El régimen asegura que el exceso de velocidad provocó el siniestro. Añade que se abrirá un proceso penal contra Ángel Carromero
Lo que comenzó como unas simples vacaciones se ha convertido en una pesadilla. Tras días de investigaciones, la dictadura de los Castro ha encontrado su chivo expiatorio, responsabilizando al español Ángel Carromero del accidente en el que murió Oswaldo Payá. Dicho informe podría provocar que el fiscal presente cargos contra el joven y que lo procesen. El Gobierno cubano considera que el exceso de velocidad en una vía en reparación señalizada al efecto, la falta de atención al control del vehículo por parte del conductor y un frenazo abrupto causaron el accidente en el que murieron los opositores Oswaldo Payá y Harold Cepero, ambos miembros del Movimiento Cristiano Liberación.
«El equipo investigativo evaluó que Ángel Francisco Carromero Barrios debió conducir a una velocidad promedio superior a los 120 kilómetros por hora y que fueron su falta de atención al control del vehículo, el exceso de velocidad» y frenar de «forma abrupta en una superficie resbaladiza», las causas del accidente, indicó el Ministerio de Interior en una nota hecha pública ayer.
Un informe impreciso
Carromero, un joven político español de Nuevas Generaciones del Partido Popular, y el sueco Jens Aron Modig, dirigente de la Juventud Demócrata Cristiana, viajaban junto a Payá y Cepero en el momento del accidente, ocurrido en las cercanías de la ciudad de Bayamo, en la provincia Granma. El informe está cargado de imprecisiones y testigos convertidos «repentinamente» en maestros forenses. El documento afirma que el tramo de la carretera en que ocurrió el accidente está en reparación y por espacio de unos dos kilómetros no se encuentra pavimentada la superficie de rodamiento, lo cual lo convierte en una especie de terraplén con abundante gravilla, por tanto, muy resbaladizo. El análisis pericial arroja que el lugar es una vía recta que cuenta con buena visibilidad y que había una señal que indicaba la existencia de hombres trabajando en su mantenimiento.
Para probar que Carromero conducía a gran velocidad, los funcionarios cubanos citan a un vecino que transitaba por el lugar en bicicleta a la hora del accidente y que asegura: «El carro me pasó a alta velocidad por al lado, con seguridad iba a más de 100 kilómetros por hora. Rebasó a un tractor». Una versión corroborada por el conductor del tractor. El texto también recoge las declaraciones del propio Carromero, quien habría dicho que no recordaba haber visto la señalización que alerta sobre el estado en que se halla la vía.
En cualquier caso, no hace falta ser un investigador para darse cuenta de que en Cuba las verdaderas «responsables de los accidentes» son las maltrechas carreteras que cruzan el país, uno de los más peligrosos del continente para conducir.
A partir de este momento, continúa el proceso de investigación y de instrucción penal. Según aclaró la abogada cubana y opositora Laritza Diversent a LA RAZÓN, tras este informe el fiscal presentará cargos contra Carromero, que podrían desencadenar un largo juicio. «Es seguro que se abre un proceso penal. Si se le culpa de homicidio podría enfrentarse a penas de uno a diez años». Carromero entró como turista en la isla, pero el Gobierno cubano asegura que venía a trabajar. Además, le responsabiliza de no avisar de que viajaría al interior como marca el reglamento. «Al entrar en Cuba ellos [los turistas] están obligados a cumplir las leyes, y ya sabes que las autoridades cubanas interpretan las leyes como entienden y Cuba no es un país seguro en ese sentido. Eso lo sabemos todos», subrayó desde la Habana. Además, y para complicar más aún el proceso al que se enfrenta el joven español, Carromero no tendrá derecho a un abogado extranjero, sino que tendrá que ser uno local el que se le asigne. Según aclararon fuentes del Ministerio del Interior, Carromero podría abandonar en las próximas horas la estancia en la que se encuentra y ser trasladado a una cárcel cubana en la que estará con presos comunes.
Es ahora cuando empieza la vital labor de la diplomacia española para buscar esas grietas en las distintas interpretaciones de las leyes del régimen y lograr que Carromero vuelva a España. A los Castro no les interesa abrir una nueva crisis con nuestro país. Exteriores mantenía ayer su cautela hasta conocer más detalles sobre el caso. Por su parte, la familia de Payá sigue desconfiando de los peritos cubanos y ha solicitado que las investigaciones continúen para dictaminar si hubo hostigamiento de otros vehículos.
Otro turista fue detenido tres semanas en 1997
El último antecedente a este respecto fue un español retenido durante tres semanas tras tener un accidente en Cuba en 1997, y herir a una mujer que iba como acompañante. Por aquel entonces, el ministro de Asuntos Exteriores, el popular Abel Matutes, hizo declaraciones explosivas sobre la dictadura que provocaron una crisis entre el Gobierno español y el régimen cubano. Concretamente, Matutes amenazó con «recomendar a los ciudadanos españoles que no viajen a Cuba por falta de garantías jurídicas». Finalmente fue el propio el presidente José María Aznar quien desbloqueó el conflicto dialogando con Fidel Castro –con el que entonces todavía mantenía conversaciones–. En Cuba hay decenas de compatriotas detenidos por causas de prostitución y drogas. Sin embargo, el turismo español es uno de los principales en la isla tras el canadiense. A la dictadura cubana no le conviene empañar su imagen de cara a los visitantes ibéricos.
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