Lectura del santo evangelio según san Lucas 9,46-50:
En aquel tiempo, los discípulos se pusieron a discutir quién era el más importante.Jesús, adivinando lo que pensaban, cogió de la mano a un niño, lo puso a su lado y les dijo: «El que acoge a este niño en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí acoge al que me ha enviado. El más pequeño de vosotros es el más importante.»
Juan tomó la palabra y dijo: «Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre y, como no es de los nuestros, se lo hemos querido impedir.»
Jesús le respondió: «No se lo impidáis; el que no está contra vosotros está a favor vuestro.»
II. Compartimos la Palabra
“Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios”
El profeta Zacarías, cuyo significado es Yahwhe, se acuerda, recuerda al pueblo repatriado del destierro por el decreto de Ciro I, que el templo se está reconstruyendo, pero no faltan problemas, por lo que el pueblo, en algunas ocasiones se desilusiona. Tanto el profeta Ageo como Zacarías, procuran levantarle el ánimo, recordándole el amor y celo que Dios siente por su pueblo, que seguirá siendo su Dios, que habitará nuevamente en Jerusalén, la cual será llamada ciudad fiel y como señal de esto, anuncian la paz en que vivirán sus habitantes: Los ancianos se sentarán en las calles de Jerusalén y los niños corretearán por ellas y aunque a algunos esto les parezca imposible, Dios lo hará realidad, liberará a su pueblo y los traerá para que habite en medio de Jerusalén. “Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios con verdad y con justicia”.
El Dios fiel siempre es propicio a su pueblo a pesar de la infidelidad del mismo
Pidamos fidelidad al Señor que tanto nos ama y proclamemos al mundo que, a pesar de los problemas, Dios sigue siempre en medio de nosotros.
Pidamos fidelidad al Señor que tanto nos ama y proclamemos al mundo que, a pesar de los problemas, Dios sigue siempre en medio de nosotros.
“El que acoge a este niño en mi nombre me acoge a mi”
Los apóstoles quieren ser los primeros, por eso discuten sobre quién es más importante entre ellos. Jesús les da una hermosa lección, tomando a un niño de la mano lo puso a su lado y dijo esas hermosas palabras: “Quien acoge a un niño, me acoge a mi y al que me ha enviado”. Debemos tener en cuenta que los niños en Israel no tenían ninguna importancia, por tanto el que los acoge, acoge lo más pequeño de la sociedad. Jesús, modelo de humildad, se compara con el niño y quiere ser acogido así, con sencillez, sin ninguna importancia, no por los honores que puedan esperar estando con Él.
Ante esto, los apóstoles cambian de conversación, acusando al Maestro a algunos que “sin ser sus discípulos, hablan y realizan milagros en su nombre. Aquí viene la segunda lección de Jesús: “No se lo impidáis: el que no está contra vosotros está a favor vuestro”.
Aprendamos:
1º La humildad: no queramos ser más que los otros;
2ºAcogida de la verdad del otro, reconociendo lo bueno que Dios ha puesto en los demás.
2ºAcogida de la verdad del otro, reconociendo lo bueno que Dios ha puesto en los demás.
Es el día de S. Jerónimo, no podemos dejar de recordar el amor que este santo tenía por la Escritura, cuyo centro es Cristo, imitemos su esfuerzo por estudiarla y enseñarla a los demás.
Hna. María Pilar Garrúes El Cid
Misionera Dominica del Rosario
Misionera Dominica del Rosario
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