Mi querido D. Rafael:
Aunque pueda parecer que lo tengo algo “olvidado” no es para nada así porque está permanentemente en mi corazón, en mi memoria y en mis oraciones.
Sé de la trepidante agenda que lleva para adelante. Lo mismo se le puede ver en una Misa en Cádiz, en un Encuentro de Oración en Campano, Chiclana, que haciendo una visita a Puente Mayorga o en una peregrinación por tierras del vecino continente. Cuando uno piensa que el cristiano debe ser un hombre o mujer de oración y acción se puede ver reflejado en su persona. Cuando dijo que iba a ser un Pastor todoterreno sabía bien lo que decía. Cuando se dice “del dicho al hecho hay mucho trecho” no se cumple con su ejemplar ministerio sacerdotal y episcopal.
Se ha rodeado de un eficaz equipo de colaboradores que están sabiendo llevar a la práctica lo que usted veía que era fundamental y necesario para esta Diócesis de Cádiz y Ceuta. ¡Qué lejos queda ya tanto trabajo, tanto recorrer la misma para saber de primera mano que era lo que se necesitaba! Después de dos años al frente de esta complicada y difícil Diócesis se puede decir que tras los cambios y decisiones que ha tenido que tomar los resultados son sobresalientes.
Gran defensor de la juventud, a la que protege y ama, vuelca su corazón y el tiempo que sea necesario en la misma así como en la vida de los seminaristas que conforman el Seminario de San Bartolomé del cual, en el mes pasado, se han ordenado tres nuevos, queridos y santos sacerdotes.
Ha sabido lidiar en complicadas plazas y lo ha hecho con mesura, con elegancia y con firmeza. Las situaciones que parecen fáciles la mayoría de las ocasiones no lo son y para llegar a equilibrados y justos resultados se necesitan muchas horas de oración y de dedicación.
Todavía, son tan sólo dos años, tiene asuntos que debe acometer aunque no dudo que lo hará, como siempre, desde la valentía y la clarividencia que da el actuar guiado por el Espíritu Santo.
Quien piense que el trecho recorrido ha sido fácil se equivoca porque en todo hay trabajo, trabajo y muchas horas delante del Señor en devota oración. Rezar es junto con la Eucaristía la mejor gasolina que podemos tener, es abrir esa ventana que parecía cerrada a cal y canto para que entren los luminosos y cálidos rayos de sol que da claridad donde antes no había más que oscuridad y desesperanza.
Siempre que lo veo, en fotografías y personalmente, está con una gran sonrisa, con esos ojos vivos que hacen de su mirada una invitación. Si algo destaco de usted es que es un Obispo de puertas y brazos abiertos.
Todas los Movimientos y Realidades Eclesiales tienen su apoyo y protección: Las HH.CC., de gran calado devocional en todos los pueblos que conforman la Diócesis, entre los numerosos apostolados que existen saben que siempre tienen a su disposición a su Pastor Diocesano.
Los sinsabores, que seguro que los ha habido porque forma parte de la condición humana, no le han hecho menguar ni traspasar la delgada línea de trabajar haciendo el bien a todos que es la mejor forma de trabajar por Dios y la Santa Madre Iglesia.
Es una persona que durante el tiempo que lleva al frente del Obispado de Cádiz y Ceuta ha vivido su lema episcopal y se ha gastado y desgastado en servirnos a todos los fieles de la Iglesia en esta zona al sur del sur de España.
Entregado, paciente, cordial, cariñoso, de gran profundidad espiritual, sabiendo hacer equipo porque ostenta grandes dotes de liderazgo, entregado, incomprendido a veces y querido siempre.
Así es Monseñor D. Rafael Zornoza Boy, Obispo de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, así es como lo siento, lo veo y aunque en casa le tenemos mucho cariño, que sabemos es recíproco, he intentado escribir de él, de sus obras, como persona, como sacerdote, como Obispo, desde la objetividad que da el no vernos asiduamente. Desde esa “lejanía” física que no espiritual, se ven las cosas más claras y más sencillas de lo que parecen y, en definitiva, son.
Admirado y querido amigo D. Rafael:
Sabe que nos tiene siempre aunque no nos veamos demasiado, sabe que puede contar con nosotros para lo que desee, nuestras oraciones ya las tiene, sabe que tendrá siempre un matrimonio, una pareja de buenos amigos que lo estiman, valoran, quieren y defienden a capa y espada.
Reciba un fraternal abrazo en Cristo y María de sus amigos,
Jesús y Hetepheres
Aunque pueda parecer que lo tengo algo “olvidado” no es para nada así porque está permanentemente en mi corazón, en mi memoria y en mis oraciones.
Sé de la trepidante agenda que lleva para adelante. Lo mismo se le puede ver en una Misa en Cádiz, en un Encuentro de Oración en Campano, Chiclana, que haciendo una visita a Puente Mayorga o en una peregrinación por tierras del vecino continente. Cuando uno piensa que el cristiano debe ser un hombre o mujer de oración y acción se puede ver reflejado en su persona. Cuando dijo que iba a ser un Pastor todoterreno sabía bien lo que decía. Cuando se dice “del dicho al hecho hay mucho trecho” no se cumple con su ejemplar ministerio sacerdotal y episcopal.
Se ha rodeado de un eficaz equipo de colaboradores que están sabiendo llevar a la práctica lo que usted veía que era fundamental y necesario para esta Diócesis de Cádiz y Ceuta. ¡Qué lejos queda ya tanto trabajo, tanto recorrer la misma para saber de primera mano que era lo que se necesitaba! Después de dos años al frente de esta complicada y difícil Diócesis se puede decir que tras los cambios y decisiones que ha tenido que tomar los resultados son sobresalientes.
Gran defensor de la juventud, a la que protege y ama, vuelca su corazón y el tiempo que sea necesario en la misma así como en la vida de los seminaristas que conforman el Seminario de San Bartolomé del cual, en el mes pasado, se han ordenado tres nuevos, queridos y santos sacerdotes.
Ha sabido lidiar en complicadas plazas y lo ha hecho con mesura, con elegancia y con firmeza. Las situaciones que parecen fáciles la mayoría de las ocasiones no lo son y para llegar a equilibrados y justos resultados se necesitan muchas horas de oración y de dedicación.
Todavía, son tan sólo dos años, tiene asuntos que debe acometer aunque no dudo que lo hará, como siempre, desde la valentía y la clarividencia que da el actuar guiado por el Espíritu Santo.
Quien piense que el trecho recorrido ha sido fácil se equivoca porque en todo hay trabajo, trabajo y muchas horas delante del Señor en devota oración. Rezar es junto con la Eucaristía la mejor gasolina que podemos tener, es abrir esa ventana que parecía cerrada a cal y canto para que entren los luminosos y cálidos rayos de sol que da claridad donde antes no había más que oscuridad y desesperanza.
Siempre que lo veo, en fotografías y personalmente, está con una gran sonrisa, con esos ojos vivos que hacen de su mirada una invitación. Si algo destaco de usted es que es un Obispo de puertas y brazos abiertos.
Todas los Movimientos y Realidades Eclesiales tienen su apoyo y protección: Las HH.CC., de gran calado devocional en todos los pueblos que conforman la Diócesis, entre los numerosos apostolados que existen saben que siempre tienen a su disposición a su Pastor Diocesano.
Los sinsabores, que seguro que los ha habido porque forma parte de la condición humana, no le han hecho menguar ni traspasar la delgada línea de trabajar haciendo el bien a todos que es la mejor forma de trabajar por Dios y la Santa Madre Iglesia.
Es una persona que durante el tiempo que lleva al frente del Obispado de Cádiz y Ceuta ha vivido su lema episcopal y se ha gastado y desgastado en servirnos a todos los fieles de la Iglesia en esta zona al sur del sur de España.
Entregado, paciente, cordial, cariñoso, de gran profundidad espiritual, sabiendo hacer equipo porque ostenta grandes dotes de liderazgo, entregado, incomprendido a veces y querido siempre.
Así es Monseñor D. Rafael Zornoza Boy, Obispo de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, así es como lo siento, lo veo y aunque en casa le tenemos mucho cariño, que sabemos es recíproco, he intentado escribir de él, de sus obras, como persona, como sacerdote, como Obispo, desde la objetividad que da el no vernos asiduamente. Desde esa “lejanía” física que no espiritual, se ven las cosas más claras y más sencillas de lo que parecen y, en definitiva, son.
Admirado y querido amigo D. Rafael:
Sabe que nos tiene siempre aunque no nos veamos demasiado, sabe que puede contar con nosotros para lo que desee, nuestras oraciones ya las tiene, sabe que tendrá siempre un matrimonio, una pareja de buenos amigos que lo estiman, valoran, quieren y defienden a capa y espada.
Reciba un fraternal abrazo en Cristo y María de sus amigos,
Jesús y Hetepheres
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