Durante todo el año, diversos monasterios abren sus puertas para aquellos peregrinos que busquen un remanso de paz, profundizar en su vida espiritual y quieran encontrar en la oración una respuesta a sus inquietudes.
Recomendamos cinco de estos lugares emblemáticos en España:
Santa María de Huerta (Soria)
Se encuentra en el sur de la provincia de Soria, en la Vega del Jalón y en la antigua frontera de los reinos de Castilla y Aragón. Fundado por Don Alfonso VII, su privilegiada situación fronteriza lo hizo merecedor de privilegios y donaciones por parte de Alfonso VII y Alfonso VIII de Castilla, pero también por parte de Alfonso II y Pedro II de Aragón. Seguiría creciendo por las ayudas de Carlos V y de Felipe II, lo que lo convirtió en uno de los más valiosos y grandes de España.
Un auténtico monasterio según el modelo de la Orden Cisterciense donde la sencillez y lo natural agradan al espíritu.
No hay que perderse la iglesia cisterciense, con su coro alto y cuerpo bajo. Ni dejar de apreciar el relieve del grupo de la Virgen con el Niño entre san Benito y San Bernardo. Pero lo que sin duda llamará más la atención es su refectorio: singular, impresionante y bello. Dice la tradición que el mismo Felipe II se escandalizó al visitar esta obra y contemplar sus ventanales, cubiertos entonces por vitrales pintados en los Países Bajos.
También es imprescindible el pasear por el claustro de los caballeros donde están enterrados caballeros de Medinaceli, Finojosa o Manrique.
10 habitaciones, con un régimen de admisión mixto y abierto todo el año. Un viaje que se puede completar con una visita a Soria y sus rutas de la meditación, de los poetas, de la inspiración y la ruta mágica y con un regalo para el paladar, el delicioso dulce de membrillo que fabrican los monjes.
San Isidro de Dueñas (Palencia)
Se trata del lugar de los “Trapenses de la provincia de Palencia”. La primera noticia que se tiene de este monasterio se remonta al siglo X y aunque en principio estuvo consagrado a San Martín de Tours, tras llegar algunas reliquias de San Isidoro, mártir de Alejandria, cambiaría su nombre. Finalmente por evolución del lenguaje o por la fuerza del Patrono de Madrid, terminaría llamándose San Isidro.
Son muchísimas las vicisitudes por las que ha pasado San Isidro de Dueñas, con distintos incendios que lo redujeron a cenizas. Por eso la reconstrucción actual no conserva nada de lo creado por Alfonso III. Aún así, muchas cosas merecen la pena, como la parte más antigua de la Iglesia, románica del siglo XI, la portada con dos archivoltas sobre prolijos capiteles o la fachada monumental levantada en el siglo XVII.
Frente al monasterio había una antigua venta en la que eran acogidos los viajeros y peregrinos y, donde los monjes practicaban la hospitalidad y las atenciones con los huéspedes teniendo en cuenta lo ordenado por San Benito.
La tradición hospitalaria del monasterio sigue viva, con 18 habitaciones, con un régimen de admisión mixto, que por la tarde con el rezo de la salve en gregoriano hace del monasterio cisterciense un lugar para visitar.
San Diego de Cancedo (Galicia)
En Ponteareas, en Galicia. Se trata de un antiguo Palacio del siglo XV, el Palacio de Los Sarmiento, que en el siglo XVIII los franciscanos decidieron ampliar y adaptarlo como Monasterio. Primero se acabó la iglesia y luego se remodeló el Palacio para convertirlo en Convento.
En los momentos de asueto se puede disfrutar de su claustro muy sencillo y de reducidas dimensiones, o de algunas partes del edificio primitivo, del que se aprovecharon la piedra, algunos muros y la puerta principal. La Iglesia conventual es el lugar más emblemático, que se recomienda visitar a las siete de la tarde, cuando se celebra la Misa para todo el pueblo
Destacan el crucero de planta cuadrada, la mampostería en sus muros y la sillería irregular de la fachada e impresionan los escudos incorporados a los muros del convento pertenecientes al antiguo palacio de los Condes de Salvaterra.
Un lugar para descansar en cualquier momento del año y un refugio para conocer el resto de Galicia, puesto que sólo esta a 28 kilómetros de Vigo, 51 de Pontevedra y poco más de 100 de Santiago de Compostela.
Monasterio de San Salvador de Leyre (Navarra)
La fecha del monasterio es desconocida, con antecedentes posibles entre los celtas, pero no más tarde del siglo VIII. A mediados del siglo IX san Eulogio de Córdoba dejó constancia de una visita a este Monasterio.
Su historia esta llena de misterios, de santos y de poder. Como la historia de las santas Nunilo y Alodia, asesinadas por no querer abjurar de su fe cristiana; la de los obispos de Pamplona elegidos durante muchos años entre sus monjes, o la del rey Sancho II, Gracés del Mayor que se educó en este monasterio. Un monasterio que fue sede episcopal, alcázar regio, sala de cortes y concilios.
La hospedería del Monasterio de San Salvador de Leyre no está ideada ni sólo ni fundamentalmente para los peregrinos del Camino de Santiago, aunque son estos sus más directos y frecuentes beneficiarios. No obstante es un lugar perfecto para acometer diversas rutas, como visitar el Castillo de Javier, visitar Aibar donde fue derrotado el Principe Viana o disfrutar de la naturaleza del rio Irati y el Valle del Roncal. Un lugar de dos estrellas, construido en 1979, restaurando así, una de las partes más nobles de todo el conjunto artístico de Leyre.
Monasterio de Montserrat (Cataluña)
Son muchas las leyendas sobre cómo nació el Monasterio. Hay quien dice que las montañas se originaron en el mismo instante en que Cristo murió en la Cruz. Otros dicen que fue el ermitaño Joan Garí, valenciano quien quiso hacer penitencia y se recogió en una de las múltiples cuevas de la montaña llamada “Castillo del Diablo”.
Durante siglos la vida monástica vivió ininterrumpida hasta las guerras napoleónicas y las exclaustraciones. Mucha es su historia: fue hospital de sangre en la Guerra Civil o residencia del presidente de la República Manuel Azaña.
Un lugar muy querido por todos los catalanes que lo convierte en una clausura muy especial.
La abadía monasterio se rehabilitó integralmente el año pasado. Cuenta, a partir de ahora, con 39 habitaciones y 45 camas, además de un nuevo espacio para reuniones en el último piso, con el que ha quedado adaptado a las necesidades actuales.
Un buen lugar para conocer el Parque Natural de la Montaña de Montserrat, para disfrutar de licores como el “Aroma de Montserrat” y anisados como la “ratafía” de manzana, melocotón y avellanas o simplemente conocer su museo, biblioteca o escolanía.
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