Escrito por José Barros Guede | |
jueves, 24 de mayo de 2012 | |
El Espíritu Santo es el abogado de Dios que Jesús, el Señor, envía a los fieles cristianos en este mundo para defenderse de las injurias, calumnias, maledicencias y maldades promovidas por sus enemigos y para guiarse y fortalecerse por el camino del bien, del amor y de la vida eterna conforme a sus palabras evangélicas: “Os conviene que me vaya, porque si no fuere elabogado no vendrá a vosotros, pero si me fuere os lo enviaré. Él acusará al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado porque no creyeron en mi, de justicia porque me voy al Padre y de juicio porque el príncipe de este mundo ya está juzgado” (Jn.16.7-14).
Los Hechos de los Apóstoles relatan en el capítulo dos: A los cincuenta de días de Jesús haber resucitado, los apóstoles reunidos en el Cenáculo reciben el Espíritu Santo, trasformándolos de ignorantes, tímidos y cobardes en sabios, valientes y fuertes misioneros del Evangelio, hablando distintas lenguas, obrando curaciones y prodigios milagrosos y haciendo profecías y revelaciones, del tal forma, que cuantos los escuchaban quedaban admirados y encantados pidiendo ser bautizados y compartiendo su vida y su economía en común.
El Espíritu Santo es la tercera persona de la Santísima Trinidad que procede ex Patre Filioque según los padres latinos, o ex Patre per Filium según los padres griego. Es el hálito vital, la infinita sabiduría, la fuerza moral y el poder divino que los fieles cristianos tienen en este mundo para conocer la verdad y odiar la mentira, amar el bien y evitar el mal, practicar la justicia y evitar la injusticia y la arbitrariedad, admirar la belleza y aborrecer la fealdad.
El Espíritu Santo es el Altissimum Donum Dei que infunde entendimiento, sabiduría, ciencia, consejo, piedad, fortaleza y temor a los fieles cristianos. Entendimiento para entender la verdad, la sabiduría para penetrar rectamente las cosas divinas, ciencia para conocer verdaderamente las cosas creadas, consejo para juzgar rectamente las conductas humanas, piedad para ordenarnos debidamente a Dios Padre y al prójimo, fortaleza para darnos valor y fuerza ante los peligros y temor para vencer nuestros deseos desordenados.
Llamar mentira a la verdad mentira y a la mentira verdad, o llamar al bien mal y al mal bien son pecados y blasfemias contra el Espíritu Santo que no tienen perdón de Dios, de acuerdo con lo que Jesús enseña: “Cualquier pecado o blasfemia será perdonado a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu Santo no se les perdonará. Quien hablare contra el Hijo del Hombre será perdonado, pero quien hable contra el Espíritu Santo no será perdonado” (Mt. 12,31-32 y Mc. 3,28-30).
En la actualidad, los fieles cristianos padecen una grave y hostil contradicción, desprecio, marginación y persecución por parte de ciertos sectores políticos, intelectuales y sociales. Acusan a Iglesia que no cumple con el precepto esencial evangélico del amor fraterno humano, que su estructura y su organización es anticuada y cerrada a la vida y a las necesidades actuales sociales. Piden, pues, su reforma evangélica, humana y actualizada a los nuevos tiempos.
Pues bien, el próximo domingo celebramos y conmemoramos la fiesta de Pentecostés, es decir, la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles. La oración de los fieles cristianos debe ser: “Ven Espíritu Santo, abogado de Dios, luz y fuerza de los cristianos, visita nuestras almas y llénanos de tu gracia, sabiduría y poder para protegernos y defendernos de nuestros enemigos. Visita a tu Iglesia para se abra a la vida y al amor fraterno, siendo más evangélica, humana, cercana y actualizada a los nuevos tiempos.
José Barros Guede.
A Coruña, 23 de mayo de 2012
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Blog católico que se fundamenta en la defensa de los valores del Humanismo Cristiano (Fundado: 7 octubre 2011)
jueves, 24 de mayo de 2012
EL ESPIRITU SANTO ES EL GRAN ABOGADO DE LOS CRISTIANOS EN ESTE MUNDO.
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