martes, 31 de julio de 2012

"DIOS ME UTILIZA COMO UN VERSO MÁS".


  • Iglesia | La Gaceta

    ROBERTO CARLOS MATEOS
    Residente en Italia, la poeta discutió en muchas ocasiones con un sacerdote canadiense. Tras profundas reflexiones, se convirtió al catolicismo.
  • "Hasta hace dos años, era una atea convencida y odiaba a la Iglesia Católica", confiesa la poeta Sally Lee, a la vez que explicaba cómo todo fue cambiando durante nueve meses de 2010. "El proceso duró de marzo a diciembre, cuando fui recibida en la Iglesia Católica del Vaticano, lo que fue un rayo de luz para mí". contó a periodistas de Catholic News Agency el pasado 24 de Julio.
    Inglesa, de 41 años de edad, Sally Read es considerada como una estrella emergente dentro del mundo de la poesía. Su editor la describe como "una de las representantes de la nueva generación de jóvenes poetas que construyen el futuro de la poesía británica".
    Sally ahora vive con su marido y su hija en Italia, cerca de Roma, en la bonita ciudad costera de Santa Marinella. Allí comenzó su conversión hace dos años, mientras escribía un libro sobre sus experiencias de enfermera en psiquiatría. "Mientras escribía el libro, fui consciente de que no sabía dónde estaba el alma, no sabía ni siquiera si existía el alma. Realmente me estaba volviendo loca"
    Su frustración le llevó a profundas discusiones con un sacerdote canadiense. que también vivía en Santa Marinella. "Mientras hablaba con él sobre si hay un Dios y todas esas cosas, en cierto modo tuve el sentimiento, como poeta, de que Dios era el último y definitivo poeta, el Creador, y yo estaba siendo utilizada como un verso más", recordó. Entonces, llamó por teléfono al sacerdote para decirle:"Después de todo, no creo que sea atea" Sin embargo, se negó a dar, tan pronto, ese salto intelectual que supone convertirse al cristianismo, insistiendo a su amigo sacerdote, que no se lo pidiera.
    Sally fue criada en un hogar estrictamente anti-religioso y ahora empezaba a sentir que todo lo que había creído toda su vida empezaba a tener poco sentido. "Fue muy, muy difícil. No podía dormir en absoluto. Me sentía moralmente traumatizada", dice, al describir esos meses de 2010, como "el periodo más perturbado en toda mi vida".
    Su agitación terminó una tarde en que entró en una iglesia local. "Entré un día, estaba llorando y le dije a la figura de Cristo, que si él estaba allí, yo necesitaba su ayuda. Y sucedió, es muy difícil de explicar, pero sentí como si me alzara. Mis lágrimas se detuvieron, y sentí su presencia."
    La poeta describe la sensación como "totalmente tangible", tanto, que a partir de entonces "supe que la vida le pertenece a Cristo y no había nada más". Su viaje hacia la Iglesia Católica tardó en llegar, pero confiesa; "Me di cuenta de que había una sola Iglesia y la manera de estar más cerca de Cristo era siendo católico, asistiendo a la Eucaristía y tomando la Comunión."
    Su tercera antología de poesía será lanzada este año. Aunque la filosófía de su trabajo ha dado un giro de ciento ochenta grados. "Así que, no sé por dónde irá mi poesía, pero creo que va a ser interesante", dijo Sally Lee. 

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