jueves, 31 de octubre de 2013

LAS BRUJAS NO EXISTEN, PERO HABERLAS, LAS HAY.

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En 1982, vivía en Inglaterra en una ciudad llamada Bexhill-on-Sea. Estaba recién ordenado como sacerdote anglicano y trabajaba en mi primera parroquia. Muy cerca de la antigua parroquia había un aquelarre de brujas cuyo líder decía ser el sucesor de Aleister Crowley.
 
Aleister Crowley fue un ocultista inglés al que le gustaba describirse como “el hombre más perverso del mundo”. Fue un sinvergüenza que se daba pábulo a sí mismo, un fraude y un charlatán, pero también un  educado, inteligente y voluntarioso satanista. Era realmente perverso y se vio involucrado en todo tipo de perversiones viles, adicciones y prácticas ocultistas inimaginables. Murió en Hastings, al sur de Inglaterra en 1947, la ciudad más próxima a Bexhill siguiendo la costa.
 
Las “brujas” que decían ser sucesoras de Crowley eran muy conocidas en la ciudad. Vivían en una especie de comuna hippie, y su líder, un hombre lujurioso de unos cincuenta años, frecuentaba todos los pubs. Abundaban los rumores sobre el consumo de drogas, inmoralidad sexual, corrupción de gente joven y prácticas oscuras y ocultistas.
 
Siendo un sacerdote joven, me encontré con varios jóvenes que se habían involucrado con dicho aquelarre. Una tarde, fui testigo de cómo un sacerdote mayor consiguió exorcizar a una joven de quince años de lo que parecía ser una posesión demoníaca, dicha joven había pasado tiempo con las brujas. Las historias que los jóvenes contaban eran de acciones y comportamientos enfermizos y terroríficos. Más de una vez, tuvimos que tratar con influencias espirituales que eran oscuras, destructivas y demoníacas.
 
¿Las brujas son reales? Por supuesto que lo son. ¿Son mujeres de piel verde, sombrero puntiagudo y verrugas en la nariz que llevan un caldero? Por supuesto que no. ¿Acuden a una Academia que se llama Hogwarts, juegan a una forma de hockey en sus escobas y luchan contra animales míticos? Por supuesto que no. Todo esto es un intento de hacernos creer que las brujas no existen.
 
La brujería sobrevive y con buena salud en nuestra era moderna y secular. Recibe el nombre de “Wicca” y sus adeptos crecen exponencialmente. Los seguidores de la wicca dicen ser los paganos modernos. Ellos afirman recurrir a los poderes de la naturaleza para cuidar a la gente, leer el futuro y poner a las personas en contacto con sus seres queridos que han muerto. La religión moderna Wicca proviene de otro inglés, Gerald Gardener, que en 1950 sintetizó varias formas de paganismo antiguo en un nuevo batiburrillo de paganismo.
 
Para simplificar, los paganos dicen rendir culto a los dioses y diosas del mundo antiguo. Los primeros cristianos entendieron muy claramente que los dioses y diosas paganos eran demonios. Entendieron que los ritos paganos eran sacrificios realizados a los demonios, que a través de los ritos paganos de iniciación, los devotos se entregaban a sí mismos a los demonios. Como resultado, los adoradores paganos eran poseídos frecuentemente.
 
¿Es posible que la gente actual convoque a los antiguos dioses y diosas y se ofrezcan a sí mismos para ser infestados por semejantes espíritus? Por supuesto que sí. C. S. Lewis comentaba sobre la locura de invocar a los malos espíritus, diciendo que se les llama, no habría que sorprenderse si éstos se presentan a la puerta.
 
Si una persona se implica en adivinación del futuro o de otro tipo – tarot, Ouija, sesiones de espiritismo, sanación con cristales, channeling o astrología – se están metiendo en el mundo de lo oculto. Si se involucran en ciertos tipos de psicología profunda – técnica de renacimiento, espiritualismo, visiones de otras vidas, espiritualidad nativa americana, espiritualidad ecológica y teología feminista – probablemente están dejándose llevar al ocultismo, también. El vago atractivo del movimiento New Age, así como su peligro espiritual, está bien explicado en el documento del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso llamado Jesucristo, portador del Agua de la Vida. Esta enseñanza oficial de la Iglesia subraya el peligro del movimiento New Age y nombra las diversas prácticas (aparentemente menos dañinas) New Age que pueden llevar a los creyentes al ocultismo.
 
¿Qué es lo mejor que podemos hacer cuando nos confrontamos con alguien involucrado en el ocultismo? Sería correcto hacerles frente y mostrarles los errores en sus creencias y prácticas, pero probablemente esto no haga mucho bien. Uno de los síntomas de la implicación en el ocultismo es una especie de ceguera espiritual, moral e intelectual. Como san Pablo dice en Romanos 1, 21.24, “se extraviaron en vanos razonamientos y su mente insensata quedó en la oscuridad”. Deberíamos recordar lo que el Papa Francisco ha dicho, “si no rezas a Dios, rezas al diablo”.
 
¿Qué hacer cuando tenemos que afrontar la oscuridad? Yo recomiendo ayunar en viernes, rezar algunos rosarios extra e invocar a los santos ángeles, especialmente a san Miguel. Esto no sólo haría salir a las brujas volando, sino que haría mucho bien a nuestra vida espiritual.
 
Nota del editor: Aunque "coquetear" con el ocultismo puede llevar a posesiones e infestaciones diabólicas, en sí la Wicca no tiene que ver con la magia negra ni con el satanismo. Recomendamos profundizar en nuestra Q&A, escrita por nuestros expertos de la Red Iberoamericana para el Estudio de las Sectas (RIES): ¿Qué es la Wicca?

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