que, «en los países de tradición cristiana, nos hemos acostumbrado a un clima cultural y social que favorece un estilo de vida basado en la fe. Pero hoy en día, todo está en movimiento: crece la población y también la cantidad de jóvenes que buscan profundizar en la identidad cristiana, pero aún es mayor el porcentaje de personas que «viven como si Dios no existiera». Se observa, pues, un contraste entre el clima de la vida civil, especialmente en Europa, «en el mundo atlántico, post-cristiano», en el que se desea reducir los signos de las convicciones religiosas a la esfera de la vida privada, y el clima de las regiones dominadas por el islámico donde la vida civil está impregnada por la religión.
Los Lineamenta del Sínodo de los Obispos sobre la Nueva Evangelización «hablan de estos retos, que el contexto social y cultural plantea hoy a la fe cristiana, a su anuncio y a su testimonio». «Los desafíos en el contexto social y cultural» representan un factor muy importante –señala el padre Koprowski–, porque no se refieren sólo a la políticao a la nueva tecnología, sino que incluyen también una verdadera transformación cultural. Se están consolidando «nuevas formas de vida» en las que prevalece la tendencia a refugiarse en el individualismo, y a no tener en cuenta el tejido social, la dignidad de la persona y el bien de la común. A este respecto, Benedicto XVI dice a menudo que «la cuestión social se ha convertido radicalmente en una cuestión antropológica. Mientras los pobres del mundo llaman a la puerta de la riqueza, el mundo rico hace oídos sordos».
Las nuevas tecnologías están cambiando no sólo el modo de comunicar, sino la misma comunicación. El Papa ha dicho que: si los nuevos lenguajes tienen un impacto en el pensamiento y la vida, esto implica, de alguna manera, también al mundo de la fe. Ante esto afirma el padre Koprowski, la Iglesia, cada uno de nosotros, tiene que encontrarse a sí mismo en este nuevo tipo de cultura, en este cambio cultural rápido y profundo. Debemos ser conscientes de la profundidad del cambio cultural provocado por los "nuevos medios", que también son responsables de nuevas itinerarios de pensamiento, formas de aprendizaje, creación de específicos vínculos interpersonales y comunitarios.
"El cristianismo" debe encontrarse en este mundo. Es importante y urgente, construir nuestra comunidad a través de nuestro lenguaje: recordando que nadie debe ser excluido del nuevo tipo de comunidad que el cristianismo tiene por objeto crear y transmitir. Como con frecuencia recuerda Benedicto XVI, el cristianismo y la Iglesia no se limitan a un grupo, sino que llevan la Buena Nueva a toda la humanidad. Esto implica la necesidad de entrar en el significado más profundo de una comunicación capaz de crear comunidad. Tenemos delante nuevas posibilidades y nuevos riesgos, porque las nuevas tecnologías ofrecen las ventajas de la comunicación planetaria, veloz y conforme con el carácter universal del Evangelio y la Iglesia. Pero, al mismo tiempo, implican riesgos como la pérdida de la interioridad, la superficialidad en las relaciones, la fuga de la emotividad, el encantamiento de las palabras y las imágenes que degradan al ser humano, o la opinión más convincente que prevalece, a veces, ante el deseo de la verdad.
El padre Koprowski invita, pues, a entender el significado más profundo de la comunicación llevando la riqueza del misterio cristiano a la realidad de la cultura de la comunicación, a la realidad del ambiente digital en el que vivimos hoy. De este modo contribuiremos a dar al mundo globalizado, la dimensión comunitaria y el sentido de la vida, el fundamento de la esperanza y la alegría de construir “juntos” la polis contemporánea.
Benedicto XVI resumió todo esto en el Mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales 2009: "Cuando tenemos necesidad de acercarnos a los demás, cuando deseamos conocerlos mejor y darnos a conocer, estamos respondiendo a la llamada de Dios, una llamada que está grabada en nuestra naturaleza de seres creados a imagen y semejanza de Dios, el Dios de la comunicación y de la comunión. El deseo de contacto y el instinto de comunicación, que son tan evidentes en la cultura contemporánea, son en realidad manifestaciones modernas de la fundamental y permanente propensión de los seres humanos de buscar la comunión con los demás". Hoy estamos llamados a descubrir, en la cultura digital, símbolos y metáforas significativas que pueden ayudar a hablar del Reino de Dios al hombre moderno".
De las parábolas, a Twitter
Este entendimiento del ambiente digital actual donde hay que llevar la riqueza del misterio cristiano, como afirma el padre Andrea Koprowski, es la base sobre la que ha trabajado el congreso De las parábolas a Twitter, celebrado hace unos días en el Instituto Massimo de Roma, dedicado a los retos y oportunidades que plantean a la evangelización las nuevas tecnologías comunicativas.
Abrió los trabajos el padre Francesco Tata, S.I., rector del Instituto. Participaron en el debate el profesor Ettore Franzini, docente de Técnicas de los nuevos medios en la Universidad LUMSA de Roma; Fabio Bolzetta, periodista de TV2000 y responsable de la Oficina de Prensa de WeCa, la asociación de webmaster católicos; y Lucandrea Massaro, social media editor de Aleteia, red social cristiana online realizada bajo el patronato del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales y del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización. El moderador fue el periodista de Radio Vaticana Alessandro Gisotti.
José Calderero/Radio Vaticana
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