Misioneros franciscanos al servicio
de la Tierra Santa
En la mañana del sábado 26 de octubre, el ministro general de la Orden de los Hermanos Menores, fray Michael Perry, ha presidido la misa cotidiana ante la tumba del Santo Sepulcro. Para la ocasión, la Custodia de Tierra Santa había invitado a las comunidades religiosas de Jerusalén a unirse a la asamblea de los frailes, llegados de los distintos conventos de Jerusalén.
Durante su homilía, el ministro general ha meditado sobre la figura de María Magdalena, propuesta por el Evangelio: «El primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Echó a correr…» (Jn 20,1-2). «¿Cuántas veces también nosotros corremos, incluso escapamos? –ha preguntado-. Huimos de las cosas que nos dan miedo, que nos toman por sorpresa, que amenazan nuestra identidad y el falso sentimiento de seguridad que nos hemos construido […]. No nos cerremos ante la novedad de Dios que quiere traer a nuestras vidas. No nos dejemos paralizar por el miedo. Este es el momento favorable para acoger el cambio que Dios nos propone a cada uno de nosotros personalmente, que propone a la Orden, a la Custodia. El Señor ha movido la piedra para darnos la vida en abundancia. ¡Jesús está vivo! Cantamos, vivimos, proclamamos la reconciliación, la proximidad, el amor y la esperanza de Dios todos los días. Hagámoslo con todo nuestro corazón. La tumba está vacía y no ha podido impedir la fuerza de la esperanza y del amor de Dios que se ofrece a cada uno de nosotros y a todo el mundo creado. Abrámonos a la novedad de la vida, al alba de un mundo nuevo y de un futuro nuevo que Dios ha preparado para nosotros».
Este mensaje a renovarse, cada uno en su vocación individual, franciscana, y al corazón de la Custodia ha sido uno de los mensajes que el ministro general ha querido ofrecer a los frailes de la Custodia durante su breve pero intensa visita.
Su visita, que ha durado del día 24 al 26 de octubre -la segunda tras su visita relámpago efectuada durante el capítulo de la Custodia del mes de julio-, le ha llevado a reunirse con frailes de Judea, en Jerusalén, y de Galilea, en Nazaret, en dos momentos importantes; pero también se ha reunido con las clarisas de estas dos ciudades, así como con algunos frailes individualmente. Durante su estancia, el ministro general ha participado también en un discretorio de la Custodia y, a pesar de sus obligaciones, ha encontrado tiempo para estar con los frailes de la enfermería y del Studium Biblicum Franciscanum, así como visitar al delegado apostólico en Jerusalén.
Todos han podido apreciar su disponibilidad, a pesar de su agenda tan completa, así como también su deseo de infundir en la Orden y en la Custodia un nuevo estilo, en línea directa con cuanto está haciendo el papa Francisco.
Fray Michael Perry, nacido en Indianápolis, EE.UU, en 1954, fue elegido ministro general de la Orden de los Hermanos Menores en mayo de 2013 para sustituir a fray José Rodríguez Carballo, llamado a la Congregación para los Institutos de vida consagrada y las Sociedades de vida apostólica.
Haciendo hueco entre sus obligaciones, ha respondido a algunas preguntas.
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San Francisco llamó a Tierra Santa «la perla de las misiones». El ministro general hoy, ¿diría lo miso?
¿Cómo podría decir otra cosa? Es verdad, pero quizá el significado de la misión ha evolucionado. Según las fuentes franciscanas, en Francisco había el deseo de anunciar el Evangelio e invitar a las personas a convertirse al cristianismo. Viniendo él mismo a esta región, encontró un país en guerra y su mensaje cambió, transformándose en una invitación a la conversión del corazón de cada uno a la paz.
Hoy, nuestra presencia aquí se confronta con la diversidad; las fuentes de conflicto son tan numerosas que el mensaje de san Francisco –que es el nuestro- es más válido que nunca, a condición de aceptar que nuestra presencia aquí está al servicio de la población cristiana, pero también de las distintas confesiones, de los distintos grupos religiosos, étnicos y culturales, así como de los peregrinos. Debemos proponer el diálogo, debemos ser constructores de paz entre nosotros, los cristianos, y con los demás. Es Dios mismo quien nos invita a alcanzar tal futuro, un futuro de paz y de reconciliación, un futuro que tiende a la unidad de la humanidad.
¿Es este el mensaje que ha dejado a los frailes durante su visita?
He invitado a los frailes a renovarse en su vida franciscana y, para hacerlo, a renovar su relación con el Señor, con Jesús. Sobre esta base, buscar la posibilidad de apertura al prójimo porque es Cristo quien nos invita, quien nos toma de la mana para caminar hacia los pueblos de la región, hacia el mundo. Debemos simplificar nuestra vida, debemos aligerarnos… para ir hacia el mundo.
¿Es posible para los franciscanos simplificar su vida, dado que pertenecen a una institución multisecular?
Los frailes tienen una gran responsabilidad, que la Iglesia les ha confiado. Se puede decir aquí, como se suele escuchar en Roma, que la estructura es imponente. Pero no son las estructuras lo que cuentan, es la calidad de la vida, la calidad de la presencia. Creo que las estructuras se pueden utilizar para invitar a las personas a descubrirse a sí mismas en su humanidad y, a través de esta humanidad, poder alcanzar la presencia de Dios, la presencia espiritual en nosotros; que se pueda, por tanto, descubrir la presencia de Dios, la dignidad de cada uno. En este sentido, las estructuras no deben ser un obstáculo sino que deben ayudar a la conversión de la persona. Siempre podemos simplificar nuestra vida y acercarnos todavía más a los pobres. Pero veo que los frailes ya están presentes entre los pobres, están presentes entre los enfermos y entre los necesitados, están presentes en el ámbito de la formación, presentes para cuidar el medioambiente.
¿Tiene algún mensaje para los habitantes de Tierra Santa?
No tengáis miedo, Dios está con vosotros. No tengáis miedo, los frailes están con vosotros. No tengáis miedo, la paz en Tierra Santa está en las manos de Dios. ¡No tengáis miedo! No emigréis, no dejéis esta región, no abandonéis esta tierra. Vosotros tenéis la misión de santificarla.
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Visita del ministro general al SBF
El 26 de octubre el ministro general OFM, fray Michael A. Perry, ha visitado el convento de la Flagelación, sede del Studium Biblicum Franciscanum. A última hora de la mañana se reunió con todos los franciscanos residentes en la casa, incluidos los profesores invitados y los estudiantes de las distintas provincias de la Orden. El padre guardián de la fraternidad, el padre Nayib Ibrahim, le presentó a los frailes uno a uno. Tras su saludo y el abrazo fraterno a todos y cada uno de los miembros, el ministro nos habló de su experiencia de estudio y docencia en diversas casas de la Orden, incluidas aquellas de los territorios de misión. Nos ha invitado a pedir a la Curia general según nuestras necesidades. Por su parte ha asegurado, también en calidad de gran canciller de la Pontificia Universidad «Antonianum», su cercanía a nuestra institución. El director del Estudio, el padre Massimo Pazzini, moderó esta segunda parte del encuentro. Su visita ha concluido con un ágape fraterno.
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