El obispado japonés ha enviado una carta de protesta al Gobierno por una intromisión ilegal de siete policías en una iglesia católica. Según revela UCAnews, los agentes se introdujeron sin permiso para detener a un inmigrante filipino que no tenía los papeles en regla.
Monseñor Takashi Motoyanagi comunicó a los cuerpos de seguridad que no tenían derecho a ejecutar este allanamiento y criticó el talante brusco con el que se adentraron en el templo. "Si una orden judicial, esta clase de acciones va en contra de la libertad religiosa y supone una amenaza para la sociedad", espetó el obispo Rafael Masahiro. El Arzobispo Leo Jun Ikenaga puso de manifiesto estas quejas por escrito.
Matsubara respondió que está "convencido de que la acción constituye un atentado contra el sentido común" e incluso, prometió que "no volvería a suceder".
Informa Catholic News Agency (CNA) que "la población janopesa es de 127 millones de personas, de entre los cuales, 500.000 son católicos"
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