El 29 de septiembre, fiesta de los tres arcángeles, celebró su onomástica el padre Rafael Caldelas. Es el mayor de los sacerdotes diocesanos, 98 años. Queremos desde la página web del Obispado mandarle una efusiva felicitación y nuestra oración para que el Señor le siga acompañando y le conserve esa mente privilegiada. En esta etapa de su jubilación el padre Caldelas tiene dos horizontes preferentes: el beato Diego de Cádiz y D. Calixto Paniagua. Al beato Diego le ha dedicado la segunda edición de su obra “Despertador” (de las conciencias, lógicamente) aumentada notablemente. También un óleo, obra del padre Manuel Fernández López, que está colgado en la Iglesia de San Pablo de Cádiz. Su gran ilusión hubiera sido la canonización de nuestro beato gaditano.
De don Calixto, Chantre que fue de la Catedral de Cádiz, esperamos todos también su próxima beatificación. Recibió la gracia del martirio por su fe y su condición de sacerdote en la Puerta del Cambrón de Toledo el 23 de agosto de 1936. Vicerrector y profesor del Seminario, Sacerdote y formador ejemplar, dejó en sus alumnos seminaristas un recuerdo imborrable y un testimonio heroico. De ellos sólo queda el padre Caldelas. El Seminario ha tenido la feliz idea de colgar en la galería del primer piso, entre los cuadros de obispos y sacerdotes beneméritos, un magnífico óleo de Don Calixto, obra de Carmen Alonso, autora de varios cuadros de nuestros últimos obispos. Como el padre Caldelas ha sido entusiasta de la prosa y de la poesía también ha escrito recientemente unos versos al mártir, Dn Calixto.
Así, el P. Caldelas recibió numerosas visitas de amigos y compañeros, entre ellas una representación de la Hermandad del Ecce-Homo, acompañados del rector de la Iglesia de la Conversión de San Pablo.
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