¡Quiero mi Cuba libre!
Así empezaba una canción que inmortalizó Gloria Estefan hace ya algunos años. Esta “sabrosona” canción hoy se hace más real y reinvindicativa que nunca.
Este país caribeño no puede soportar ni un día más la presión de los grilletes más descarnados, de la dureza de un régimen inquisitorial que pone en jaque a todos los que piensen diferente a la cúpula de poder, a todos los que crean en otra cosa que no sea el líder supremo y absoluto. La tiranía de los hermanos Castro, de sus abyectos y conspicuos seguidores que llevan a orgullo el ser socialistas, difraz muy utilizado por quienes todavía tienen querencia de la hoz y el martillo, el de luchar por el pueblo aunque a éste lo tenga aniquilado, con hambruna y con un desproporcionado y mezquino terror hacia los cubanos, la inmensa mayoría, que soportan lo insoportable y sufren lo insufrible.
No hay día que no nos hagamos eco de la desvergonzada política aniquiladora de Fidel Castro, el inmortal porque hasta el Maligno no lo quiere en el infierno, y su hermanísimo Raúl que viene de la misma calaña que su hermano. Todo seguido de una cúpula de privilegiados y caudalosos dirigentes que no malviven como el pueblo que dicen representar sino todo lo contrario.
En este blog nos hacemos eco de la gran persecución que sufren miles de cubanos que no piensan ni comparten nada con el régimen. Allí a los católicos se les persigue aunque solapadamente y que gracias al gran éxito diplomático de Su Santidad Benedicto XVI en el viaje que realizó a esta tierra así como su predecesor en el cargo el Papa Beato Juan Pablo II han recuperado la celebración de algunas fiestas religiosas.
Hace dos días moría Oswaldo Payá, disidente manifiesto y católico comprometido, moría de forma extraña en un accidente que no está para nada esclarecido, moría la voz de los sin voz, desaparecía de la faz de la tierra un buen hombre, tranquilo y pausado que plantaba cara a un régime dictatorial y un verdadero hombre de fe.
Conocí el trabajo que desempeñaba Payá hace algunos años en un Congreso de Católicos y Vida Pública, que por aquel entonces dirigía mi amigo Paco Serrano Oceja, ya que estaba invitado como ponente, pero los dictadores de Cuba no lo dejaron, no le permitieron salir del país y en su representación fue su hermano, que vive en España, y nos ofreció su valoración así como pudimos visionar un vídeo casero donde Oswaldo nos detallaba el verdadero día a día de los cubanos y no el que nos quieren vender esa panda de tiranos. Desde ese día quedé impresionado por la valentía y coherencia de vida de todos los que se enfrentan a persecuciones y hasta la muerte por la defensa de lo que creen y piensan.
Son muchos los muertos ya, son muchos los encarcelados, los que han escapado a la tortura de vivir en su tierra, que es otra forma de sufrir porque la distancia no es el olvido, o los repatriados como son ciudadanos cubanos que salieron de las cárceles para montarse en un avión con destino a España y aquí fueron abandonados por el entonces Presidente del Gobierno, amigo de Cuba y sus dictadores, José Luis Rodríguez Zapatero. Son, en definitiva, muchos los perseguidos que sufren en carne propia el despotismo de unos miserables gobernantes que han instalado su propia miseria en toda su tierra.
Todas las dictaduras son peligrosas y son sumamente perjudiciales pero, a diferencia de otras, la dictadura de los hermanos Castro tienen sus admiradores entre gobernantes y políticos de sospechoso perfil democrático. Ahí están el caso de otro dictador, de un gobernante que desgobierna su país, aunque para nuestro Ministro de Defensa sea un amigo de España, y que ha convertido este en un auténtico paraíso de terroristas de diversa índole. Entre ellos afamados asesinos repugnante de la banda terrorista ETA. Hugo Chávez se está tratando una muy grave dolencia en hospitales cubanos en los que recibe las dosis prescritas para su recuperación así como los mimos y cuidados que no se les da a los humildes y maltratados cubanos de a pie. Se le une a esta simpatía una larga lista de líderes, social-comunistas, de Iberoamérica.
Se podría decir que entre dictadores anda el juego, pero no, no siempre sucede eso. Fidel y Raúl Castro despiertan simpatías y denodados apoyos en la izquierda casposa de España, la tan afamada pseudoprogresía, que los defiende como si fueran sus bisabuelos u otros familiares de similar categoría. Desde el ex-presidente Zapatero, al ex-ministro Moratinos, socialistas de distinto pelaje, cargos y nombres así como fieles comunistas que ven en Cuba el sistema perfecto; Cayo Lara, Llamazares, Anguita, Valderas..., y un indeterminado número de los escasos miembros de esta izquierda radical que gobierna en Andalucía y Asturias. Estos apoyos son complementados por personas adscritas a la farándula, en el sentido más despectivo del término, porque en la mayoría de los casos no han destacado para nada salvo como perfectos asidores de pancartas varias en defensa del ideal social-comunista y en contra de todo cuanto huela a opciones políticas conservadoras, liberales o democristianas. Estos, todos los nombrados, son grandes perseguidores de todo lo que signifique persecución a la Iglesia Católica y a sus integrantes aunque no tienen lo que hay que tener para adoptar esas medidas persecutorias contra todos los que profesan el islamismo. Estos chic@s, que así le gustán ser tratados, tienen que aprender lo que verdaderamente significa democracia, respeto y tolerancia. Estos progres acaudalados, que visten camisetas y conducen coches de alta gama son los defensores de todos los tiranos de la tierra, socialista y comunistas, y los pobres habitantes de los países tiranizados les importa una higa.
Cómo decía la canción: ¡Quiero mi Cuba libre! Y la quiero en paz, disfrutando de verdadera libertad y que todos sus habitantes sean iguales sin importar su credo o su forma de pensar.
Rezo para que Dios ayude al pueblo cubano ante el sufrimiento y persecución que sufre a diario por parte de unos miserables dictadores de mala muerte.
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