Hace casi seis años, el 22 de octubre de 2007, el descubrimiento de un espantoso crimen conmovió a la sociedad de San Luis Potosí: la joven de 16 años y estudiante de primero de bachillerato, Itzachel Shantal González López fue encontrada muerta, con evidentes signos de violación, en el interior de un colegio salesiano de esta ciudad del centro de México.
En el 2009, tras una serie de indagaciones muy cuestionadas y una investigación deficiente, se acusó de cometer la violación y el homicidio al sacerdote salesiano José Carlos Contreras Rodríguez; inmediatamente fue hecho preso y encarcelado en un Centro de Readaptación Social (CERESO).
Un proceso enormemente viciado
Una de la «pruebas» para encarcelar al sacerdote fue un libro publicado por un ex policía, ex convicto, vinculado al grupo de los “Zetas” (narcotraficantes mexicanos extendidos en todo el territorio del país y en el extranjero), miembro activo de una logia masónica; libro en el que se «revelaban» supuestos errores de la policía ministerial durante la investigación.
Entre ellos, el autor sostenía que los videos de seguridad entregados por los padres salesianos ya estaban «editados», pero esto no se fundamentó con un dictamen técnico. El Ministerio Público, contrario a su deber, cerró las diversas líneas de investigación y sólo se concentró en la que apuntaba hacia las actividades del salesiano.
Pese a existir un retrato hablado del sospechoso (que no tiene parecido con el padre José Carlos) y que los únicos testimonios que apuntaban hacia el acusado eran contradictorios e inconsistentes, se procedió rápidamente a su encarcelamiento. De hecho la principal testigo, María Galdina Flores Rodríguez, vigilante del colegio, cambió su declaración varias veces en hechos trascendentes para la investigación.
A esto se sumó que el entonces Procurador General de Justicia de San Luis Potosí, Cándido Ochoa, que en su momento fungió como abogado defensor del salesiano, con engaños convenció al padre Carlos de ponerse a disposición del Ministerio Público. Después, Ochoa se convirtió en el principal acusador del sacerdote salesiano.
El pliego de consignación en contra del padre Contreras Rodríguez tenía 256 pruebas periciales en las que no se había podido tener pruebas contundentes que comprobaran algún tipo de culpabilidad y hacía constar un perfil psicológico que, por otra parte, fue elaborado por un individuo que no pudo acreditar su formación como psicólogo.
La defensa de los Abogados Católicos
Desde que fue encarcelado, el Colegio de Abogados Católicos tomó en sus manos la defensa del padre Contreras Rodríguez. Presentó más de 30 testigos, quienes «fueron interrogados con precisión en relación a los hechos, arrojando por resultado que más de quince personas refirieran haber visto el día de la muerte de la joven a una persona extraña en el horario aproximado que tuvieron verificativo los hechos» y se demostró que el perfil psicológico fue elaborado por alguien incompetente legalmente para hacerlo.
Ante esto, el poder judicial dio largas al proceso. Se pidió y se obtuvo un nuevo perfil psicológico del sacerdote salesiano, pero aún así, perdió la segunda instancia. Monseñor Raúl Vera López, obispo de Saltillo, visitó al sacerdote salesiano, en su calidad de Defensor de los Derechos Humanos y declaró hace un par de años; «El padre José Carlos es un paradigma a nivel nacional de la falta de acceso a la justicia, como le sucede a muchas personas en el país, porque en dos años no han podido demostrar que es el culpable».
La decisión judicial –según los analistas-- se basó en buscar un «chivo expiatorio» para enfriar el caso, no en la búsqueda de la verdad; con ello se puso a un hombre inocente tras las rejas, y se manchó el buen nombre de la congregación salesiana en San Luis Potosí, en México y en muchos lugares del mundo.
Libertad sin condiciones
Finalmente, el día miércoles 21 de agosto de 2013 pasará a los anales de la historia jurídica de México como un día en que se hizo justicia plena a quien permaneció varios años encarcelado: la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) otorgó un amparo liso y llano y ordenó la inmediata libertad del sacerdote salesiano José Carlos Contreras.
Con cuatro votos a favor y uno en contra, la Sala determinó que las pruebas que presentó la Procuraduría General de Justicia de San Luis Potosí sólo se basaron en indicios “fuera de lógica” y “carentes de sentido común”, los cuales mantuvieron al religioso en prisión durante cuatro años en el penal de “La Pila”. De las 256 pruebas en contra del padre Contreras Rodríguez, no hay una sola que pruebe su culpabilidad, según dijo el ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.
“Se habla sólo de indicios fuera de lógica y carentes de sentido común”, mencionó Zaldívar Lelo de Larrea, ministro ponente, al exponer las razones por las cuales se debía liberar al sacerdote. En estos días deberá estar ya de regreso en San Luis Potosí, en el seno de su comunidad y buscando rehacer su vida tras el período de encarcelamiento injusto que hubo de padecer.
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