domingo, 19 de agosto de 2012

¡ERA VERDAD! ¡LO QUE ME HABÍA CONTADO ERA VERDAD!; POR HERMANA LORENA.

La razón


Un año después de la JMJ / En primera persona


 
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Diccionario Inteligente
19 Agosto 12 - -
Tenía 8 años cuando vi volver de la Jornada Mundial de la Juventud, celebrada en Santiago en 1989, a una joven radiante que contaba con entusiasmo lo que allí había vivido. Desde aquel momento, me moría de ganas de vivir una Jornada Mundial de la Juventud.

El año 2005, en Colonia, lo pude vivir, y fue incluso mejor que mis sueños. Miles de jóvenes de todo el mundo, reunidos en torno al Santo Padre, habíamos llegado para adorar al Señor. Jóvenes y no tan jóvenes, sentados en el suelo, cantaban, oraban, compartían su fe. El Espíritu Santo los quemaba por dentro y gritaban al mundo con su existencia que Jesús estaba vivo. 

Religiosas y religiosos jóvenes, seminaristas, sacerdotes jóvenes, felices con su vocación, jóvenes en búsqueda aparecían radiantes ante mí, que me hundía en cierta desesperanza después de años de búsqueda sin encontrar y que pensaba que quizá ya no existía una vocación para mí. Me dije: «Si tantos siguen buscando, si tantos han encontrado su lugar en la Iglesia y Dios los hace tan felices, yo no puedo rendirme».

Cuando recuerdo Colonia no puedo evitar sonreír; aflora en mí el gozo de aquellos días en que jóvenes de todo el mundo testimoniábamos la cercanía de Jesús, compartíamos la fe, escuchábamos al Papa y sentíamos cómo sus palabras resonaban en nuestro interior. Parecía que las trabas del corazón desaparecían y resultase más fácil escuchar a Dios. Fluía la alegría y la confianza. Así me preparaba el Espíritu para, pocos días después, responder al designio que Él tenía sobre mí. 

Lo recuerdo como si fuera ayer. Al acabar la Jornada Mundial hice el Camino de Santiago, a lo largo del cual me fui preguntando: «¿Por qué, Señor? ¿Por qué nací en México, por qué quisiste que estudiara Ingeniería e idiomas, por qué siempre pensé en ser misionera por el mundo y ahora deseo con todo mi ser entrar en un monasterio de Lerma?». Y se impuso una certeza que iluminó mi corazón: «Lore, Dios Todopoderoso, Creador del Universo, no quiere tu ingeniería; Dios, que habla al corazón de los hombres, no quiere tus idiomas. No quiere nada de ti, te quiere a ti». Mi vida pasó de ser un deseo de dedicatoria (hacer mi vida perfecta, cristiana, responsable, y «dedicársela» al Señor como quien dedica un libro: «De Lore para el Señor, con todo cariño») a ser un ruego de entrega: «Señor, sabes que te quiero, toma mi vida, por favor».

Aquella niña de 8 años, que no imaginó que pudiese vivir una Jornada Mundial y peregrinar a Santiago de Compostela, menos aún soñó que 20 años después, iría como hermana de Iesu Communio al encuentro del Papa con religiosas jóvenes en la JMJ de Madrid. ¡Dios cumple con creces nuestros sueños! 

¿Cómo no agradecer las Jornadas Mundiales de la Juventud, expresión de que la Iglesia, los Papas siguen confiando en los jóvenes y nos abren el camino de la esperanza, de la verdad y de la vida?

Hermana Lorena  
Iesu Communio

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