Hoy ha terminado el Tríduo al Santísimo Sacramento, Primer Titular, de mi querida y siempre amada Hermandad de los Afligidos de San Fernando. Mañana a las 20:00 horas se celebrará una Solemne Función que finalizará con la Procesión Claustral por dentro del Templo del Santo Cristo de esta bella ciudad.
Llevo muchos años como hermano y estos Cultos internos, los más importantes porque se dedican a Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar, siempre han tenido un componente más íntimo, más espiritual y, también, menos concurridos. No sé el por qué los cofrades nos desvivimos con todo lo que huela a Semana Santa y después a los demás Cultos no le damos la debida importancia.
La Hermandad la llevo grabada a fuego, ese fuego que da el amor por Cristo Jesús, bajo la advocación de Afligidos, y su Bendita Madre de la Amargura. He pasado casi toda la vida en torno a esta Corporación Nazarena y he tenido el privilegio de pertenecer a su Junta de Gobierno durante doce años consecutivos habiendo ostentado las responsabilidades de Vocal de Formación y de Secretario. En el año 2010 puse punto y aparte en el desarrollo del trabajo diario en los órganos directivos de la Cofradía y, la verdad sea dicha, no me arrepiento en absoluto porque en eso estriba la coherencia personal de cada uno.
Estos dos últimos años los he vivido desde la lejanía y, también, recuperando la objetividad de la verdadera dimensión y del espacio que actualmente ocupa mi Hermandad así como los problemas a los que se enfrentan estas realidades eclesiales. No ha sido un proceso fácil, pero si necesario para mi vida en la fe como cristiano-cofrade.
Debo decir que cada etapa es diferente, ni buena ni mala, pero creo que son enormemente positivas para la realización personal y cristiana de cada persona.
Este poner, un poco, las cosas en el sitio que le corresponde me ha ayudado el tener una visión universal de la Santa Madre Iglesia, de pertenecer a otros carismas y Movimientos Eclesiales que dan otra visión de las cosas así como la importancia, relativa, que tiene cada una y con la ayuda de Dios, de mi Director Espiritual he podido discernir con total claridad que uno puede ser fecundo en cualquier sitio para trabajar por la Iglesia, por todos los demás.
Ahora a mis cuarenta y dos años de vida, tengo las cosas un poco más claras y las percibo de otra manera.
Mañana estaremos los hermanos de Afligidos en torno al Señor, en torno al Sacratísimo Cuerpo de Cristo y nuestras oraciones, nacidas desde la intimidad de nuestro ser, se elevarán para que nos ayude para ser mejores cristiano, para ser mejores hijos suyos y mejores personas.
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