Retorno a Tejada
Como tenía que escribir "Cuidemos este pregón", he vuelto a leerCuidemos este son de José Luis Tejada. Qué de cuidados hemos de gastar, aunque el son se cuida solo:
Tú misma me lo decías:
que no te quisiera tanto
que no te lo merecías.
*
Pa qué cierras la ventana,
si detrás de los visillos
se te está viendo la cara.
*
Descubrí que me querías.
Ni lo entendí al descubrirlo,
ni lo entiendo todavía.
*
Lo que una vez fue verdad
lo sigue siendo por dentro
por toda la eternidad.
*
Es la vida,
decimos y nos marchamos
cada uno con su herida.
*
Tú me dijiste que no.
Fue con la boca chiquita,
no supe entenderlo yo.
*
Anda despacio
como una reina
por su palacio.
*
Amanecía.
Su mano abierta
sobre la mía.
[En lecturas anteriores, había pasado éste por alto y subrayado, en cambio: “Várgame Dios, / qué consecuencias / tiene el amor!" Mejoro de gusto, creo, y de amor por la sugerencia.]
*
Se bañó.
En medio del mar bravío…
quien una vez se bañó
ya no se baña en un río
ni por equivocación.
Y ese ha sido el caso mío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario