Pese a que los informes de la Guardia Civil confirmaban que Sortu era una nueva marca de ETA, el Tribunal Constitucional, sí, el mismo que legalizó Bildu, decide legalizar este brazo político de los terroristas. Por supuesto que no nos queda otra que respetar tal decisión, pero no podemos callar ante lo que consideramos un paso adelante para una banda asesina que sigue sin disolverse y un nuevo varapalo a la memoria de las víctimas del terrorismo que podría haberse evitado, ya que lo que defenderá esta formación ya tiene representación política. Sólo supone más financiación para el entorno terrorista ahora que lo de la extorsión está ya muy mal visto. Pues aunque la izquierda abertzale tenga representación en el Congreso, las diputaciones y los ayuntamientos vascos, el Gobierno vasco considera que la decisión sobre Sortu «reconoce una realidad», claro que también aprueba indemnizar a etarras que hubieran sido víctimas de abusos policiales desde 1960 a 1978, cuando mataban impunemente. Indignante.
Pues queda afianzado el plan político de los terroristas. Justo lo que querían. Y vuelven a perder las víctimas, que reafirman la existencia de una «hoja de ruta pactada» con el anterior Gobierno, que continúa el actual «por no haber renovado el Constitucional en estos seis meses», sostienen. Lo dicho, un nuevo retroceso en las reivindicaciones de las víctimas del terrorismo y un gran avance para los intereses de los terroristas.
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