Revista Ecclesia
La Asamblea se celebró en Viena del 29 de junio al dos de julio de 2012
Bajo este nombre se reúnen a las diversas organizaciones nacionales de cada iglesia católica en los diversos países de Europa, en nuestro caso con el nombre de Foro de Laicos, que solicitan libremente formar parte de este Foro Europeo. Este año, hemos celebrado la asamblea bianual del 29 de junio al dos de julio, en Viena. Un total de 68 participantes, procedentes de 16 nacionalidades distintas. La delegación de España la componíamos dos personas: Roberto Rubio de la ACdP y yo misma. Esta era mi segunda asamblea, y si recordáis hace dos años remití un pequeño informe de mi participación en la asamblea del 2010, celebrada en Birmingham.
La preparación inmediata de las asambleas se realiza en el año intermedio entre ellas, en una sesión de trabajo a la que se convoca a los presidentes nacionales. El año pasado tuve la oportunidad de participar en esta reunión, que se celebró en Freising, ciudad próxima a Munich a principios de junio. Allí se acordó que la asamblea tuviera como centro la celebración de los 50 años del concilio Vaticano II. También se acordó en este contexto la formalización de una asociación civil, cuya motivación y posterior concreción relato, en este informe, después de haber dado cuenta del contenido temático de la asamblea de Viena.
Desarrollo de la asamblea
Es habitual que la llegada se produce un viernes por la tarde y se celebra una sesión de apertura seguida de una cena en la que compartimos productos de los diversos países llevados por los participantes. En nuestro caso jamón y turrón..
Las mañanas del sábado y domingo, después de un rato de oración y la Eucaristía correspondiente, tuvimos la oportunidad de escuchar a dos ponentes: el obispo austriaco Helmut Krätzly el profesor de la Universidad de Lovaina, Arnaud join- Lambert, el primero hablo de la boca de los laicos según el Vaticano II, con especial incidencia en el alcance del sacerdocio común y la colaboración de los laicos entre laicos sacerdotes y obispos. También subrayó la necesidad de reconocer la libertad de los laicos en cuestiones temporales. En el diálogo se habló de que algunas situaciones nuevas y comentó que el reconocer los avances realizados pone de manifiesto que también pueden producirse cambios. La diversidad de realidades presentes en el aula, se pusieron de manifiesto en el que diálogo: quienes estaban preocupados especialmente por la participación de los laicos en la vida parroquial o diocesana, quienes lo estaban por el reconocimiento de la participación de la mujer en los diversos ministerios, pues residían en países donde las iglesias nacionales protestantes así lo reconocían, quienes estaba más preocupados por una mayor implicación de los laicos en las cuestiones de educación, sociales, políticas y el deseo de ofrecer asesoría y colaboración a las autoridades eclesiales en estos campos, etc.
La segunda ponencia se centró en el proceso de secularización y la puesta a punto de los católicos en Europa.Tuvo una aproximación eclesiológica que incluyó además de los datos empíricos, la pregunta por la teología que se requiere para las tareas de los laicos en la nueva evangelización en una Europa secularizada, en la que a la vez convivimos fieles de religiones diversas. Destacó distintas actitudes ante este estado de cosas y terminó invitando a habitar las situaciones nuevas con la convicción de que “el hombre es el camino de la Iglesia.”(Redentor Hominis,14”) y a vivir el misterio pascual como fuente de esperanza.
Las sesiones incluyeron también la presentación de algunas “buenas prácticas”. Se había solicitado la aportación de Irlanda, Polonia, Austria y Francia. En concreto, Irlanda y Polonia aportaron experiencias vividas por jóvenes para invitar a otros jóvenes a conocer a Jesucristo y a la Iglesia. De Francia presentaron la experiencia de organización de una diócesis, la de Poitiers, ante el hecho de disminución de sacerdotes. En el caso de Austria, la organización de una parroquia de Viena en la que el peso mayor recae sobre los laicos.
Tuvimos tiempo amplio para diálogo y debate, Con la posibilidad de hacernos que algunos y otros de las distintas realidades de la Iglesia en Europa, y de las diversas iniciativas que se están llevando a cabo.Una experiencia para agradecer.
La mañana del domingo estuvo dedicada a cuestiones propiamente estatutarias y la discusión y aprobación de un texto final de la asamblea (ver anexo). El Presidente informó sus propios viajes y de las actividades del Comité directivo. Me parece interesante subrayar que los viajes realizados por el presidente nos ha por invitación en algunos foros nacionales, especialmente por algunos de países donde la Iglesia Católica es muy minoritaria o en situación de dificultad; han sido gestos de ofrecer apoyo muy valorados por los representantes de los países correspondientes. En las cuestiones económicas se dio cuenta que también esta vez la financiación de las delegaciones de los países del Este ha estado a cargo de una subvención queda para tal fin la entidad de la Iglesia alemana Renovabis. Se aprobaron pequeños cambios en algún artículo de los Estatutos y se ofreció un extenso informe sobre el proceso de creación de la asociación civil FLE. Cuestión esta última que paso a desarrollar en el siguiente apartado.
Asociación civil FLE, registrada en Bonn, de derecho alemán. (“Europäisches Laienforum (ELF) e.V.”)
En la asamblea de julio 2010, celebrada en Birmingham, la entonces presidenta del Foro Europeo, dio cuenta de los contactos habidos con el Pontificio Consejo para los Laicos en orden a solicitar el reconocimiento formal de la Iglesia para el FLE, y presentó a la asamblea un borrador de estatutos que fue debatido y aprobado. La asamblea en car nuevo Comité directivo, elegido en esos días, la tramitación de la solicitud del reconocimiento del FLE con la consiguiente presentación de los estatutos para su aprobación. En la reunión de presidentes de Freising, el presidente del FLE comunicó que la respuesta del Pontificio Consejo, mediante carta del cardenal Rylco, presidente del mismo, había sido negativa. Aducía razones de carácter eclesiológico, por considerar que los Foros nacionales eran dependientes de las conferencias episcopales correspondientes, y no procedía crear una entidad que las hiciera depender de una nueva instancia. El cardenal en su carta, valoraba lo que el FLE venía promoviendo y animaba a continuar los encuentros que se venían teniendo, aunque no hubiera un reconocimiento formal de los mismos, Y expresaba su deseo de seguir manteniéndose informado de lo que se trabaja en ellos.
Conocida la respuesta por el presidente y el Comité directivo, estos habían reflexionado sobre el alcance de la misma, y presentaron a la reunión de presidentes la propuesta siguiente:
El no poder disponer de una entidad reconocida, dejaba al descubierto una necesidad que se venía sintiendo: realizar los movimientos económicos que comporta la celebración de encuentros y asambleas, en especial las donaciones que se reciben para apoyar la presencia de delegaciones de los países de Europa del Este. Este hecho motivó que propusieran la creación de una entidad civil con el mismo nombre, los mismos fines y el mismo presidente que el FLE. La legislación alemana posibilita todos estos extremos y facilita además el acceso a recursos económicos del propio estado alemán, así como la ejecución gratuita de una auditoría periódica.
Los presidentes reunidos en Freising, valoramos positivamente esta iniciativa, y aprobamos la creación de una comisión gestora que llevar a cabo los trámites jurídicos correspondientes.
En la asamblea de Viena, el Comité directivo del FLE dió cuenta de la realización satisfactoria de todos estos trámites en una sesión en la que se dio cuenta ante los asistentes del proceso seguido y se formalizó la incorporación como nuevos miembros de Foros de países cuyos presidentes no habían participado en la reunión de Freising.
A modo de conclusión
Deseo transmitiros mi profunda gratitud por haber tenido, una vez más, la oportunidad de acercarme a un foro en el que personas de países europeos de tradiciones culturales muy distintas a la nuestra y entre sí, nos reconocemos fraternalmente como cristianos miembros de una Iglesia en la que nos sentimos en casa, y juntos buscamos como hacer partícipes de la buena noticia de Jesús a nuestros conciudadanos.
Agradezco también a Roberto Rubio que haya hecho que la delegación española no se redujera a mi persona. Junto este informe mío, os envío también una nota con sus propias impresiones.
Camino Cañón
Madrid, siete de julio, 2012
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