La Santísima Virgen del Rosario por las calles de Villaluenga.
Ayer se vivió un Domingo de Gloria en Villaluenga del Rosario. Todo estaba encaminado para que así fuera y hasta la Agrupación Musical Ubriqueña nos despertó con alegres sones en diana floreada.
A las doce y media estábamos convocados todos los vecinos así como fieles devotos de la Santísima Virgen del Rosario en la Iglesia de San Miguel pues era la hora en la cual comenzaba la Misa Solemne por nuestra Amada Madre Celestial.
Verdadero jolgorio lleno de vida a las puertas del Templo, todos vestían sus grandes galas para un día tan especial.
María Moreno, incombustible, organizando todo. Estuvo tan atenta y cercana como siempre y nos informó que íbamos a llevar las velas en las Ofrendas. A su lado Juana y todas las buenas mujeres que lo mismo cantan en el Coro Parroquial, que organizan y embellecen la Iglesia para todos los días del año.
La Virgen del Rosario estaba esplendorosamente bella encima de su paso. Las flores distinguían aún más a la Reina de los Cielos.
Presidió la Celebración el Párroco D. Francisco Párraga.
Las paredes del Templo payoyo estaban a rebosar de fieles de todas las edades. Actuación sobresaliente del Coro de Ubrique. Estuvieron presentes la Reina y Damas de Villaluenga así como las infantiles. Parecía que todo el pueblo quería estar con su Patrona y en ese ambiente de alegría y respeto se celebró la Eucaristía.
A las dos menos veinte de la tarde del domingo 1 de septiembre se habrían las puertas para que saliera la Procesión. Una auténtica multitud esperaba en la puerta y el principio de la Calle Real.
La Cruz Parroquial y dos ciriales portados por niños del Pueblo, una fila de devotos precedían al Paso de San Roque portado por unos costaleros que a base de fuerza y esfuerzos se convertían en los pies de este santo que tantas devociones arranca por estos lares. El estandarte de la Virgen que era llevado por la Reina y Damas de Villaluenga y delante de estas la Reina y Damas Infantil. Tras esta insignia Mariana una ingente cantidad de devotos y devotas en larga fila caminaban delante de la Santísima Virgen del Rosario que iba erigida en Majestad por las calles de Su Pueblo. En la presidencia la Autoridad Civil, Eclesiástica, Parroquial y de la Hermandad.
Y tras estos la Santísima Virgen más Reina y Señora de Villaluenga del Rosario que era suavemente mecida por sus costaleros, mayores y jóvenes, que la portaban con verdadero amor.
Antes de la Banda de Música de Ubrique decenas de vecinos y devotos caminaban tras la Virgen.
Las coquetas y dificultosas calles se convertían en el mejor de los marcos para tan Augusta Presencia. Ni el calor y el cansancio pudieron con las ganas de disfrutar junto a María, la Santísima Virgen del Rosario, en Su Solemne Procesionar.
¡Todos con María! En esa frase se puede sintetizar los sentimientos que percibí tanto en la Santa Misa como en posterior Procesión de la Virgen del Rosario por las benditas calles de Villaluenga.
Domingo de Júbilo, Domingo de Gloria.
Jesús Rodríguez Arias
A las doce y media estábamos convocados todos los vecinos así como fieles devotos de la Santísima Virgen del Rosario en la Iglesia de San Miguel pues era la hora en la cual comenzaba la Misa Solemne por nuestra Amada Madre Celestial.
Verdadero jolgorio lleno de vida a las puertas del Templo, todos vestían sus grandes galas para un día tan especial.
María Moreno, incombustible, organizando todo. Estuvo tan atenta y cercana como siempre y nos informó que íbamos a llevar las velas en las Ofrendas. A su lado Juana y todas las buenas mujeres que lo mismo cantan en el Coro Parroquial, que organizan y embellecen la Iglesia para todos los días del año.
La Virgen del Rosario estaba esplendorosamente bella encima de su paso. Las flores distinguían aún más a la Reina de los Cielos.
Presidió la Celebración el Párroco D. Francisco Párraga.
Las paredes del Templo payoyo estaban a rebosar de fieles de todas las edades. Actuación sobresaliente del Coro de Ubrique. Estuvieron presentes la Reina y Damas de Villaluenga así como las infantiles. Parecía que todo el pueblo quería estar con su Patrona y en ese ambiente de alegría y respeto se celebró la Eucaristía.
A las dos menos veinte de la tarde del domingo 1 de septiembre se habrían las puertas para que saliera la Procesión. Una auténtica multitud esperaba en la puerta y el principio de la Calle Real.
La Cruz Parroquial y dos ciriales portados por niños del Pueblo, una fila de devotos precedían al Paso de San Roque portado por unos costaleros que a base de fuerza y esfuerzos se convertían en los pies de este santo que tantas devociones arranca por estos lares. El estandarte de la Virgen que era llevado por la Reina y Damas de Villaluenga y delante de estas la Reina y Damas Infantil. Tras esta insignia Mariana una ingente cantidad de devotos y devotas en larga fila caminaban delante de la Santísima Virgen del Rosario que iba erigida en Majestad por las calles de Su Pueblo. En la presidencia la Autoridad Civil, Eclesiástica, Parroquial y de la Hermandad.
Y tras estos la Santísima Virgen más Reina y Señora de Villaluenga del Rosario que era suavemente mecida por sus costaleros, mayores y jóvenes, que la portaban con verdadero amor.
Antes de la Banda de Música de Ubrique decenas de vecinos y devotos caminaban tras la Virgen.
Las coquetas y dificultosas calles se convertían en el mejor de los marcos para tan Augusta Presencia. Ni el calor y el cansancio pudieron con las ganas de disfrutar junto a María, la Santísima Virgen del Rosario, en Su Solemne Procesionar.
¡Todos con María! En esa frase se puede sintetizar los sentimientos que percibí tanto en la Santa Misa como en posterior Procesión de la Virgen del Rosario por las benditas calles de Villaluenga.
Domingo de Júbilo, Domingo de Gloria.
Jesús Rodríguez Arias
El Templo a rebosar de fieles antes de empezar la Misa.
San Roque.
Nuestra querida Ana: Siempre elegante y mejor persona.
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