Su vida no se entiende sin el periodismo, desde donde practica la defensa acérrima de las que llama “las grandes olvidadas de España”. Alberto Lardiés, redactor de política de LA GACETA, colaborador habitual en Intereconomía TV y coautor de Anson, una vida al descubierto y Los mil secretos de Rubalcaba, recogerá el próximo viernes el Premio José Antonio Bernal Gómez, que en su primera edición ensalza el nombre de este joven periodista por ser el altavoz de los valores de las víctimas del terrorismo. Junto a él, el Ayuntamiento de Navahermosa y Voces contra el Terrorismo, organizadores del galardón, premiarán también la labor del ex presidente del Gobierno José María Aznar y del teniente general del Ejército Luis Feliú Ortega.
-¿Qué siente al recoger este premio junto a un teniente general y un ex presidente del Gobierno?
-Es un auténtico honor completamente inesperado para mí. Por ello agradezco a los organizadores de los premios que hayan pensado en mí.
-El agente que da nombre a estos premios era un miembro del CNI. ¿Qué le parece el trabajo de los espías españoles?
-Me parece un trabajo intensísimo y nunca del todo reconocido, por motivos obvios. España tiene unos magníficos servicios secretos. Muchos de sus miembros son militares muy cualificados que entregan su vida calladamente, como en el caso de José Antonio Bernal, para garantizar la seguridad de todos nosotros.
-Le dan el premio por su labor de recuerdo de las víctimas del terrorismo.
-Muchas veces bromeo con mis compañeros y les digo que por momentos me siento más un activista a favor de las víctimas que un periodista (risas). No hay que perder la perspectiva del trabajo para contar la realidad lo más fielmente posible, pero la verdad es que me siento muy identificado con la causa de las víctimas, que son las grandes olvidadas en España. Primero ni se les reconocía. Y luego, aunque tienen presencia en el debate público, más de uno las desacredita precisamente por su condición de víctimas. Es lamentable. Puedo equivocarme, por supuesto, pero siempre intento estar al lado de todas ellas, para que su voz se oiga.
-Y ahora, ante el final de ETA, ¿cómo cree que se está tratando a las víctimas?
-¿Sinceramente? Creo que se les ningunea.
-¿Por qué?
-Porque no se cuenta con ellas como a mi juicio debiera ocurrir. Por ejemplo, la semana pasada se presentó un plan sobre reinserción de etarras y luego, cuando se montó el revuelo, el ministro se reunió con las asociaciones. ¿Por qué esa reunión no se produjo antes? Creo que las víctimas pueden tener razón o no, pero su opinión siempre debe ser escuchada. Creo que las Administraciones deben mimarlas y cuidarlas. Los medios de comunicación sí las tratan con respeto, a mi entender.
-Muchas veces se acusa a las víctimas de meterse demasiado en política.
-Claro, eso es precisamente. Es que la violencia que han sufrido las víctimas, tanto las de ETA como las de Al Qaeda, ¡es una violencia política! Con motivaciones políticas de los terroristas. Me refiero a causas pretendidamente políticas y, sobre todo, a que los etarras o islamistas matan precisamente para lograr objetivos políticos. Me parece absurdo que muchos las critiquen por meterse en política. Las metieron en la política quienes asesinaron a sus familiares.
-También se les acusa de buscar la venganza o dejarse llevar por el dolor.
-Las víctimas del terrorismo en España han hecho siempre lo contrario. Nada de venganza ni pasiones exaltadas. Sólo piden justicia y memoria para los suyos. Creo que es lo mínimo que merecen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario