domingo, 25 de agosto de 2013

MIRA EL DÍA DESDE EL OPTIMISMO.

¡Sí, es lo que debemos hacer todos: Mirar el día desde el optimismo!

¡Basta ya de quejarse y airear tantas pesadumbres con el fin de amargarnos más de la cuenta!

Todos tenemos muchos problemas, algunos más que otros, unos pueden que de fácil solución y otros no tanto, pero debemos plantar cara a la vida y dar el "do" de pecho para que nuestro día a día no se convierta en una amalgama de sentimientos encontrados de tristeza, rencor, odio que nos llevan irremediablemente al hastío.

Cuando empiezo el día me prometo que no van a poder conmigo por más que lo intenten. Desde que me siento en el tren, en mi trabajo así como en lo que me rodea solo escucho quejas y más quejas, críticas y más críticas, crispación que produce más crispación y nos metemos en una espiral de desesperación que hace que un día luminoso se convierta en gris. El temporal del desastre nos ahoga y arrastra cada vez más.

¡Todo está mal! ¡Somos unos desgraciados! ¡Mira como estamos! Y una vez y otra nos miramos nuestros respectivos ombligos que atrae toda nuestra atención y perdemos el norte de cuanto nos rodea y como están los que tenemos enfrente nuestra.

No estaría de más pisar el freno de nuestra propia amargura y que miremos a nuestro alrededor. Debemos hacerlo con perspectiva, pausadamente, dejando la mente en blanco, aparcando nuestras propias preocupaciones y problemas. De pronto nos encontramos con una nueva realidad porque comprobamos, en primera persona, que hay muchos que lo están pasando verdaderamente mal, que no tienen de nada y cuando digo nada es ¡¡NADA!!

Mirad, a muchos de nosotros nos toca tirar del carro, de sacar "esto" hacia adelante y debemos hacerlo por nuestras familias y por las familias de los demás, debemos hacerlo por el bien de tu pueblo, ciudad, Nación. Para que vuelvan tiempos prósperos debemos apretarnos el cinto y tirar de las cuerdas porque entre todos podemos conseguirlo.

Y eso se hace con optimismo, con confianza mutua porque todos somos necesarios estemos donde estemos y hagamos lo que hagamos.

Dejemos nuestras desesperanzas, frustraciones, amarguras aparcadas en la cuneta y pongámonos manos a la obra para conseguir que todos tengan lo mínimo, lo indispensable para vivir. Tenemos que tener una visión humanista de la vida porque no hay nada más sagrado que la dignidad de la persona.

Este optimismo, estas fuerzas, estas ganas de luchar para sacar todo adelante no se podrán conseguir si no ponemos nuestros esfuerzos en manos de Dios porque Él con su fuerza sobrenatural nos otorga a nosotros la potestad de la fe. Trabajar por el Reino de Dios es también hacerlo por la justicia ya que todos los hombres y mujeres somos iguales en dignidad.

Mañana ya sabemos lo que tenemos que hacer: ¡Mirar el día desde el optimismo para trabajar entre todos y para todos!

Recibe un fuerte abrazo y que Dios te bendiga.

Jesús Rodríguez Arias

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