Todo lo que te rodea busca provocar en ti una respuesta sensible. Entrena tu sensibilidad abriéndote a lo positivo, haciéndote cada más receptivo a aquellos estímulos que implican belleza, afecto, generosidad, humanidad, solidaridad, bondad..., y más reacio al odio, la ira, la venganza, la amenaza o la extorsión. Hazte invulnerable a la ofensa.
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