Revista Ecclesia.
El Papa Benedicto XVI se ha dirigido, tras el rezo del ángelus del domingo 29 de julio de 2012, a los responsables y a la comunidad internacional, para que se detenga el derramamiento de sangre y no falte la ayuda humanitaria. Este domingo, Benedicto XVI reiteró su preocupación ante «los trágicos y crecientes episodios de violencia en Siria, con la triste secuencia de muertos y heridos – también entre los civiles – y un ingente número de desplazados y de refugiados en los países limítrofes».
Después de pedir que se garantice la necesaria asistencia humanitaria y la ayuda solidaria, el Santo Padre – confirmando su cercanía a la población que sufre y asegurando sus oraciones – renovó su apremiante llamamiento. Tras pedir Dios «la sabiduría del corazón, en particular, para cuantos tienen mayores responsabilidad, para que no se escatime esfuerzo alguno en la búsqueda de la paz, también de parte de la comunidad internacional, a través del diálogo y la reconciliación, con el objetivo de una adecuada solución política al conflicto”, en Siria, Benedicto XVII habló también de Irak: «Mi pensamiento se dirige también a la querida nación iraquí, golpeada en estos últimos días por numerosos y graves atentados que han causado tantos muertos y heridos. Pueda este gran país encontrar la senda de la estabilidad, de la reconciliación y de paz».
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