¡Cómo están los ánimos! Parece que este verano promete más de la cuenta.
Y aquí "desde mi ventana" observo con verdadera expectación todo cuanto acontece, algunas cosas para bien y otras para mal, en el día a día de la semana.
España ha estrenado los adefesios e impresentables uniformes donde hemos hecho el ridículo a medias porque, increíblemente, hay otros países peores que nosotros. Al parecer el desánimo, la tristeza, la falta de esperanza, lo sombrío que es nuestro presente y nuestro, mas que, nebuloso futuro ha contagiado a nuestros deportistas porque no ganamos medallas ni a la de tres.
España empezó la semana, en lo económico, fatal y se ha ido enmendando gracias a unas escuetas declaraciones del Presidente del Banco Europeo que con tan solo decir "a", ya baja la prima de riesgo y aparece la calma en los mercados. Lo que esperamos todos es que de una vez diga "amén" y solucione gran parte de los problemas que tenemos.
Los españolitos de a pie están en pie de guerra con constantes críticas, no les falta razón, porque demandan que en vez de recortar prestaciones, sueldos, pagas extraordinarias, subidas de impuestos que genera más pobreza debido a la caída del consumo, que se empiecen a recortar los políticos entre ellos porque aquí sobran políticos, asesores de políticos, asesores de asesores así como cientos de empresas paralelas, que no para lelos, que han sido creadas para "colocar" a unos cuantos amiguetes para que realicen la misma función que los Funcionarios que han ganado por oposición su plaza y ejercen su responsabilidad con criterios de defender siempre la legalidad y la transparencia. Si se adelgazara, ahora que está de moda el hacer dietas, esa "Administración" otro gallo nos cantaría.
Esta semana he podido ver en un diario de tirada nacional un importante evento organizado por el mismo con un ponente de gran prestigio nacional. Fue todo un éxito y cual sería mi sorpresa cuando vi, con mis propios ojos, que estaba invitado un personaje que consiguió el puesto, por el que fue invitado a tal evento, que en la actualidad ocupa medrando y traicionando a todo bicho viviente. Qué alegría debió sentir cuando se vio rodeado de tan insignes personalidades de todos los ámbitos de la vida política, social y cultural de España. Ahora después de un año "duro" donde ha cometido unas cuantas tropelías se irá de vacaciones a tierras del sur de España, como acostumbra, para descansar oficialmente porque lo que es oficiosamente lo hace durante todo el año.
Este año, como ya dije en un post, no hemos ido a Santander porque existen motivos más que suficientes para que no hayamos hecho este tradicional viaje. Lo hemos echado mucho de menos y, sobre todo, a Chema, Espe y Javier que son amigos verdaderos.
Aunque si nos hubiéramos marchado para tierras cántabras no habríamos podido ir a la Gran Regata que se ha celebrado en Cádiz durante estos cuatro últimos días y para nosotros era una cita de obligada asistencia.
Según conversaciones mantenidas esta semana, la suposición o "serpiente de verano" toma forma y la persona que iba a encabezar un bonito proyecto se echa para atrás. ¿Los motivos reales? Sólo él los sabe. Asumió una gran responsabilidad al manifestar su consentimiento para ejercer un firme liderazgo y ahora, parece, que hace uso de una gran irresponsabilidad por hacer todo lo contrario. Hay personas que llevan impresas en su frente el famoso dicho: "Donde dije digo, digo Diego".
Y lo que son las cosas como ya no supone un peligro inminente para nadie todo vuelve a su cauce normal y haciendo uso de la frase de Fray Luis de León: "Cómo decíamos ayer...". Ahora vuelven todos a ser amigos del alma; atrás quedaron infamias, insultos, bajezas, ruindades. ¡Lo que es la vida amigos míos!
"Desde mi ventana" veo las cosas, observo todo con cierta parsimonia, con la tranquilidad de haber cumplido con nuestra obligación diaria, poniéndonos en manos del Señor al cual nos encomendamos para que nos guíe y nos quite de nuestros corazones cualquier atisbo de dureza. Que nos haga mansos y humildes de corazón.
Hace un cierto tiempo que vivo en un ostracismo voluntario y deseado donde todo tiene su tiempo y donde el personalismo lo combato con la serenidad que te da la vida, los años y los momentos vividos. Hasta cuando he saltado en primera persona a la arena pública con motivo de una intervención lo he hecho autoimponiéndome la humildad. Le doy gracias a Dios todos los días por todo y también cuando soy humillado así cuando soy enaltecido. Viene bien en muchas ocasiones que nos bajen los humos cuando estamos subiendo demasiado rápido los peldaños de la escalera de nuestra vida. Esa humillación necesaria nos hace ver la realidad de otra forma y así podar nuestro ser para conseguir un corazón humilde, sencillo y puro. Vivir en esta "atalaya del olvido voluntario" es una norma de vida muy recomendable y que aconsejo a todos que lo hagan de vez en cuando.
Lo digo siempre, otro domingo que termina así como otra semana que empieza. Todo cuanto acontezca y observe desde este lugar de privilegio lo volveré a contar, como siempre, el próximo domingo y "desde mi ventana".
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