Jinotega – “El diálogo sincero debe prevalecer por encima de las armas entre el Gobierno y los rearmados, porque la guerra no deja nada bueno” ha dicho Su Exc. Mons. Carlos Enrique Herrera Gutiérrez, O.F.M., obispo de Jinotega, hablando a la prensa este domingo 27 de octubre. Según la nota recibida en al Agencia Fides, el encuentro se ha llevado a cabo en la secretaria de la Catedral de San Juan, después de la Misa de clausura de la peregrinación de los católicos que habían salido desde Los Robles para llegar al centro de la ciudad de Jinotega. Los motivos de la celebración son tres: invocar del Señor por la paz de Nicaragua; la clausura del Año de la Fe y el Jubileo por el centenario de la Provincia eclesiástica.
Las palabras del obispo han sido motivadas por la tensión terrible que se vive en la zona. “La situación que se vive en las comunidades fronterizas entre los municipios de Pantasma y Wiwilí, afecta el desarrollo de los oficios religiosos de las parroquias” ha subrayado Mons. Herrera Gutiérrez, comunicando que en los últimos 15 días se ha visto una disminución sensible de los fieles en las parroquias de estas comunidades campesinas, ya que “principalmente los jóvenes, tienen temor a verse en medio de algún enfrentamiento que se pueda desencadenar en la zona”. El obispo está dispuesto a servir de mediador entre el Gobierno y los grupos rearmados “si se diera un diálogo sincero, un acuerdo para deponer las armas”, y ha añadido: “Estamos invitando a los fieles a orar, a confiar en el Señor para que nos ayude. Las armas, la violencia, la guerra, traen situaciones de muerte y tristeza y eso es lo que no queremos nosotros”.
Los grupos armados aparecieron en el norte del país en 2009, y desde julio de 2013 se han enfrentado varias veces con el ejército . En el mes pasado, dos miembros de la CPC fueron asesinados en Wiwilí y Pantasma, presuntamente por grupos rearmados. Esto se ha traducido en el aumento de la presencia del ejército y la policía en la zona. La policía prefiere etiquetar estos grupos como “pandillas”, mientras que ellos mismos se autodenominan “rebeldes contra el gobierno de Daniel Ortega”.
Las palabras del obispo han sido motivadas por la tensión terrible que se vive en la zona. “La situación que se vive en las comunidades fronterizas entre los municipios de Pantasma y Wiwilí, afecta el desarrollo de los oficios religiosos de las parroquias” ha subrayado Mons. Herrera Gutiérrez, comunicando que en los últimos 15 días se ha visto una disminución sensible de los fieles en las parroquias de estas comunidades campesinas, ya que “principalmente los jóvenes, tienen temor a verse en medio de algún enfrentamiento que se pueda desencadenar en la zona”. El obispo está dispuesto a servir de mediador entre el Gobierno y los grupos rearmados “si se diera un diálogo sincero, un acuerdo para deponer las armas”, y ha añadido: “Estamos invitando a los fieles a orar, a confiar en el Señor para que nos ayude. Las armas, la violencia, la guerra, traen situaciones de muerte y tristeza y eso es lo que no queremos nosotros”.
Los grupos armados aparecieron en el norte del país en 2009, y desde julio de 2013 se han enfrentado varias veces con el ejército . En el mes pasado, dos miembros de la CPC fueron asesinados en Wiwilí y Pantasma, presuntamente por grupos rearmados. Esto se ha traducido en el aumento de la presencia del ejército y la policía en la zona. La policía prefiere etiquetar estos grupos como “pandillas”, mientras que ellos mismos se autodenominan “rebeldes contra el gobierno de Daniel Ortega”.
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