
2013-10-25 Radio Vaticana

Papa: “Quieren predicar, con fidelidad y perseverancia, el Evangelio de Cristo?
Los elegidos: “Sí, lo quiero”.
Papa: “Quieren custodiar puro e integral el depósito de la fe?
Los elegidos: “Sí, lo quiero”.
Éstas y otras preguntas, dirigidas por el Obispo de Roma, en base a la antigua tradición de los santos padres, a los dos obispos ordenandos, fueron precedidas por la homilía. Los obispos, “custodios y dispensadores de los ministerios de Cristo” -dijo el Papa- son llamados a seguir el ejemplo del Buen Pastor y a servir al pueblo de Dios. Al obispo -dijo- “compete más el servir que el dominar”.“Episcopado efectivamente es el nombre de un servicio, no de un honor. Siempre en servicio, siempre el servicio”.
Después de haber exhortado a anunciar la Palabra en toda ocasión, oportuna y no oportuna, el Papa Francisco recordó la centralidad de la oración:“Un obispo que no reza es un obispo a mitad de camino. Y si no reza, el Señor termina en la mundanidad”.
El servicio alimentado por la palabra -agregó el Papa- debe ser orientado por el amor:“Amen con amor de padre y de hermano a todos los que Dios les confía. Sobre todo amen a los presbíteros y a los diáconos. Son sus colaboradores, son los más cercanos de los cercanos para ustedes. Nunca hagan esperar a un presbítero, denles audiencia, respóndanles enseguida. Estén cercanos a ellos. Pero también amen a los pobres, a los indefensos y a todos aquellos que tienen necesidad de acogida y de ayuda. Presten particular atención a quienes no pertenecen al único redil de Cristo, porque ellos también les han sido confiados por el Señor. Recen mucho por ellos”.
Además de servir y de amar -concluyó el Santo Padre- los obispos están llamados a velar “por todo el rebaño”, en el nombre del Padre, de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo que da vida a la Iglesia. ER RV
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