domingo, 17 de junio de 2012

BILDU, UN AÑO CON LOS CÓMPLICES.

Política | La Gaceta



  •  
     
    Las elecciones municipales dejaron a los proetarras de Bildu al frente de 123 municipios. | Getty Images
    SU PRÓXIMA META SON LAS AUTONÓMICAS

    Bildu, un año con los cómplices

    17 JUN 2012 | JOSÉ MARÍA OLMO.
    Acaban de cumplirse 12 meses del regreso triunfal de la izquierda 'abertzale' a las instituciones. El resultado es la implantación de una agenda independentista radical y la paralización de la economía vasca.
  • La izquierda abertzale entró en las instituciones al inicio de la democracia pero nunca antes había tenido tanto poder en sus manos ni tantas opciones de seguir aumentándolo. Los herederos directos de Batasuna, con Bildu y Amaiur a la cabeza, acaban de cumplir un año al frente de las Juntas Generales de Guipúzcoa, del Ayuntamiento de San Sebastián y de otro centenar de corporaciones de País Vasco y Navarra. Desde el pasado 20 de noviembre, además, tienen siete diputados y tres senadores en las Cortes Generales. Nunca antes habían tenido tantos representantes en Madrid. Y en las próximas elecciones vascas, el mundo abertzale aspira al trono mayor del reino que en su ideario autoproclaman independiente.La coalición radical –la suma de la antigua Batasuna, Eusko Alkartasuna (EA) y una escisión de Izquierda Unida, además de otros colectivos minoritarios– está tan segura de su entrada victoriosa en el Parlamento vasco que no quiere prolongar su espera y ha comenzado a exigir el adelanto de los comicios. Recientemente, con motivo de su primer aniversario en las instituciones, los dirigentes de Bildu aseguraron que este año ha servido para demostrar que "han traído una manera diferente de hacer política". "Nuestra voluntad de negociación y acuerdo ha sido constante, desde el Gobierno y desde la oposición", manifestó Idoia Ormazabal, portavoz de Bildu en las Juntas de Guipúzcoa.
    No piensan lo mismo el resto de partidos. Para Estanis Amuchástegui, portavoz del Partido Socialista en el Ayuntamiento de Andoain, del que fue regidor en la anterior legislatura, "el talante de Bildu es autoritario, incluso donde no tienen mayoría". Amuchástegui describe que es imposible el debate en los plenos municipales porque los ediles de Bildu rehuyen cualquier discusión y se dedican sólo a imponer sus criterios.
    Ramón Gómez Ugalde, portavoz del PP en el Ayuntamiento de San Sebastián, también cree que en estos 12 meses ha quedado clara su falta de respeto por los valores democráticos. "Su único objetivo es bloquear todos los proyectos e iniciativas que planteamos los demás partidos", señala. "Sólo reciben a asociaciones y ciudadanos de su entorno. Comerciantes, hosteleros y emprendedores han pedido reunirse con el Ayuntamiento, pero Bildu no quiere hablar con ellos, pese a que se trata de sectores capaces de crear mucho empleo en una ciudad que depende tanto del turismo".
    De todos los frentes que tiene abiertos Bildu, el más emblemático, el que mejor refleja la forma en que entiende la política, es el conflicto del puerta a puerta, un programa ideado por la coalición radical para la recogida selectiva de residuos. Los dirigentes abertzales han comenzado imponer en los municipios en los que gobiernan la sustitución de los contenedores de basura por postes en la vía pública, en los que cada vecino tiene reservado un espacio para colocar sus residuos, respetando el tipo de basura asignado para cada día de la semana. El plan se ha encontrado con un rechazo masivo. Los ciudadanos han comenzado a levantarse contra un plan que amenaza con llenar de bolsas de basura las calles del País Vasco y que restringe la libertad de los vecinos para deshacerse de cualquier residuo, con independencia del día de la semana que sea.
    Incluso hay sospechas de corrupción, porque la empresa que está consiguiendo la adjudicación de la recogida de los residuos es siempre la misma, Garbitania, curiosamente, propiedad de dos antiguos cargos políticos de Batasuna y de un ex miembro de ETA. Por lo pronto, el presidente del Tribunal de Cuentas del País Vasco, José Ignacio Martínez Churiaque, anuncia que en el plan de trabajo del organismo de 2012 "ya está la fiscalización de las cuentas de Garbitania y de todos sus contratos". "Es un informe que aún no se ha emitido", apunta Martínez Churiaque, "pero se inspeccionará que la empresa haya cumplido correctamente el servicio para el cual se le adjudicaron los contratos públicos y si su financiación está siendo la correcta".
    La reacción popular

    De momento, ya han proliferado plataformas en contra del proyecto de Bildu, y el partido no está reaccionando de la mejor manera. Óscar Díaz es el presidente de la Plataforma Stop Puerta a Puerta de Mondragón, un municipio que pese a estar gobernado por este partido con mayoría absoluta –tiene 11 de los 21 asientos del Consistorio– ha comenzado a manifestarse contra el plan abertzale. "Es una chapuza para ganar dinero", asegura Díaz. "El problema no es sólo quienes son los dueños de Garbitania, sino que el sistema está pensado para colocar a más gente del mismo sitio". El presidente de la plataforma advierte de que "en los municipios en los que ya se aplica, los gastos se han triplicado". "Dicen que es más beneficioso porque se obtienen ingresos por el reciclaje, pero el ciudadano sólo paga más impuestos y no gana nada. Además, ¿acaso un Ayuntamiento es una empresa de tratamiento de residuos? ¿Existe para dedicarse a eso? Sólo es un método de Batasuna para conseguir dinero".
    Díaz relata que no es fácil organizar un movimiento como este en una población donde Bildu goza de tanto respaldo, pero cree que las cosas están cambiando. "Recibo amenazas de algunos vecinos que me acusan de ganar dinero con esto. Y otros me dicen que yo veré lo que hago, la típica amenaza de Batasuna. A mí me da igual. Lo que les preocupa es que en un pueblo como Mondragón, con 20.000 habitantes, hemos recogido 3.000 firmas en 15 días, y muchos de los que están en la plataforma son de la izquierda abertzale".

    El alcalde ya le ha dicho que piensa aprobar el puerta a puerta aunque le entregue miles de firmas, otro ejemplo de talante. "Son lo más parecido a una secta que hay en Europa", prosigue Díaz. "Es un régimen totalitario, de ordeno y mando. Le preguntaron al alcalde en el pleno por qué ellos, que defendían tanto las consultas populares, no le preguntaban a los ciudadanos si estaban a favor del puerta a puerta. Y el concejal de Medio Ambiente dijo, sin dudarlo, que hay cosas que no hay que preguntarle al pueblo". El organizador de esta mantiene que lo que ocurre en el fondo es que "los integrantes de Bildu no se están dando cuenta de que la actitud hacia ellos también está cambiando. Siguen actuando como si fueran una mafia que se impone gracias al miedo, pero la gente cada vez se atreve más a salir la calle y denunciar su fascismo encubierto".
    La otra gran iniciativa de su mandato es la creación de dos censos para clasificar a los ciudadanos en función de su dominio o no del euskera y según su lugar de nacimiento (dentro o fuera del País Vasco). PP y PSOE han dado la voz de alarma contra este proyecto de tintes marcadamente fascistas y xenófobos. Consideran que Bildu busca señalar y demonizar a la población castellanoparlante o no nacionalista.
    Esta tendencia totalitaria ha convivido a lo largo de este año con una carencia de actividad puramente política. Rafaela Romero, portavoz del Partido Socialista en las Juntas de Guipúzcoa, resume su balance como de "no gestión". "Este año nos ha demostrado que tenemos un Gobierno que no sabe gobernar. No sólo no ofrece soluciones, sino que donde ya las había, las destruye y crea nuevos problemas", critica Romero, que censura que, pese a haber transcurrido ya 12 meses desde que llegaron a las instituciones, la coalición abertzale aún no ha presentado un programa de Gobierno al resto de formaciones. La portavoz socialista intuye que Bildu "no se imaginaba que iba a conseguir tantos votos", pero recuerda que "el poder no se tiene porque sí, sino para llevar a cabo proyectos". "Se ha paralizado el territorio. Las previsiones económicas son negativas y sólo pueden empeorar", explica. "Es el Gobierno del no a todos los proyectos que puedan favorecer el desarrollo y la proyección exterior de Guipúzcoa".
    El portavoz del PP en las Juntas de Guipúzcoa, Juan Carlos Cano, coincide con su homóloga socialista. "En la Diputación, su Gobierno es inexistente. No han hecho ninguna aportación para solucionar los problemas reales de los guipuzcoanos", y pone de ejemplo que, entre las primeras decisiones que tomó Bildu estuvo "la reducción en un 60% de la partida destinada a la promoción económica de la provincia".

    Alergia al progreso

    Entre los planes paralizados por Bildu se encuentra el puerto exterior de Pasajes, la planta de tratamiento de residuos de Guipúzcoa, que obligará a la provincia a seguir pagando dos millones de euros a otros territorios para que recepten sus basuras, la pasarela de Monpas, que ya contaba con financiación del Estado para revitalizar un extremo marítimo de San Sebastián, y también nuevos desarrollos urbanísticos en diferentes puntos del territorio. Ni el AVE ni el metro de San Sebastián están recibiendo tampoco el impulso que necesitan de las instituciones gobernadas por Bildu.

    Las asociaciones de empresarios ya han expresado públicamente su preocupación por el efecto que la visión reaccionaria de la izquierda abertzale está empezando a ocasionar en la economía vasca. Adegi, la patronal de Guipúzcoa, ha reclamado a Bildu que impulse urgentemente las inversiones en “infraestructuras de transporte de personas, de mercancías y de información”, algo necesario "para el desarrollo de cualquier territorio". La patronal también rechazó la propuesta de la coalición de aumentar la recaudación de tributos con un incremento del Impuesto de Sociedades. “Debemos ser lo suficientemente generosos como para dejar al margen cualquier tipo de prejuicio ideológico”, un reproche al que Bildu respondió con extrema virulencia.
    En el plano municipal, la ausencia de soluciones llega al extremo. El portavoz de los socialistas en Andoain denuncia que, en su pueblo, "ni siquiera se están arreglando las carreteras". "No tienen imaginación ni gestión para conseguir dinero. Todos sus esfuerzos están centrados en el euskera, la independencia de Euskal Herria y los presos de ETA... Pero, sin embargo, no les importan los pequeños problemas de los ciudadanos", denuncia Estanis Amuchástegi. "Son muy populistas. Organizan muchas asambleas y reuniones, pero son siempre para los mismos. El Ayuntamiento está completamente parado. Por ejemplo, el reglamento municipal dice que cada 15 días se tiene que celebrar una comisión de urbanismo, pero llevamos mes y medio sin celebrar ninguna. Sin embargo, convocatorias, manifestaciones y recogidas de firmas, las que hagan falta", enfatiza el portavoz socialista de Andoain con grandes dosis de ironía.
    Rafaela Romero cree que la paralización que sufre la izquierda radical se debe en parte a que los que dirigen la formación no son en realidad los que se presentaron a las elecciones. "La ilegalización de Sortu hizo que los verdaderos políticos de la izquierda abertzale se quedaran fuera. Los que hay en las instituciones son sus hombres de paja", asegura la portavoz socialista en las Juntas de Guipúzcoa. Carlos García, portavoz del PP en el municipio guipuzcoano de Elorrio, asegura que es imposible dialogar con los ediles de Bildu porque no son ellos los que toman las decisiones. "Todo lo que planteamos en el pleno se lo tienen que consultar a los antiguos dirigentes de Batasuna, que son los que realmente mandan en Bildu. Es una situación esperpéntica En los plenos, al final de los asientos reservados al público, se colocan los verdaderos líderes de la formación, que dirigen con señas lo que tienen que votar en cada momento los concejales de la coalición abertzale". Amuchástegui también ha vivido una experiencia similar en Andoain: "Cuando he tenido que reunirme con la alcaldesa para cualquier tema, a su lado siempre tenía a alguien de Batasuna. Son ellos los que en realidad gobiernan el municipio".
    La ausencia de programa también responde a una estrategia electoral: evitar el desgaste de las instituciones para llegar intactos a las autonómicas. "Quieren llegar a las autonómicas con un aura romántica, y para ello lo que hacen es no adoptar medidas, por muy necesarias que sean, que puedan molestar a alguien", señala Juan Carlos Cano.
    Gómez Ugalde pone como ejemplo la paradoja de que la propia formación promueve, desde el gobierno del Ayuntamiento de San Sebastián, las huelgas que convocan los sindicatos. "Es un sinsentido. ¿Dónde se ha visto que la patronal, las instituciones, hagan una huelga contra la propia Administración de la que forman parte?", se pregunta aún asombrado Gómez Ugalde. En realidad, en el periodo transcurrido desde las municipales, ha quedado patente en más de una ocasión que Bildu, más que un partido de Gobierno, es una formación antisistema; que estaba preparada para oponerse a las instituciones, no para gobernarlas. Sus propios dirigentes han admitido en privado que no tenían la experiencia necesaria para gestionar una cuota tan alta de poder.

    Las contracciones del poder
    El ejercicio del poder ha conducido a Bildu a profundas contradicciones. La coalición llegó a las instituciones tras una intensa campaña contra los peajes en las autopistas AP-8 y AP-15, pero cuando revisaron las cuentas descubrieron que ambas infraestructuras eran insostenibles sin la contribución de sus usuarios. Ahora no sólo defienden la continuidad de la explotación privada de estas vías, sino que han lanzado la propuesta de extender el pago incluso a algunos tramos de la Nacional-I.

    Sorprende al mismo tiempo que las líneas más duras de su ideario hayan quedado paralizadas de momento. El euskera, el reagrupamiento de presos y la denuncia de las torturas siguen centrando su actividad política, pero de un modo menos agresivo. Incluso han trasladado las manifestaciones de las calles de San Sebastián, donde solían celebrar la mayoría de sus convocatorias de fin de semana, a Bilbao y Pamplona, donde no gobiernan. Intentan dar una imagen de moderación para no asustar, a sólo unos meses de las autonómicas, a los votantes del espectro político vasco que reclaman la paz, sin los que Bildu tiene casi imposible la conquista del Gobierno vasco.
    De hecho, la gran cuestión por resolver es si los contratiempos que ha sufrido en este año habrán sido suficientes para erosionar el respaldo que consiguió en las urnas. Amuchástegui se muestra "convencidísimo" de que el paso por el poder les va a restar apoyos. "Les votó gente desencantada de otros partidos pensando que serían los salvadores del problema vasco, pero los ciudadanos ya se están dando cuenta de que con ellos no se llega a ningún sitio. El plumero ya se les ha visto en un año, pero se les va a ver aún más", afirma el portavoz de los socialistas en Andoain.
    Lo cierto es que Bildu está reaccionando con nerviosismo al rechazo de sus proyectos. En el tema de la recogida de basuras puerta a puerta, la coalición ha encontrado una negativa ciudadana tan intensa que se ha visto obligada a crear una plataforma con todos sus cargos municipales para tratar de relanzar el proyecto. Otra de sus propuestas más polémicas, la construcción de la nueva estación de autobuses de San Sebastián en el lugar en el que actualmente se levanta un parque de recuerdo a las víctimas del terrorismo, ya ha sido tumbada por todos los partidos de la oposición del Consistorio guipuzcoano. La estación se ubicará en el barrio de Atocha, el lugar que había sido consensuado antes de que Bildu accediera al poder e intentara imponer sus propios planes.
    Un electorado fiel
    También han aparecido algunas fisuras en el seno del partido, entre otros motivos, porque Batasuna está fagocitando lentamente al resto de socios de la coalición, en especial los miembros de EA, que han acabado asistiendo a los mítines de los batasunos como simples palmeros. De los siete representantes que logró Amaiur en el Congreso de los Diputados, ya se ha producido la caída de uno, Iñaki Antigüedad, supuestamente por un problema de incompatibilidades.

    Con todo, Rafaela Romero tiene dudas sobre las consecuencias reales de estos contratiempos. En opinión de la portavoz socialista en las Juntas Generales de Guipúzcoa, "será difícil que la izquierda abertzale sufra tan pronto un desgaste porque su electorado es muy fiel". Teme que, pese a su experiencia anterior en las instituciones, se les vea como "recién llegados y se les conceda tiempo extra de adaptación". "Y el poco voto que pierdan se lo llevará el PNV, el partido que ha llevado a Bildu a las instituciones para que se desgaste y quedarse con los votos", añade.
    Evidentemente, el PNV es una pieza clave en la ecuación vasca. De hecho, fue el PNV el que permitió que la coalición radical conquistara el Gobierno de San Sebastián con sólo ocho de los 27 ediles en su poder y, también, el mando de otros muchos municipios del País Vasco y Navarra. "Ni en Rentería, ni en Andoain, ni en San Sebastián, ni siquiera en Lasarte, donde nuestra candidata era la viuda del asesinado por ETA Froilán Elespe, quiso el PNV apoyarnos, pese a que nuestra lista fue con diferencia la más votada y pese a saber todo lo que había pasado en ese pueblo", rememora Romero.
    Juan Carlos Cano subraya que su formación lleva "desde el primer día pidiéndole al PNV una moción de censura, pero se niegan". "Y nosotros sólo tenemos dos opciones", manifiesta, "o les echamos del Gobierno o intentamos hacer todo lo posible, haciendo de tripas corazón, para que los guipuzcoanos no sufran más consecuencias". Entre esos dos extremos se mueven populares y socialistas. "Esperemos que no agoten la legislatura, porque cuatro años de Bildu en las instituciones pueden ser nefastos", concluye el portavoz popular en las Juntas de Guipúzcoa. Más incertidumbre generaría aún, en el conjunto de España, el ascenso de la izquierda radical al Gobierno de la comunidad autónoma. También en ese caso el PNV puede tener la última palabra.
    El fracaso de la campaña antitaurina

    La izquierda ‘abertzale’ logró en las municipales siete de los 11 ediles en juego en Cestona, un municipio guipuzcoano. Con tanto respaldo, decidió convertir el pueblo en la punta de lanza de un plan antitaurino que debía recorrer luego todo el País Vasco. Tras una intensa campaña de los radicales, preguntaron a los vecinos si querían abolir los festejos taurinos, con 350 años de historia. Pero los vecinos dijeron “no”, en contra de lo que esperaba Bildu. En septiembre habrá de nuevo toros en Cestona.

No hay comentarios:

Publicar un comentario